Capítulo 8 (minicapítulo)

2K 347 28
                                    

Bueno, paso a dejar un poco, es breve LO SÉ!! Me he pasado casi mes y medio enferma con bronquitis, más el desánimo que me ha causado, y cosas varias que me han quitado las ganas de escribir. Así que intentando volver de a poco. Como siempre un GRACIAS enormes a quienes esperan pacientemente, entienden y alientan.Espero les guste.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------

Tras el beso y aquella palabras que habían sido absoluta e inesperadamente sinceras, Constantine se despidió.Había sido uno de los mejores días de su vida. Si un par de meses atrás le hubieran dicho que se sentiría bien sin estar dedicado a su trabajo y se sentiría feliz por compartir tiempo con una chica de cabello rosa dueña de un bar, no lo hubiera creído. Pero así era. Además se sentía libre como quizás nunca antes, tal fuera cierto que la verdad liberaba porque ya no sentía que tenía deudas de gratitud que pagar, por primera vez sentía que podía pensar en él mismo y sus necesidades sin condicionamientos ajenos. Y necesitaba más de Madeleine.

La vio de casualidad dos días después, aunque quizás no fuera tanta coincidencia pues andaba paseando por el barrio donde ella hacía su trabajo pro bono.

La vio desde lejos, estaba sentada en una mesa al aire libre en un restaurante, su cabello rosa fue lo primero que la delato, era imposible no reconocerla. Y a medida que se acercó, pudo observar que la joven compartía su sándwich con un gato callejero que se había acomodado junto a su silla.

-¿Haciendo nuevos amigos? – le preguntó y ella lo miró sorprendida, obviamente estaba muy concentrada en alimentar al animal y no lo había visto llegar.

-Eso parece – respondió sonriente.

-Eres un caso perdido, atraes a todos los necesitados – observó Constantine sabiendo que eso hacía referencia también a él mismo.

-¿Almuerzas conmigo?- lo invitó.

-Creí que habías terminado ya – respondió sentándose.

- Creo que puedo comer un poco más, ya que compartí mi almuerzo – respondió ella y Constantine no pudo resistirse a la invitación. Ordenaron un par más de sándwiches y los comieron mientras conversaban amenamente, y el invitado gatuno siguió recibiendo alimento de los dos. Cuando terminaron, Constantine caminó con ella hasta la oficina, se cruzaron con un vendedor de algodones de azúcar.

- Tu cabello me recuerda a eso – le dijo.

-¿Quieres uno?

-Estoy un poco grande para comerlos.

-Nunca se es grande como para hacer las cosas que uno desea, además no comimos postre – respondió ella y fue a comprar uno. Tomó un trozo y antes que Constantine pudiera protestar se lo metió en la boca, luego tomó ella misma un bocado.

-Es dulce, y rosa, creo que podría hacerme adicto- comentó él cuando el dulce se deshizo.

-¿Valía la pena, verdad?

-Absolutamente – le dijo y la acercó a sí para besarla.

-Muy dulce – dijo ella cuando la soltó y lo besó a su vez. Fue entonces cuando él se dio cuenta que era la primera vez en su vida que se besaba con alguien en la vía pública y a plena luz del día. Ya no solo le daba curiosidad Maddy, sino en quién se convertiría él si seguía a su lado.

La acompañó hasta la oficina.

-Te veo esta noche, puedo llevarte la cena cuando termines de trabajar – se ofreció Constantine.

-Creo que no, quiero decir que será difícil porque Mick estará enfermo y deberé ocuparme sola de todo, así que dudo que tenga ganas de comer o algo cuando cierre el bar.

-Puedo ayudarte. Tengo mucho tiempo libre, ¿recuerdas?

-¿Tú? – preguntó ella

-Soy muy eficiente –confirmó.

-¿Has trabajado en un bar antes? ¿O como mesero?

-No, pero puedo aprender.

-De acuerdo, estás contratado, sólo que no esperes un salario como el que tenías antes – le dijo.

-Podemos negociarlo luego, aunque creo que hasta podría aceptar uno de estos como pago- respondió señalando el poco de algodón de azúcar que aún sostenía en la mano-Nos vemos más tarde- finalizó.

El lado rosa de la vidaΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα