"- Eres una persona demasiado egoísta dudo que alguien quiera estar contigo si eres así, das lastima".
"-Si doy lastima dime, Jerry, porque estas aquí conmigo y no con mi hermana".
"- Porqué estoy enamorado de ti, Briela Barry".
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- ¿Conoces a Blair Montecinos?. - pregunté mirándola.
Ella tenía la mirada hacia la flor que le regale el pequeño tulipán, frunció el ceño y su cara no mostraba tristeza, celos o enojo, su rostro estaba neutral, como si no le importará o no la conociera, pero claramente deduzco que es la primera.
- La conozco. - respondió calmada.
- ¿Te cae bien?.- dije, Blair no tenía personalidad de que me agrade pero ella era bonita, pero su personalidad me parecía muy frívola, y la única personalidad que aunque sea algo peculiar y que se soporte es la chica que está a mi lado.
Era bonita Blair, su cabello rojo era lo único extravagante que podías encontrar en ella, por que lo demás en ella ya era muy básica.
Aunque como dije era era hermosa, cada mujer para mí es hermosa, pero Blair no se podía competir con Briela para mis ojos ella era la mujer más sexy de mundo incluso cuando me manda a la mierda, mis ojos brillan en solo verla sonreí era un premio para mí.
- Está en las lista de persona que me gustaría clavarle un cuchillo en la yugular, pero su existencia sin embargo no me importa.
-¿Tienes una lista de personas que te gustaría clavarle un cuchillo en la yugular?.- dije sorprendido. - eso es sorprendente florecilla.
-¿ Acabas de llamarme «florecilla»?-Dijo riendo, sonreí inconscientemente colocando mis manos en su cintura.
- Si te molesta puedo llamarte, mi futura esposa.
-No planeó casarme, además sabes muy bien que no eres mi tipo.
-El beso que nos dimos hace rato dice lo contrario. - me acerqué a su pequeño rostro, sus mejillas se tiñeron de un color rojizo.
- Doy por ignorada esa conversación por que ambos sabemos cómo va a terminar.
- Yo besándote. -Dije y comienze a repartir pequeños besos por todo su rostro. - Encerio no sabes cuánto amo besarte.
Ella volvió a reír y sonreí mientras la besaba de nuevo hasta que un par de personas pasaba algunos nos miraban raro, y otro solo sonreír y lanzaban lindas palabras para nosotros.
No tengo vergüenza decir que la amo, y si pudiera lo gritaría para que todo el mundo sepa que la amo.
La miro con ternura, sinceramente, cuando estaba ilusionado por Diana y claro que me sentí decepcionado cuando ella eligió a su familia y no a mí, me dolió pero nunca imaginé que terminaría enamorándome de su hermana.
Briela tenía algo que me volvía loco además de su carácter algo pesado pero había algo particular de ella es que no le daba miedo decir lo que pensaba, no importa si le gustaba o no a la otra persona ella lo decía, que loco es la vida hace un año me parecía la niña mas ególatra y ahora en este momento que está conmigo no puedo sacarla de mi cabeza, y no sentirme completo que cada risa que ella hace es para mí me hace muy feliz.
- Quería preguntarte algo. -Dijo Briela, colocando sus manos en su espalda y mirándome aún tenía sus labios algo hinchados y sus mejillas muy rojas. - Como terminaron las clases yo y Harry vamos a pasar las vacaciones por así decirlo en mi casa y me gustaría que estés ahí, me gustaría que pasarás al menos un día conmigo, claro y mi familia.
- Claro, cielo. - Digo besando su nariz. - cruzaría el desierto solo para estar contigo.
