ɪ ɴᴇᴇᴅ ʏᴏᴜ (𝑀𝑖𝑐ℎ𝑎𝑒𝑙 𝐽𝑎𝑐𝑘𝑠𝑜𝑛) Terminada

ʟᴀ sᴇɴ̃ᴏʀᴀ ᴏᴍᴇʀ

Narra Michael

Cómo había dicho, estaba dispuesto a recuperar a mi hijo, estoy seguro de ello así que no me preocupo demasiado.

Me encontraba afuera de la universidad de Nicolás, le iba a proponer pasar un día juntos, estoy seguro de que no se negaría.

chicos y más chicos salían por aquella puerta, algunos me miraban un poco extraño mientras que otros seguían de largo su camino. Lo buscaba con la mirada hasta que lo visualice a lo lejos conversando con otro chico. Levante mi mano sacudiendo la un poco llamando su atención, el caminó hacia mi con su ceño ligeramente fruncido.

-¿Puedo ayudarle señor?

- Nicolás, - sonreí - soy yo

- ¿Disculpe?

- Soy yo, - proseguir a quitarme el bigote y la dentadura falsa - Michael

- Sonrió de oreja a oreja - Michael, ¿qué haces aquí? ¿Cómo supiste dónde estudió? - su sonrisa no se borraba de su rostro -

- Eso no importa muchacho, - sonreí - es mi hora de comida, ¿te gustaría acompañarme a comer?

- ¿Me estás invitando a comer contigo? - preguntó completamente sorprendido -

- Sí quieres, claro

- Claro que sí quiero, solo deja llamar a mi mamá y decirle que...

- No hace falta que llames a Caroline... - intervine -

- ¿Por qué? - frunció el ceño - ¿Y como sabes el nombre de mi madre?

- la conocí ayer, ¿recuerdas?

- Sí pero..

- No importa, además, ¿No crees que ya estás grande para siempre decirle a tu madre en donde te encuentras?

- No me gusta preocuparla, por eso lo hago...

- No tardaremos mucho así que no hay necesidad de llamarla, llegarás a tu casa sano y salvo, estás conmigo así que nada te pasará - sonreí -

- me miró un poco indeciso pero al final accedió, ambos subimos a la camioneta y nos dirigimos a un gran restaurante, bajamos frente a ese gran lugar que tenía letra doradas el cual formaba el nombre del lugar "Homes'u", entramos y el primero en recibirnos fue un hombre uniformado que amablente nos accedió una mesa, y nos sentamos uno enfrente del otro. No pasó mucho tiempo en silencio ya que enseguida empezó el a hablar.

- Este lugar es genial - dijo con una sonrisa de oreja a oreja -

- ¿No sueles venir a restaurantes así?

- Sí pero, jamás uno donde hubiera máquinas de videojuegos en el - miraba a su alrededor y su emoción le era imposible ocultar - gracias por traerme aquí

- No tienes que agradecer, me gusta este lugar, es cool ¿no es así?

- Sí

- Caballeros, aquí tienen las cartas, - habló aquel hombre uniformado -

- Gracias - respondimos ambos tomando aquellla carta -

- Hay muchas cosas deliciosas aquí

- Pide lo que quieras, yo invito

- ¿Enserio? - preguntó sorprendido -

- Sí