Capítulo 11: Emociones y nieve.

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Porque sus deseos son órdenes, aquí un nuevo capítulo. Les pido disculpas por la demora, pero aprovecho de ocupar el compu de mi trabajo, y el tiempo es más limitado. Además entre mis niños, la universidad y mi futura pyme, la verdad no se como existo jajaja. Muchas gracias por el apoyo, los comentarios, los votos y sobretodo por la buena acogida a mi primer fic. Va ganando en las votaciones del reto y eso me tiene más que felíz.

Ahora, sin más dilación, el capítulo 11:

-H&Hr-

Cuando Hermione bajó las escaleras esa mañana de Navidad, su madre se apresuró a llevarla a un lado para "poner la mesa". Pudo escuchar por el tono de su voz que esto claramente no se trataba del desayuno de Navidad y por unos momentos temió que anoche su Muffliato no hubiese resultado bien.

'Entonces', dijo su madre, después del habitual "¿dormiste bien?", "¡Feliz Navidad, querida!" y algún comentario olvidable sobre el clima, '¿necesito ver a mi oftalmólogo antes de lo que esperaba, o tú y Harry están fingiendo estar comprometidos de manera demasiado convincente?'

Una respuesta ideal sería algo como "Mi vida amorosa no es asunto tuyo, mamá" o "De hecho, Harry y yo hemos decidido llevar nuestra relación al siguiente nivel" o incluso "Harry me pidió que fuera su novia ayer por la noche y no podría haber pedido un comienzo más emocionante de nuestra relación", pero la adulta Hermione decidió no aparecer esa mañana. En cambio, Hermione se puso roja como una remolacha y se rió.

Hermione reía muy pocas veces. Reírse era lo menos Hermione que podía ser. Pero aún así, ahí estaba, actuando como una maldita colegiala. Culpó a la lengua de Harry por derretir su cerebro en un charco que no funcionaba.

Su madre la miró con los labios fruncidos, reprimiendo una amplia sonrisa y asintió.

'Ya veo. Bueno, déjame decirte que estoy emocionada por ti. Harry es un amor de persona y obviamente adora el suelo sobre el que caminas. Como debería ser, debo añadir. Él podría ser el primer hombre que realmente valga la pena para mi inteligente, hermosa y heroica hija'.

Hermione sonrió humildemente.

-En realidad, fue muy dulce al respecto, mamá. Anoche me pidió que saliera con él cerca de la chimenea.

Eso no era del todo cierto, naturalmente, pero no podía decirle lo que realmente sucedió allí. Su madre sonrió misteriosamente.

-Tu padre y yo nos preguntábamos por qué les llevó tanto tiempo subir las escaleras. Escuchamos algunos ruidos, luego Harry sacó algo de su abrigo y después un silencio ensordecedor. Demasiado ensordecedor, si me preguntas. Pero eso explica al menos una parte, supongo.

El enrojecimiento de Hermione, que había disminuido un poco, regresó con toda su fuerza. Vio a su mamá sonreír victoriosa mientras arreglaba las servilletas.

-Creo que eso es todo, querida. ¿Quieres que se lo cuente a tu padre o lo harás tú misma?

El desayuno fue genial. Su madre no dijo una palabra más acerca lo que habían discutido antes, sino que sirvió bollos asados ​​y pan de fiesta. Harry ayudó a Jerome a preparar cinco huevos escalfados y le sirvió tocino crujiente. La tía Penélope los divirtió con una historia encantadora sobre cómo el tío Geoffrey logró perder su dentadura postiza el día de Navidad y no fue hasta el 30 de diciembre antes de que las encontraran, en el congelador.

Después de eso, decidieron que era hora de los regalos. Se sentaron alrededor del árbol, compartiendo regalos; a ella le encantaba ver la expresión de sorpresa en el rostro de Harry, ya que recibía regalos de todos los miembros de la familia y algunos más por si acaso. Sabía que Harry todavía no estaba acostumbrado a recibir regalos. En el momento en que la tía Penelope le regaló costosos gemelos que habían pertenecido a su difunto esposo, Harry se levantó para abrazarla con fuerza y ​​ella lo vio abrazándola un poco más de lo normal. Harry intentó con todas sus fuerzas no mostrar lo conmovido que estaba cuando se sentó.

El prometido de Hermione GrangerWhere stories live. Discover now