capitulo 25.

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ya eran las tres de la tarde en la casa de claudia y ella estaba preparándose las cosas para las clases particulares con el profesor Payne, estaba un poco nerviosa porque esta vez iba sola a su casa, si bien ya habían estado solos en una carpa esta vez ella estaba algo disgustada todavía con lo sucedido el día anterior.

Su tarde pasó muy tranquila y algo perezosa se podría decir, al final habían quedado a las seis de la tarde pero ella no aguantaba ya estar encerrada en su casa así que agarro las cosas preparadas y se dirigió al primer starbucks que se le cruzo por el camino.

Una vez en el auto y con su Frappuccino en mano veía las opciones para ir, se decidió por una plaza que estaba cerca de lo de su profesor así no se atrasaba por si se colgaba en sus cosas.

Para su suerte estaba bastante solitario y pudo aprovechar a pensar que era lo que estaba haciendo, lo que se venía replanteando hace exactamente dos meses desde que conoció al profesor, y sobre todo desde que descubrió que si podía gustarle otra persona.

Si bien decidió que iba a dejar todo a manos de la suerte todavía había algo que le hacía ruido, si, la profesora y la situación del otro día, ella generalmente nunca era celosa y las veces que lo fue se arrepintió bastante. Cuando se ponía en una relación lo hacia con los ojos vendados, confiando ciegamente en esa persona.

La alarma sonó indicándole que las seis de la tarde ya sé acercaba y tenía que irse de esa plaza para afrontar sus sentimientos, el parque no quedaba tan lejos y en menos de diez minutos ya estaba frente a puerta de Liam tocando el timbre.

La puerta fue abierta y los ojos de Claudia se nublaron, solo confirmó en ese instante que no importaba lo que pase, verlo siempre iba a desmoronarla de amor y de ganas de abrazar a su profesor.

Sin saber el porqué, o bueno, no queriendo investigar se tiro a los brazos de él, abrazándolo tan fuerte que podía escuchar cómo se quedaba sin aire, simplemente aflojó la fuerza pero no el abrazo. Sintió su aroma, ese olor a brisa de verano que te pasea por toda la cuadra con la baba colgando, el mismo que ella amaba.

- ¿Clau pasó algo? -preguntó asustado correspondiendo al abrazo

- No, solo.. quédate así, lo necesito -levanto su cabeza encontrándose con los ojos marrón clarito que con el sol se hacían más claros de lo normal

Liam no entendía el porque del abrazo y estaba preocupado por si le había pasado algo, lo correspondió al instante que sintió el tacto de su cuerpo contra el suyo. Lo necesitaba mucho.

Siguieron abrazados y mirándose fijamente sin decir palabra ni mover un dedo, simplemente se miraron a los ojos en un abrazo y descubrieron que ahí, en ese momento se sentían en paz, se sentían felices y no importaba el poco tiempo que se llevaban conociendo, se sentían en casa.

- Amo este momento y si es por mi me quedaría toda la vida así pero, ¿no es momento de entrar? -bajo de las nubes el profesor dándose cuenta que estaban a mitad de la cuadra

- Si perdón, no me había dado cuenta -pasó hacia donde serían sus clases

- Sentate, saca las cosas y sos una maleducada -rio por lo último que dijo

- ¿qué? ¿Por qué? -miro con confusión la alumna

- No me malinterpretes, me encanto el abrazo pero creo que falto un saludo -estiro sus labios en piquito dando el claro mensaje de lo que quería

Claudia se estiró hacia donde estaba el mayor y acto seguido le dio un pico rápido en los labios.

- Eso no es un saludo aceptable -hizo puchero el más grande

¡PELIGRO, ES MAYOR! || L.P Donde viven las historias. Descúbrelo ahora