Capitulo 3.

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La semana pasó volando, cuando Claudia se quiso acordar ya estaban en viernes y había aceptado la propuesta de ir al profesor particular con su amiga Amelia.

Para no retrasarse más bajo corriendo y agarro lo primero que vio que fue una manzana, agarro una botella de agua y salió para la escuela porque le quedaban 10 minutos para llegar y a su paso llegaba en 20.

Para su suerte llegó en 8 minutos y pudo tener un tiempo para hablar con su amiga sobre las clases particulares antes de entrar a la clase de filosofía.

- Y.. ¿sabes por lo menos el nombre del profesor? - pregunto Claudia con algo de intriga, no le había dicho nada de él

- No, la verdad no. Mi padre lo conoce por su padre y nunca me dijo su nombre, solo que trabaja en una escuela y daba clases particulares de contaduría entre otras materias- comento Amelia mientras destapaba la botella

- Y si es un violador? No sabemos nada de él, yo sabía que no tenía que aceptar -hablo con un tono de gracia Claudia

- Clau cálmate, mi padre lo conoce y el no me mandaría con un violador y lo sea o no necesitamos aprobar contaduría porque si no en vez de disfrutar que terminamos nuestro último año de secundaria vamos a estar repasando en verano 

- Tenes razón, ya sabes que los profesores particulares los odio desde Jacobo -hablo Claudia mientras flashes pasaban por su mente

- Clau, no recuerdes eso, ya sabes que Jacobo está bien lejos de acá y no te va a volver a buscar. Confía en mi porque te voy a proteger -hablo Amelia mientras le daba un fuerte abrazo a su mejor amiga

- La verdad que si, vamos a la clase antes que la profesora Milena se vuelva a enojar y nos deje afuera de la clase -Hablo esta vez Claudia limpiándose unas pequeñas gotas que salieron de sus ojos al acordarse de Jacobo.

Las chicas se levantaron del banco y fueron con toda la rapidez a la clase de filosofía antes de que la profesora las regañe.

Claudia estuvo tan hundida en sus pensamientos de su pasado que no se dio cuenta cuando la profesora le habló.

- Señorita Mileghar explique usted a la clase que es lo que el gran filósofo dijo respecto al texto

- ¿Qué filósofo?

- Usted está calentando el banco y no veo que esté prestando atención a mi clase, ni siquiera sabe de lo que estamos hablando. Me hace el favor de retirarse de mi clase señorita -hablo la profesora con enojo notable en su voz

Cómo Claudia no tenía ganas de pelear con nadie prefirió callar y juntar sus cosas para ir afuera, en otro momento hubiese enfrentado a la profesora pero no se sentía nada bien y prefería estar afuera tomando aire.

Una vez en el patio desierto se sentó en el primer banco que vio apoyando las manos en su cara cubriéndola para que nadie la vea llorar, cada vez que recordaba a ese hombre automáticamente se ponía a llorar. No había superado con totalidad el tema y tocarlo le ponía muy sensible, como en ese momento.

Y seguiría llorando de no ser porque una voz tan celestial la sacó de sus pensamientos horribles

- Señorita Mileghar? Qué hace acá? No tendría que estar en filosofía?

- Hola profesor Payne, la profesora me saco de la clase porque no estuve prestando atención. Fue mi culpa -Hablo Claudia sin sacar sus manos de su cara para que el profesor no la viera en ese estado débil, odiaba que la vieran llorar

- Ah, ahora entiendo. ¿Estás bien? ¿Por qué tenes las manos en la cara?

- Profesor puede ir más despacio con sus preguntas? - soltó destapándose por completo la cara dejando al descubierto sus ojos rojos e hinchados y sus labios rojos por habérselos mordido- Solo me sentía un poco mal, preferí venir acá

- Perdón si te incomode con alguna pregunta, solo me preocupe de verte en este estado, disculpa que te tenga que dejar pero tengo que organizar los ejercicios de la clase de su curso antes de que vayan

- No se preocupe, no me voy a tirar por ningún balcón. Vaya tranquilo -dijo claudia dando una cálida sonrisa al profesor

- Nos vemos en unos minutos -luego de decir esto el profesor camino a paso apurado para su aula

Las clases pasaron tranquilas para Claudia, estuvo un poco en la nada misma pero algunos profesores no le prestaron atención y otros solo le llamaron la atención, nada grave.

Una vez en la salida del colegio fueron con su amiga para su casa, iban a almorzar algo y después iban a ir a las clases particulares que era a las 3:00 p.m

- Estuviste muy distante en las clases y no comiste nada Claudia, sabes que me duele verte así -hablo su amiga con cierto enojo y un poco de pena

- Lo se, sabes que ese tema para mi no está totalmente cerrado y cuando algo me lo recuerda me pierdo por horas. No tengo hambre, tengo el estómago cerrado y siento que voy a vomitar en cualquier momento -dijo Claudia mientras se paraba de la mesa para tirarse al sillón

- Se que te hace mal y perdón por ser yo quien te trajo esos recuerdos con el particular pero sabes que lo necesitamos, ademas, no todos son como ese imbecil. Solo vamos a aprender

- Lo se, lo se. Solo fue mi mala suerte -soltó mientras hundía su cabeza en la almohada

- Clau, mírame. Yo siempre voy a estar con vos, en tus momentos buenos y malos, sabes que nunca te voy a dejar sola en ningún momento y en ninguna circunstancia -dijo Amelia mientras se abalanzaba arriba de su amiga- tenemos 1 hora para llegar, sería mejor que vayamos yendo para allá

Luego de eso las dos chicas agarraron sus mochilas y metieron lo necesario para las clases particulares, una libreta y una cartuchera, aunque una lapicera valía igual.

Salieron con prisa de la casa de Claudia y cómo pudieron se guiaron hasta la casa del profesor particular, les costó ubicarse debido a que quedaba muy lejos y ellas no solían ir por esas zonas.

Al llegar vieron en donde estaba, era un barrio hermoso con todas las casas iguales y elegantes, pintadas de un hermoso color crema por fuera y los jardines delanteros decorados con hermosas flores y diferentes arbustos.

Llegaron a la casa 102 y tocaron timbre esperando que alguien les abra, luego de esperar un poco y ver que nadie salió tocaron una segunda vez.

A la segunda vez salió la persona que menos esperaban ver.

- Chicas que sorpresa, bueno sorpresa no, ya sabía quienes venían. ¿Cómo están?

- Profesor Payne? Usted da clases particulares? -mencionó Amelia con un poco de diversión en su rostro- que divertido

- Fuera del área escolar también soy profesor aunque sorprenda, pasen -termino de decir mientras corría su cuerpo para darle acceso a las dos chicas

Claudia no pudo ni decir una a qué sus piernas le empezaron a fallar y de ver la cara del profesor Liam paso a no ver nada y sentir que alguien agarro su cuerpo.

¡PELIGRO, ES MAYOR! || L.P Where stories live. Discover now