Mahia Minteguiaga: "Poltergeist"

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          La noche es un momento muy especial. La actividad diurna da paso al descanso, a la pausa necesaria para afrontar otro día con nuevos desafíos. Algunos de nuestros sentidos parecen despertarse y estamos más predispuestos a abrir la mente a otras sensaciones. Por eso es ideal para contar y escuchar historias que nos transporten a otros lugares, a otros tiempos, al misterio, a lo desconocido.

          A mediados de la década del  '90 surgió en el dial uruguayo una propuesta llamada "Más allá de la medianoche" dentro del programa de radio Caras y más caras, conducido por Gustavo Rey. En ese espacio, la audiencia llamaba para contar historias de terror y suspenso, leyendas y anécdotas propias o de otros. Muchos de los que ahora seguimos Voces Anónimas crecimos escuchando ese programa. Como legado de aquella época, conservo un casete con varias historias. Hoy quiero compartir una de las que más me impresionaron.

          Sucedió en el año 1984, en un semipiso ubicado en la intersección de las calles Rivera y Llambí, en Montevideo. Era una noche como cualquier otra, en la que un niño de diez años se encontraba mirando TV en su cuarto. De repente, empezó a sentir golpes fuertes en el baúl de sus juguetes. Llamó a su madre, que también estaba mirando televisión, pero en el living. Juntos abrieron el baúl y sintieron que los golpes provenían desde debajo de este, como del piso mismo. Cada vez se hacían más fuertes.

          La madre, medio en broma y medio en serio, improvisó un "conjuro" para detener esos golpes que estaban asustando a su hijo. Cambió su tono de voz y solemnemente dijo:

-Si estás ahí, manifiéstate; si existe algo malo, muéstrate.

          La invocación consiguió que se acercara al cuarto su hijo mayor, intrigado por saber qué era todo aquello. En ese preciso momento, en el cristal de una ventana corrediza se vislumbró un rostro espantoso, difuso, como empañado por una especie de niebla. El chico más grande, por lo general descreído, aseguró que era sólo neblina, un vidrio empañado, nada paranormal. Y para reafirmar sus palabras fue hasta la ventana y en un acto de total inconsciencia, la escupió.

          Inmediatamente, se apagaron todas las luces de la casa. Fuera lo que fuera, aquella presencia se sintió muy agraviada por esa tontería adolescente.

          Ese fue tan sólo el comienzo de la pesadilla. De ahí en lo sucesivo, pasó a ser algo cotidiano que las ventanas se abrieran solas, que las luces se quemaran, que los enchufes se prendieran fuego. Se gastó un dineral en electricistas, que cambiaban una y otra vez toda la instalación del apartamento. No podía haber más de un foco prendido al mismo tiempo, pues de lo contrario, las bombitas se incendiaban por dentro. Tratándose de un apartamento enorme, con muchos metros de cable, parecía imposible que hubiera un cortocircuito en un aparato y afectara a toda la casa.

          La calidad de vida de esta familia fue deteriorándose y cosas cada vez más increíbles empezaron a suceder. En una ocasión, se quedó a dormir una amiga de la señora. La velada se desarrollaba con normalidad, hasta que a la mitad de la noche, cuando ya estaban durmiendo, la amiga sintió ruidos. Al abrir los ojos, contempló asombrada cómo la dueña de casa era sacada de la cama y arrojada a un costado por una energía invisible. Según dijo, se trataba de una entidad palpable, aunque sin una forma reconocible.

          Los integrantes de la familia no se quedaron de brazos cruzados; llamaron a todo tipo de personas que pudieran ayudarlos a saber a qué se enfrentaban. Consultaron parapsicólogos, médiums, curas de todas las iglesias: católicos, pentecostales, evangélicos. Todos parecían coincidir en los mismos argumentos: se trataba de una energía incontrolable (algunos creían que el lugar estaba poseído por el Demonio) y su impulso negativo era tan grande que no se atrevían a entrar porque corrían grandes riesgos.

          Con el tiempo, los miembros de la familia fueron dejando el apartamento ante la imposibilidad de soportar la actividad paranormal que se había apoderado de su hogar. La familia se destruyó. El niño se fue de viaje a Europa por iniciativa de su padre, que quiso alejarlo de aquella situación y darle un poco de tranquilidad. La salud física y mental de la madre se quebró. El comercio que tenían se fundió. Para poder recuperarse, comenzó a ir a terapia y prosiguió con estudios de parapsicología, tratando de entender esa manifestación.

          Transcurrido un año, el niño volvió a vivir en el apartamento con su padre. Al parecer, este cambio fue para peor. De alguna forma, esa presencia logró apoderarse de él. Regresaron los especialistas en actividad paranormal. Varios curas alcanzaron a verlo gritando, poseído. Cada vez que su madre trataba de acercarse, la energía la atacaba.

          Buscando una explicación, la señora pudo averiguar que antes de que su familia habitara el apartamento una persona había muerto asfixiada allí. ¿Qué pudo haber pasado, entonces? ¿Era posible que, sin querer, ella hubiera desatado esa entidad negativa al hacer aquel "conjuro"? ¿O que ese espíritu se sintiera ofendido por el acto del adolescente y, en consecuencia, tomara venganza con toda la familia?

          Todo esto los llevó a tomar la decisión de irse y no volver a pisar siquiera la calle donde ésta el apartamento... tan sólo de pensar en lo que vivieron allí, un escalofrío les corre por las venas. Ellos comprobaron que, aun en estas épocas tan tecnológicamente avanzadas, existen misterios insondables, fuerzas que están más allá de nuestra comprensión. Parecen estar esperando a ser invocadas y una vez desatadas, trastocan la tranquilidad de la vida cotidiana, transformándola en una pesadilla.

          En "Más allá de la medianoche", al igual que en Voces Anónimas, lo más importante no era buscar la explicación racional de los hechos relatados. Se trataba de un ritual para escuchar, asombrarse y ponerse por un momento en la piel de sus protagonistas. Cubiertos por el oscuro manto de la noche, nos dejábamos llevar, guiados tan sólo por el rumor de las Voces Anónimas.

Voces Anónimas OCULTOWhere stories live. Discover now