Capítulo 20

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- ¡Fraanciiiaaa! ¡¿Por quéeee?! - exclamó Italia bebiendo un vaso con leche fría en su habitación, recibiendo miradas desconcertadas de sus amigos. - ¡Te diiiii mi amooooooor! ¡Che ameeeee!

- Si querías decir "te amo" en francés no creo que lo lograste - habló Inglaterra tomando un sorbo de su té.

- ¡Cállate club penguin! - exclamó Italia para seguir con sus penas, recibiendo una mirada ofendida y confundida de Inglaterra.

El grupo se había reunido para charlar un rato cómo habían hecho desde hace un buen tiempo. Los únicos que faltaban eran Rusia y Alemania porque ONU les pidió el favor de ir a España a ver como iban los preparativos del baile (todo porque el de alas quería descansar después de una semana llena de reuniones y papeleos).

- Italia deberías aceptar que Francia no te quiere - habló Inglaterra tras tomar un poco de su té. Al estar en una mansión ajena no tenían permitido tomar ningún tipo de alcohol.

- Estamos preocupados por ti, Italia-kun - habló Japón tomando un poco de refresco.

- Si, tienes razón... ¡No volveré a buscar a Francia! Ella se pierde de este papasote - dijo coqueto y esperando cumplir su meta.

- Así es ¡Francia-san se pierde el tener a alguien tan guapo y maravilloso a su lado! - exclamó Japón con una sonrisa.

- Oh~ ¿Te parezco guapo, Japón? - preguntó burlón Italia, pero se sorprendió al ver el sonrojo de la chica y su asentimiento. - eh...

- Como veo que la incomodidad reina, cambiaré el tema - dijo Inglaterra serio. - Desearía que Panamá fuese al baile conmigo pero se aleja cada vez que quiero acercarme

- Amigo, a veces tu expresión e intenciones dan miedo; pareces un acosador - dijo Italia.

- Ah... ¿Qué hago entonces? - respondió afligido el inglés.

Italia sonrío, era su momento de ser el consejero amoroso de Inglaterra. Ahora que lo piensa ¡Deberían pagarle por ayudarlos!

...

- Odio estar aquí... - habló Rusia seriamente mirando el gran salón de la mansión en España.

- Es nuestro deber, al menos se amable con España mientras estamos aquí - le dijo Alemania viendo la hermosa decoración.

- Él es un imbécil al que estoy dispuesto a asesinar... - habló "Rusia" cambiando el color de sus ojos con mirada enojada.

- ... ¿Acaso no puedes controlar a esa cosa?

- Desgraciadamente no, desde que Venezuela me besó no a dejado de entrometerse en mi vida - habló resignado el ruso. - Al menos gracias a mí nuestra amada Venezuela nos besó estúpido - habló otra vez la bestia dentro de él. - no podías mantener tus respuestas reservadas... - dijo Rusia está vez ya acostumbrado a la insolencia de su contraparte.

- Ustedes dan miedo cuando hablan - dijo Alemania estremecido ante la escena. - ¿Saben qué? Sería bueno que nos dividamos para ver el lugar, aprovechando que España salió a unos mandados - dijo Alemania. - Si quieres puedes ir a ver el jardín o lo que quieras, yo estaré por los pasillos

Dicho esto ambos se separaron. Alemania se aventuró por algunos pasillos, pensando en su charla anterior con Perú.

- "Me pareció muy cobarde que Brasil me usara cómo mensajero para entregarle una carta a Perú para que ambos fueran al baile, espero la haya leído..." - pensó el alemán, recordando que su amiga sólo se quedó mirándolo sonrojada con la carta en sus manos después de su silenciosa entrega para luego acercarse a darle un abrazo y después irse corriendo al parecer muy emocionada guardando la carta en su bolsillo, dejándolo confundido.

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