Capítulo 23: La primera de la Lista

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Lo primero que Harry notó cuando salió del flú, fue el olor de su champú. Pocos segundos después, él registró su cuerpo, presionando contra el suyo, sus labios firmemente plantados contra su mejilla, sus uñas raspando contra su cuello, arañando su chaqueta de cuero. Ah, sí, ahí estaba ella. Su hogar. Hermione.

–¡Harry! ¡Dios mío, es tan tarde!

Harry sonrió automáticamente. Sabía que esta emoción sería lo primero: alivio y alegría. Etapa 2: Enojo.

–¡¿Dónde has estado?!

Sí. Allí estaba.

Harry se rió entre dientes y metió la nariz en el espacio sensible entre su cabeza y su cuello.

–Hueles bien.

Hermione resopló y cuando se alejó de ella, notó la verdadera preocupación en sus ojos.

–¡No me importa! Quiero saber dónde has estado! ¿Estás herido? ¿Hubo una redada?

—Nada de redadas —le aseguró Harry. Te envié un Patronus.

—Sí, pero pensé que estarías en casa después de cenar. Son las 11 de la noche, Harry. 11 pm.

Hizo una pausa y asintió.

–Lo sé. Lo siento. Habría vuelto antes, si no fuera por Ron.

–¿Ron?– preguntó Hermione, desconcertada. –¿Qué tiene que ver él con eso? Pensé que irías a ver a Philip, y que algo debió haber salido terriblemente mal allí, de lo contrario, ¿por qué llegarías tan tarde, quiero decir...?

Harry se rió y la interrumpió su divagación con un dulce beso. Dios, esos besos. Lo volvían loco.

–Te lo contaré todo, si me permites salir del pasillo y relajarme un poco–, sonrió contra sus labios. Hermione se sonrojó un poco al darse cuenta de su actitud mandó a y obedeció.

Harry se quitó el abrigo y los zapatos y siguió a Hermione al baño, donde ella le ofreció un cepillo de dientes. Se rozaron en silencio, pero Harry se aseguró de tener su brazo firmemente envuelto alrededor de su cintura, para mostrarle que lo sentía y darle el contacto que tanto ansiaba. Se pusieron caras divertidas el uno al otro en el espejo y una cara en particular de Hermione lo hizo reír tan fuerte que escupió un poco de su pasta de dientes. Hermione gritó disgustada, lo que hizo que Harry se riera aún más.

Finalmente terminaron en la cama king size. Era una noche particularmente fría, por lo que pusieron una manta adicional en la cama y encendieron un amuleto calefactor ligero. Hermione estaba apretada contra el gastado algodón de su camisa de dormir, era una de las camisas que él había usado durante el Torneo de los Tres Magos, y Hermione rodeó el emblema de Gryffindor con sus dedos mientras suspiraba feliz contra su pecho.

–Bien, como tienes más que contar, yo iré primero–, dijo Hermione. –Día aburrido en el trabajo, ahí está. Ahora que Bill tiene mi caso, estoy de vuelta en el bienestar Elfo, lo cual me encanta, no me malinterpretes, pero he escuchado sus discusiones una y otra vez y la investigación se está volviendo un poco seca. Segundo: recibí noticias de Ginny, alrededor de las 8 PM. Fleur ha dado a luz.

–¡Eso es genial!– exclamó Harry. –¿Se encuentran bien?.

–Sí y el bebé también. Es un niño, lo llamaron Louis. ¿No te dijo eso Ron?

–Ron estaba... ocupado–, respondió Harry. Ni siquiera estoy seguro si lo sabía, teniendo en cuenta el estado en el que se encontraba. Tenía otras cosas en la cabeza. Su propio embarazo, sobretodo.

–¿Oh?

–Ron y Nicky están esperando gemelos–, dijo Harry con una sonrisa.

–¡¿Qué?! ¡No te puedo creer!

El prometido de Hermione GrangerWhere stories live. Discover now