Capítulo 11

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Hola! Ha pasado mucho tiempo  desde que actualicé, básicamente porque me cuesta escribir, este 2020 ha sido  complicado. Y también porque Madeleine es justamente alguien optimista a pesar de todo, una sobreviviente y a mí me costaba mucho  poder estar acorde a su espíritu  para escribir sobre ella.

Pero aquí estamos, para intentar seguir encontrando el lado rosa de la vida, para seguir luchando, resistiendo. E intentar darles su final feliz a estos dos.

Un abrazo inmenso a todos . Cuídense mucho y resistan.

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Constantine llamó a Maddy para invitarla a almorzar en su casa el sábado, sabía que la cena era más complicada porque con ella trabajando en el bar, casi nunca cenaba en un horario fijo.

Ella aceptó y dijo que tenía algo que contarle.

Constantine no solía cocinar, comía afuera u ordenaba comida, sus habilidades se limitaban a hacer un sándwich o algo sencillo, sin embargo había decidido cocinar algo para Madeleine. Había buscado una receta, comprado todos los ingredientes y estaba concentrado preparando la comida mientras veía videos instructivos en su celular, estaba tan concentrado que no prestó atención a mucho más.

Cuando Maddy llegó empapada, se sorprendió de que estuviera lloviendo y él no lo percibiera.

-No me di cuenta, debí ir a buscarte.

-La lluvia fue repentina ¿Pero de verdad no lo notaste?

-Me temo que estaba esforzándome en hacerte algo comestible.

-Otra de las primeras veces, supongo- mencionó sonriendo.

-Sí, y seguiremos con esa lista, porque creo que será mejor que vayas a cambiarte la ropa mojada mientras termino de cocinar.

La guió a su habitación para buscar algo de ropa limpia.

-Elige lo que quieras – musitó señalando el vestidor antes de dejarla sola porque temía que se le quemara la comida

Madeleine aprovechó a mirar a su alrededor mientras buscaba algo para cambiarse, le gustaba saber más de él. El lugar era sobrio y ordenado, pero había toques de calidez, los libros en la mesa de luz, el cuadro de un paisaje marino sobre la cabecera de la cama. El lugar reflejaba muy bien a Constantine. Eligió un par de prendas, había poco que no fueran trajes y ropa lujosa, optó por un sweater de hilo liviano y unos pantalones deportivos , dejó la ropa mojada en el baño donde él le había indicado y fue a su encuentro.

-La comida está lista, en un momento la sirvo. Ven aquí – la llamó y cuando se acercó le arremangó el sweater y luego se agachó para doblar el pantalón que también le iba grande.

-Gracias- dijo ella

-Me gusta.

-¿El qué?

-Verte con mi ropa puesta.

-¿Eres fetichista?

-Eso parece, o al menos en esto. No lo sabía pero me gusta, mucho- dijo y la acercó para besarla.

-La comida, Constantine, no te distraigas. Quiero probarla después de tanto esfuerzo que has hecho como para no notar la lluvia.

-Cierto- dijo soltándola y la guió hasta la mesa.

La comida estaba deliciosa, y Constantine estuvo feliz de ser alabado por ello. Maddy admiraba esa característica de él, la de comprometerse completamente cuando quería lograr algo, daba el cien por cien de él y su esfuerzo daba resultados. Y también había descubierto que le gustaba recibir su reconocimiento, eso era tierno. Constantine no parecía alguien que se llevara demasiado por opiniones ajenas, pero que un cumplido de ella lo hiciera feliz, la enternecía.

El lado rosa de la vidaWhere stories live. Discover now