Capítulo III

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Se sentía algo incómodo, miraba a su alrededor con curiosidad, su nariz exploraba cada rincón y al inhalar más profundo volvió a toparse con la esencia de la mujer y de nuevo mil preguntas se colaron en su mente al notar su embarazo.

Sasuke volvió con un par de platos de barro, entregando a Naruto uno lleno de estofado, el aroma y la vista eran deliciosos, quería engullir la comida pero se detuvo por mera cortesía, esperaría a que el pelinegro y su mujer lo acompañaran.

No pasó mucho tiempo cuando ambos acompañaron al Uzumaki, con ansias comenzó a probar el platillo, sintiendo un cosquilleo en el paladar.

-Está delicioso!- exclamó con gran ánimo

La joven mujer se sorprendió ante la exclamación con gran energía, estaba acostumbrada a la tranquilidad y la plática serena con su esposo. Mientras que Sasuke sólo dio una leve sonrisa.

-Agradezco el cumplido- sonrió un poco divertida

Después de un rato los tres terminaron, el hanyou suspiro satisfecho, estaba hambriento después de su viaje y no lo había notado hasta ahora que había comido un par de platos de estofado. La joven sacerdotisa levantó los platos y prosiguió a lavarlos, con Sasuke ayudándola a guardarlos.

-Iré a preparar un lugar para que Naruto pueda descansar- dijo al terminar con el último cubierto

-Te ayudaré- expresó el pelinegro

-Sasuke, Naruto debe querer entender la situación- giró la mirada al peli anaranjado -creo que si va a volver sin ti, por lo menos deberías ayudarlo a entender y creo que es mejor si lo hablan a solas-

El azabache la miró atentamente, ella no tenía idea de lo mucho que lo impresionaba, era increíble lo empática y racional que podía ser, dos conceptos que para él no van del todo bien, y sin embargo, ella lograba el equilibrio entre ambos.

-Está bien- soltó convencido de hablar con Naruto

-Me retiro Naruto- expresó la azabache con cortesía hacia el Uzumaki -dejaré preparado tu lugar de descanso-

-Muchas gracias. Y me disculpo por las molestias que he causado- respondió sonriendo animado con una mano rascando la parte trasera de su cabeza

-No causas molestia- sonrió y salió del espacio para que su esposo y amigo se pusieran al corriente

El peli negro regresó al pequeño comedor, no sabía si estaría listo para contestar las preguntas o contar cómo llegó a enamorarse de una mujer de un mundo diferente, sin contar que Naruto siempre tenía una energía ansiosa.

-Es una bonita casa- expresó el peli anaranjado viendo a su alrededor -se ve más grande que las que están en el pueblo-

-Lo es- expresó el peli negro -y también la forma de construcción es diferente, la gente del pueblo tiene cabañas muy pequeñas y un sólo espacio, yo construí esta casa para mí comodidad y la de Kikyô- expresó mirando lo que había logrado

-Tú la construiste?- preguntó con asombro

-No me parecida apropiada el tipo de vivienda que hay en esta época para una familia- expresó tranquilo -afortunadamente, mi servicio de protección al señor feudal y la protección que ofrece Kikyô contra demonios nos permitieron tener un terreno grande y construir a mi gusto-

-Es impresionante- exclamó Naruto

Se quedaron un momento en silencio, Sasuke no sabía si comenzar de alguna manera a relatar lo ocurrido o esperar a que Naruto preguntara.

-Sasuke, cómo es que estás casado? Qué pasó cuando fuiste absorbido?- el ojiazul no podía esperar, quería saber todo.

-Es una larga historia- suspiró con algo de alivio de que Naruto diera la pauta para iniciar -Pero creo que hay tiempo para contarte-

El peli anaranjado lo miró con suma atención, mientras que el Uchiha recordaba cómo inició todo.

-Fue unos meses después de dejar la aldea- comenzó su relato -escuché de algunos problemas en la tierra oculta entre las olas y me dirigí hacia allá, como sabrás se formó un vórtice cerca del gran puente, logré apartar a un niño que pudo haber sido absorbido pero en cuanto quedé frente al vórtice sentí como empezaba  a quedarme sin chakra, empecé a sentirme débil y fue cuando me absorbió- se detuvo un momento antes de proseguir.

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Hace dos años

Una gran tormenta azotaba a una pequeña aldea del poniente, sobre el mar tempestuoso un gran vórtice se formaba y una gran cantidad de energía espiritual emanaba de él.

Alejada del evento podía notar el gran desastre que esto iba a dejar en la aldea, afortunadamente su camino la había llevado hasta allí. Ella observaba atentamente aquel fenómeno, al contrario de lo que podría pensar el vórtice no absorbía. Pero aquello no era lo único extraño, sus ojos caoba notaron como una gran cantidad de energía espiritual se concentraba en el centro y giraba con este.

Después de un largo momento el fenómeno fue disminuyendo y la energía espiritual se desvanecía. Notando la energía angustiosa que emanaba de la aldea se dirigió hacia allá, buscaría la forma de ayudar y dar un poco de alivio a las personas de la aldea.

Tardó un par de horas en llegar a la aldea, notó como algunas casas sufrieron daños, parecía que no había heridos graves por suerte, algunos niños lloraban asustados y en cuanto notaron su presencia fueron con ella pidiendo que acompañara a los hombres a buscar heridos en la playa.

La azabache siguió a los hombres con paso veloz, en cuestión de minutos llegaron a la playa encontrando algunos pescadores inconscientes. Revisaron a cada uno de ellos pero no sufrieron ningún daño, sólo habían sido expulsados del mar por el vórtice.

-Sacerdotisa, aquí hay un hombre que parece no reaccionar- un hombre llamó su atención y se dirigió hasta él

La joven quedó sobre sus rodillas para examinar un poco al hombre inconsciente, su cuerpo parecía no tener ningún daño sólo algunos moretones, revisó su cabeza pasando sus manos por su cabello oscuro y tampoco encontró nada de peligro. Se concentró y notó que parecía un contenedor de energía espiritual.

"Ya veo"

-El templo no sufrió ningún daño- expresó la sacerdotisa -se quedará ahí hasta que recupere la consciencia-

Notó que ese hombre estaba recuperando lentamente energía espiritual, eventualmente la recuperaría y en ese momento la consciencia también. Era un hombre peculiar, no parecía monje o sacerdote, por lo que su fuerza espiritual le creaba curiosidad.

Por el momento lo dejó en el templo, seguiría revisando su condición una vez que ayudara un poco en la aldea. Al cerrar la puerta del templo una pequeña astilla se clavo en su mano, sintió el leve dolor y la sacó de su piel dejando brotar una pequeña gota de sangre, a veces olvidaba que por su cuerpo la sangre circulaba de nuevo.

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Este ha sido el tercer capítulo, espero que les haya gustado.

Explico algunas cosas, bueno Sasuke ya comenzó a relatar cómo es que llegó a esa situación, pero no quise quedarme sólo con su perspectiva, me gusta ver el panorama general jejeje...
Si no lo notaron antes, la historia se desarrolla en el mundo de Inuyasha y si va a aparecer el grupo de Inuyasha a su tiempo.

Por el momento es todo, agradezco sus votos y comentarios.

El Destino de Dos Pecadores (Sasuke x Kikyo)Where stories live. Discover now