EL ESPÍRITU

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-El maestro Kelsang necesita más tiempo para sanar,- Jianzhu dijo por sobre el hombro. -Mientras tanto podemos hacer un ejercicio espiritual que tal vez arroje algo de luz a nuestra situación. Piensen en ello como una excursión para "sólo maestros tierra"-.

El trayecto de Pengpeng había cambiado, la brisa soplaba sus mechones en una nueva dirección.

El grupo era la extraña combinación de Jianzhu, Yun y Kyoshi. Habían tomado prestado el bisonte de Kelsang, dejando atrás a Hei-Ran y Rangi. No debería haber nada raro en la idea de tres nativos del Reino Tierra pasando tiempo juntos gracias a la nacionalidad que compartían aún así Kyoshi lo encontraba desconcertante. Sin Rangi ni su madre presente, se sentía como si se estuvieran escondiendo para hacer algo ilegal.

Echó un vistazo al terreno. Según sus cálculos estaban cerca de las montañas Xishaan que corrían a lo largo del extremo sureste del continente. Las mismas que el Rey Tierra incorrectamente consideraba ser barrera suficiente para las amenazas marítimas, como los piratas del mar del Este.

Kyoshi aún no se sentía del todo cómoda hablando con Jianzhu de una manera tan casual así que le preguntó a Yun cuál era el motivo del viaje. Sifu, le respondió cautelosamente, una idea que había estado formándose en su cabeza.

-¿La razón por la que vamos a un área alejada es porque trataremos de provocar el estado Avatar?-

Su maestro se mofó. -No seas ridículo.-

-Qué es el estado Avatar?- Kyoshi le susurró a Yun. Los agudos oídos de Jianzhu atraparon la pregunta.

-Es una herramienta,- respondió. -Y un mecanismo de defensa. Un estado superior diseñado para empoderar al Avatar actual con el conocimiento y las habilidades de todos los Avatares anteriores. Permite la invocación de enormes energías cósmicas y casi imposibles muestras de poder-.

Eso sonaba bastante determinado. ¿Por qué no lo intentaban, después de los fracasos que habían tenido?

-Pero si el Avatar no está consciente del poder que está controlando entonces este puede desencadenarse causando destrucción a gran escala,- Jianzhu continuó. -Se convertiría en un desastre natural humano. La primera vez que Kuruk practicó entrar en el estado Avatar, fuimos a un pequeño y deshabitado atolón para así no herir a nadie-.

-¿Qué pasó?- preguntó Yun.

-Bueno, después de que sus ojos dejaran de brillar y de que bajara flotando veinte pies en el aire dentro de una esfera de agua, la isla ya no estaba allí,- Jianzhu dijo. -El resto sobrevivimos por los pelos. Así que no, no provocaremos el estado Avatar. Me asusta el pensar lo que pasaría si un Avatar maestro tierra comenzará a lanzar continentes a diestra y siniestra-.

Los llevó más abajo. El lado oeste de la cresta montañosa estaba salpicado de colonias mineras vacías. Escapos de polvo café se extendían desde los lugares operativos como una infección, comiéndose los árboles y desplazando la vegetación natural. Kyoshi buscó señales de que las tierras estaban creciendo de nuevo, pero las cicatrices eran permanentes. Las hierbas silvestres mantenían un estricto acordonado alrededor de las áreas que habían sido tocadas por los mineros.

Jianzhu preparó a Pengpeng para aterrizar en el centro de una aldea con muros de barro.

Quién fuese que hubiese formado las estructuras fue tan descuidado que parecía intencional, como para recordarles a los habitantes que no se iban a quedar por mucho tiempo.

Kyoshi se sorprendió de que no causaran más daño al bajar del bisonte.

-Este es un importante centro de energía tierra,- pronunció Jianzhu. Yun hundió un dedo del pie en la tierra mientras examinaba su alrededor.

El Ascenso de Kyoshi [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now