Capítulo 26: Imperfectamente perfecto

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Créditos de la imagen a una de las mejores ilustradoras Harmony que existen: Arishatistic ♥️

~[H&Hr.]~

Hubo un silencio cuando Eleonore Holywell pronunció esas palabras. "¡Estás despedido!" parecía hacer eco a través de la habitación, rebotando contra las paredes y asentándose entre sus oídos. Entonces Harry cerró la puerta de golpe con una furia que hizo que las bisagras chirriaran con fuerza y ​​que uno de los cuadros se cayera de la pared.

–Harry...– comenzó Hermione, mientras su novio se sentaba detrás de su escritorio, arañando las barandillas de su silla como si le hicieran daño personal. Apretó la mandíbula con fuerza y ​​miró fijamente el cartel de la incursión, que estaba frente a él.

–Harry–, intentó de nuevo, después de un minuto más o menos, cuando él no le respondió.

–No... No me regañes, por favor–, dijo derrotado, quitándose las gafas y frotándose los ojos. –Sé que soy un maldito idiota–...

–No iba a hacerlo–, respondió Hermione, con el ceño fruncido. –En realidad iba a decirte que me alegro de que finalmente te hayas enfrentado a ella. Ella te ha estado causando dolor de cabeza durante mucho tiempo, ¿verdad?. Desde el momento en que te uniste y ella comenzó a exhibirte frente a esos reporteros cada dos semanas hasta el incidente del encantamiento de la memoria.

Harry gruñó, reviviendo los incidentes mencionados.

–Sí, eso fue bastante duro.

–Bien–, Hermione asintió. –Ella puede pensar que no eres profesional, pero ambos sabemos que precisamente es ella la que no ha estado actuando profesionalmente durante mucho tiempo. Personalmente, creo que se lo merecía.

Dejó de frotarse los ojos.

–¿En serio piensas eso?

–Sí–, dijo Hermione, tomando su mano entre las suyas, acariciando su piel con el pulgar. –Y, sinceramente, es un poco halagador cómo pierdes los estribos cada vez que alguien dice algo remotamente negativo sobre mí.

Harry rió amargamente, desordenando su cabello con su mano libre. Hermione sabía que se sentía incómodo.

–Bueno, sí. No tiene por qué sugerir que tú y yo... Quiero decir, hemos estado trabajando tan duro durante tantos años, y que ella insinúe que ahora que estamos saliendo no podemos pasar un momento juntos sin manosearnos, es simplemente humillante.

–Aunque últimamente hemos hecho bastante manoseo–, señaló Hermione descaradamente, tratando de hacerlo sentir un poco más cómodo.

–Pero... Eso es... No, tienes razón.

Se las arregló para producir una leve sonrisa, pero luego volvió a hacer una mueca mientras retiraba su mano de su agarre.

–Oh, cómo pude haber sido tan... Sé que estoy cargando mucho peso, pero expresarlo así es muy ofensivo para mis compañeros de trabajo y me han estado ayudando mucho... ¡Ugh! ¡Necesito terminar este caso! No sólo para ellos: ¡He estado trabajando duro en eso durante tanto tiempo, no me lo pueden quitar! Ella... Ella se arrepentirá, ¿verdad?

Pero ambos sabían que eso era muy poco probable. Eleonore Holywell no era alguien que se retractara de sus promesas, especialmente cuando existía la posibilidad de que otros las hubieran escuchado.

–Por qué no lo hablas con Kingsley?– sugirió Hermione, pero Harry negó con la cabeza. Por supuesto que no, era Harry, el chico que se había negado a buscar ayuda cuando fue torturado por uno de sus propios profesores. Su terquedad no había disminuido.

El prometido de Hermione GrangerWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu