El Destino de Dos Pecadores (Sasuke x Kikyo)

Capítulo XII

-Señorita Kikyô- la pequeña niña llevaba un kimono rosado y su rostro parecía un poco preocupado -tiene que acompañarme a la aldea-

-Rin, ¿qué ha pasado?- la sacerdotisa se acercó a la pequeña

El azabache se encontraba unos pasos detrás de Kikyô, escuchando pacientemente el intercambio entre ella y la niña.

-La señora Kaede se encuentra enferma-

Kikyô sintió un frío recorrer su cuerpo, su mano se posó en su pecho, cerró sus ojos tratando de contener unas lágrimas, los abrió sorprendida al sentir en su hombro una mano y se encontró a Sasuke a su lado.

-Vamos- fue lo único que dijo antes de tomarla de la mano y seguir a la niña

No tenía que explicarle nada, él lo sabía, sabía que Kaede era su hermana menor y lamentablemente para Kikyô su tiempo se paro, mientras que el de su hermana continuó hasta que llegó a ser muy mayor.

Ambos subieron al monstruo de dos cabezas, Sasuke se encontraba algo inseguro ante la idea de ir montado en él, pero la bestia parecía bastante dócil así que ignoró el sentimiento y se concentró en la azabache, notó que trataba de mantenerse serena como siempre.

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Llegaron un poco después del amanecer, los tres bajaron algo apresurados y caminaron rápidamente hacia la cabaña. La joven sacerdotisa titubeó un poco antes de entrar, sentía miedo de entrar y encontrarse con Kaede inerte, pero alejó ese pensamiento al sentir aún el aura de su hermana, se sentía débil pero ahí estaba.

Entró, su nariz chocó con el penetrante aroma de plantas medicinales y madera quemada para el fuego, recostada la figura de una anciana se encontraba. La joven sacerdotisa no tardó en acercarse y revisar la condición de su hermana, tocó su frente notando la fiebre.

-¿Dónde están los demás?- preguntó Kikyô un poco molesta al notar el estado de su hermana y que se encontrara sola con la joven Rin

-La señora Kagome y los demás fueron a buscar remedios en otras regiones, cree que pudo ser envenenamiento- explicó la joven castaña

-No es necesario buscar otros remedios, tienen los ingredientes necesarios justo aquí- expresó la sacerdotisa mirando varias canastas llenas de gran variedad de plantas -y no es un envenenamiento, es una infección muy avanzada, necesito preparar una infusión. ¿Rin podrías traer agua fresca?-

La joven castaña no perdió tiempo y salió apresurada de la cabaña. La azabache se dio cuenta de que la infección se debía a una herida en un costado del torso de su hermana, "¿cómo es posible que no hayan notado esto?"

El Uchiha notó la molestia en los ojos de la sacerdotisa, la vio cambiar rápidamente su estado dedicándose a tomar algunas plantas y machacarlas, su nectar y pulpa creaban una mezcla viscosa, desvió la mirada l notar que despojaba a la anciana de su parte superior para untarle la mezcla en la herida visiblemente rojiza y derramando un poco de líquido amarillento.

Rin entró con un balde de agua y lo dejó a un lado de la sacerdotisa, notó lo herida de la anciana, recordaba que unos cuantos días atrás la señora Kaede había ido a otra aldea a deshacerse de un demonio y no le permitió acompañarla, cuando regresó no notó nada extraño sólo que a veces decía sentir molestia en su torso, pero que no era nada preocupante. Ahora se sentía culpable por no haber sido más atenta ante aquello.

Después de unos momentos, Kikyô terminó de hacer la infusión e hizo que su hermana la bebiera. Se tranquilizó un poco, tenía confianza en que los remedios que había preparado ayudaría a Kaede a recuperarse.