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—No llores más, por favor. —Seo se agacha a la altura del menor y con su pulgar seca las lágrimas que corrían por el rostro contrario.
—Estás aquí... De nuevo estás aquí... Estás... ¡Aquí! —Exclama y al mismo tiempo empuja al pelinegro, haciéndole caer sentado.
—¿F-felix?
—¡¿Sabes cuántos días estuve esperando a que regresaras?! ¡¿Quién te crees que eres como para desaparecer y después venir a consolarme como si nada hubiera ocurrido?!
—Lo lamento, creí que-
—¡Aquí no importa lo que tú creas! ¡ChangBin eres un idiota! —Se abalanza hacia el más bajo, quien espera a que Felix descargue toda su furia sobre él, pero en su lugar recibe un cálido abrazo —. ¿Por qué tardaste tanto?
—Lo siento, Felix. No sabía qué hacer, te veías tan aterrorizado que creí que ya no querías volver a verme. Iba a irme, pero aunque tú no quisieras verme, yo quería seguir viéndote a ti, así que no pude.
El corazón de Felix latía tan rápido, que ya no sabía si en verdad eso que tenía dentro era en verdad un corazón.
—¿Qué dices? Estaba asustado, enserio lo estaba, pero en este tiempo me di cuenta de que me asustaba más el hecho de no volver a verte. —Felix aprovecha que ambos están sentados en el suelo y esconde su rostro en el pecho del mayor, preguntándose si era él quien había dicho todas esas cursilerías.
Seo sonríe.
—¿Por qué estabas llorando hace un momento?
—Es que... —Felix mira a ChangBin por un momento y cuando está a punto de decir una palabra más, se da cuenta de que ya está llorando de nuevo.
—Oh, Felix... No llores, por favor.
—¡Lloro porque MinHo Hyung no puede hacerlo! —Estaba llorando tan fuerte, que probablemente su llanto se escuchaba hasta el patio de abajo.
—¿MinHo? ¿Quién es ése?
—¡Él está a punto de casarse con la persona equivocada! ¡Está enamorado de Han pero no lo dice porque tiene miedo! ¡Sus vidas se arruinarán si MinHo no lo dice!
—¿Han es el tipo del otro día, cierto?
—Sí, es él. ¡Ayúdame a que Hyung confiese sus sentimientos!
—Felix... No creo que estés pensando muy bien las cosas.
—¿A qué te refieres?
—Ya sabes lo que siente el tal MinHo, ¿Pero te has puesto a pensar en lo que siente Han? ¿Qué si no tiene los mismos sentimientos que él? ¿Y si MinHo es el único enamorado? ¿Qué sucedería con él si se confiesa a alguien que no lo corresponde? Podrías arruinarlo todo.
Las lágrimas de Felix se detienen momentáneamente, no había pensado en eso.
—Sé que quieres que todo termine bien para ellos, pero hay algo que siempre debes tener en cuenta.
—¿Qué cosa?
—A veces, el hecho de que estés haciendo algo por una persona, no significa que sea lo correcto.
Y de nuevo comienza a llorar.
—¡Felix! ¿D-dije algo malo?
—No... Es sólo que la realidad me golpeó muy fuerte.
ChangBin suspira mientras acaricia el cabello del menor. No sabe por cuánto tiempo lo hace, hasta que se da cuenta de que Felix se había quedado dormido por completo. Oh, cómo le gustaría que el tiempo se detuviera para abrazar a Felix por siempre, pero era una lástima que las cosas no fueran así. Tenía que levantarse, el pecoso podría atrapar un resfriado y Seo no quería eso. Lo carga en brazos y lo recuesta en su cama, acariciando un poco más su cabello junto con su mejilla. Se acerca al menor, junta sus frentes y cierra los ojos imaginándose lo mal que podría estar Felix en esos momentos. Se aleja un poco y deja un pequeño beso en su frente para después tomar al pecoso de la mano.
Al día siguiente, Felix despierta muy temprano y lo primero que ve es a ChangBin. Suspira aliviado y cuando nota que Seo lo toma de la mano, sus orejas cambian a un tono rojizo. Lo que su corazón sentía... Ése extraño y al mismo tiempo cálido sentimiento volvía a hacerse presente.
—Buenos días.
—¡B-buenos días, ChangBin!
—¿Pudiste descansar bien?
El corazón de Felix no puede evitar acelerarse una vez más, ChangBin estaba siendo tan amable ese día.
—Sí, gracias por quedarte.
—No es nada. ¿Cómo te sientes?
—Mejor que ayer.
—Muy bien. Será mejor que me vaya, el sol está por salir. —Trata de alejarse, pero Felix lo sujeta con fuerza impidiéndoselo.
—¡E-espera!
—¿Qué sucede?
—Muchas gracias. —Se levanta de la cama y se acerca al rostro contrario, está a unos centímetros de tocar sus labios, entonces, le da un abrazo y esconde su rostro en el cuello del pelinegro —, ¿regresarás esta noche, verdad?
-—Lo haré. —Dice correspondiendo en abrazo.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo.
Y tal como lo dijo, cumplió su promesa y llegó por la noche. Solo que esta vez se veía un poco diferente, estaba más pálido de lo normal, pero Felix no le tomó demasiada importancia.
—Oye, ChangBin.
—¿Sí?
—¿Me hablarías de ti?
—¿De mí? ¿Qué quieres saber?
—Todo.
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