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Aviso: Apesar de estar ambientada en épocas antiguas, la homofóbia no existe, por mi mente pasó así y así se quedó.

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Apesar del fuerte dolor en su espalda baja volvió a inclinarse, con mucho cuidado sumergió la cubeta de madera en el arroyo que se encontraba a unos metros de su cabaña y con un poco de esfuerzo lo sacó.

Se puso de pie, sacudió sus rodillas llenas de polvo y hojas secas, y agarro las dos cubetas con agua. Rápidamente caminó por el sendero hasta la pequeña cabaña en la que habitaba. Los últimos rayos del sol que se filtraban entre las ramas y hojas de los altos árboles, se posaban delicadamente en su rostro. El frío viento que avisaba la pronta llegada del invierno azotaba su agraciado cuerpo, haciendolo estremecer.

Apuró el paso cuando escuchó el sonido de ramas quebrarse en el interior del bosque, incluso siendo un híbrido lobo, y teniendo más fuerza que un animal común, los sonidos extraños solían asustarlo. Podría haber sido una pequeña liebre, de todas formas, tampoco quería averiguar.

Cuando estaba cerca de la pequeña cabaña, un olor a tierra mojada y pino picó su pequeña nariz de boton. A pesar de tener sus pequeños pies adoloridos, corrió hasta llegar al interior de la cabaña.

— ¡Koo! — gritó apenas entró, con cuidado dejó las dos cubetas en el suelo y se tiro a los fuertes brazos del alfa quien gustoso lo recibió.

Enterró su carita en el fornido pecho del más alto, respirando fuerte el embriagador aroma del alfa.

Jungkook lo presionó más entre sus brazos, pero sin llegar a hacerle daño, necesitaba sentirlo cerca, hoy no había sido su mejor día.

La panaderia en la que trabajaba como ayudante había cerrado por falta de clientes, las canastas de paja y las figuras de madera que hacia junto a Jimin ya no se vendían tan bien como antes. Habiendo perdido la principal fuente de sus ingresos, ya no sabía que hacer y sin mencionar que el precio de todo había subido en el mercado del pueblo, si no encontraba trabajo rápido no podría comprar la comida de la semana y su bello omega pasaria necesidad.

Se sentía acorralado, abatido totalmente. Jimin, lo más importante en su vida, merecia todo y si él pudiese se lo daría con gusto, pero cada día las cosas se complicaban más. Aún recuerda sus vidas antes de la cabaña, antes de haber abandonado sus manadas.

Jimin era el hijo del líder de la manada Golden wolves, un hermoso omega blanco de ojos morados iguales a dos hermosas gemas, un regalo de la diosa Luna según la leyenda. De pequeño se robo el corazón de todos en la manada por su tierna forma de ser. Pero a medida que pasaban los años, el pequeño omega fue creciendo, convirtiéndose en un hermoso hombre de facciones maduras, finas y elegantes, con un cuerpo envidiable.

Los alfas de aquella manada, asombrados y al mismo tiempo completamente deseosos de poseer a tal omega, se reunían todos las noches en medio del bosque a luchar entre sí como como verdaderas bestias, para poder tener, aunque sea una mísera oportunidad, de tener la mano de aquel dulce omega.

La verdad era que Jimin los odiaba. Odiaba a todos los estúpidos lobos de su manada, que lo trataban como un objeto, incluso odiaba a su padre por ponerle en esas situaciónes que lo hacian sentir que su único objetivo de venir al mundo, fuese ser un accesorio para algún alfa sin neuronas.

Unos más estúpidos que otros, pensaba constantemente. Quería huir de ese lugar que tanto dolor le traía. Quería ser libre, amar y ser amado, no queria que lo utilizarán, no quería ser humillado por nadie, lloraba todas las noches en su habitación, rogaba a la diosa Luna por un futuro felíz al lado de un alfa que lo amara y respetara de verdad.

✰ ִׂ  𝘴𝘸𝘦𝘦𝘵 𝘭𝘰𝘷𝘦 𔘓 ggukmin 𓄹Where stories live. Discover now