Capítulo 12-Final

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Madeleine y Constantine habían hecho tiempo para asistir a la exposición de cuadros de Elliot, habían estado muy ocupados durante el último mes, pero estaban acomodándose, a sus trabajos y a su vida juntos.

Había mucha gente y y Elliot parecía estar muy solicitado, además de tener éxito.

-¿Ayudaste en esto?- preguntó Maddy mientras tomaba una copa de champagne. Constantine no pudo evitar pensar en lo bonita que se veía, llevaba un vestido gris plata y había adornado su cabello rosa con un broche de strass, parecía una fantasía. Tardó en responderle.

-¿Ves a aquel hombre? Es el marchante y curador más famoso, está a cargo de esta exposición, soy cliente suyo, el mes pasado le envíe un mensaje hablándole sobre Elliot.

-¿Entonces organizó esto?

-No, me envío un mensaje insultándome. Creo que fue algo como que yo no sabía de arte, que era un mercenario del dinero, que él no trataba con artistas acomodados, que el dinero de los Clermont no podía comprar el talento , que si mi hermano estaba aburrido le hiciera yo una exposición y cosas semejantes. Y juró que no me volvería a vender ningún cuadro.

-¡Vaya! Parece que tu encanto no funcionó con él o mejor dicho es otro de los que te hubiera dado con un bate por tu falta de tacto. ¿Entonces?

-Al responderle adjunté unas fotos de las obras de Elliot y parece ser que eso causó algún efecto. No me respondió, pero aquí estamos, de lo que deduzco que mi hermano tiene el talento suficiente como para hacerlo bien sin mí.

- Me alegra escuchar eso, pero también me alegra que quisieras ayudarlo con lo que es importante para él, has recorrido un largo camino Constantine, lo estás haciendo muy bien.

-Gracias- le respondió sonriendo y en ese momento se acercaron a ofrecerles unas copas de champagne. Maddy tomó una y le sonrió divertida.

-Esto es casi decadente, una exposición de arte donde está lo más selecto de la sociedad, una copa de champagne y la compañía de un CEO sexy , casi parece escena de novela – le dijo elevando la copa a modo de saludo y luego dando un trago. Constantine la tomó por la cintura y la acercó a él.

- Ese horrendo marchante y tú son los únicos que se animan a burlarse de mí en esta ciudad, pero como me llamaste sexy, lo dejaré pasar. Qué te parece si vamos a saludar a mi hermanito.

-¿Ya le compraste algún cuadro?

-De hecho sí, y ni siquiera sé por qué está en la exposición porque es mío – protestó y justo llegaron hasta Elliot que terminaba de quedar libre de sus recientes admiradores. Maddy lo abrazó y Constantine le dio una palmadita en la espalda. Se le notaba el orgullo.

-¿Estás feliz? – preguntó Madeleine aunque la respuesta era obvia.

-Sí, parece un sueño. Y hasta puedo ganar dinero con esto, Constantine.

-Lo sé, hasta yo compré tus cuadros.

-¿Quieres ver cuál compró, Madeleine? – preguntó y la tomó de la mano para llevarla antes que su hermano mayor reaccionara.

-Mi cuadro – dijo ella cuando estuvo frente a la obra, en efecto era el primer cuadro que Elliot había pintado de ella, por el que se habían conocido.

-Es mío en realidad—comentó Constantine abrazándola desde atrás.

-Y también le puso el título, lo dejé hacerlo para convencerlo de que me dejara exhibirlo- explicó y señaló la información que había junto al cuadro.

-"El lado rosa de la vida" – leyó Madeleine emocionada.

-Eso eres tú – susurró Constantine y ella se giró para besarlo.

El lado rosa de la vidaWhere stories live. Discover now