-por que...quería tener una vida normal, contigo.-abrí mis ojos como platos, mi cuerpo se paralizó por el shock.-quería...alejarme de la guerra, de los asesinatos y de mi responsabilidad de ser rey. Esa idea dejó de agradarme desde la muerte de...-las ganas de llorar se apoderaron de mis ojos al entender.

-Bella.-susurro. Tomé su silencio como un si.

-no tuve la oportunidad de decirte, pero estar a tu lado toda una vida sigue estando en mi cabeza. Quiero estar contigo siempre, sin importar que me pase. Te amo y el saber que tu también...hace que esté más feliz de la decisión que tomé.-

Oh~ Meliodas...mi príncipe...ojalá no supiera de mi pasado como lo hago ahora, para decirte que sí sin saber mi destino....

-si eso es lo que quieres, entonces lo haremos.-dije con felicidad. Aunque sé que esa idea sea poco probable por ser la descendiente del rey del caos, quiero estar a su lado el tiempo que pueda.-pero, lo haremos después de romper tu maldición y la de Elizabeth. Lo haremos, cuando acabemos con el mal. Por que quiero que la única preocupación que tengamos en el futuro sea como será el nuevo uniforme de la taberna por que ese que tu escogiste, jamás me lo pondré, jovencito.-ambos reímos al unísono. Me separe ligeramente para verlo a los ojos.-gracias por ser honesto conmigo.-asintió con su característica sonrisa.

-ahora el que quiere preguntarte algo soy yo.-

-esta bien.-dije mientras volvíamos a caminar.

-¿quienes eran esas chicas con las que te vi en el bosque?-solté un jadeo sin querer.

Mierda, siempre tan astuto.

-son...-suspiro. No queda más remedio que decirle la verdad.-son mis jefas, por así decirlo. Ellas son quienes me dan las misiones. Son cuatro en total, pero tu solo conociste a tres; Fiona, Scarlett y Tiana. Pero te faltó Aurora. Son las que me entrenaron, las considero mis hermanas mayores, me han cuidado desde que tengo seis mil años.-su sorpresa fue evidente.-hablando de eso,¿que te han dicho esas chicas?-pregunte con curiosidad.

-bueno, Fiona solo me dijo que me fuera, Tiana me insultó por no haberte dicho que te amaba desde antes, y Scarlett me dijo que le molestaba que ahora tu solo quieras pasar tiempo conmigo.-reí un poco.

Ay, estas niñas...aveces pienso que soy más madura que ellas.

-lamento no haberte dicho sobre ellas.-negó con la cabeza.

-no te preocupes.-tomó mi mano entrelazando nuestros dedos, acto al que no me negué.

A tan solo unas casas ya se podía ver el castillo.

-gracias por acompañarme, a partir de aquí ya puedes volver a la taberna. Yo regresaré sola.-cuando quise soltar su mano, este me atrajo hacía él hasta que nuestros cuerpos chocaron y los labios de ambos rozaron con los del otro.

-ahora que Ban no está aquí, puedo besarte sin interrupciones.-me sonroje hasta las orejas y sin que me diera cuenta me besó con intensidad, como pude le seguí el ritmo dejándome llevar por lo calido que se sentía aquel acto.

Esto es cien veces mejor que besarlo entre sus sueños.

Cuando nos separamos, acarició con delicadeza mi mejilla.

-con esto, doy por oficial que esta fue la mejor bienvenida que eh tenido.-susurro, provocandole una risita.

-sin duda, a partir de ahora no quiero besarte de otra manera que no sea de esta.-esta vez yo lo bese de la misma forma que él. Lo abrace otra vez, y me separé para entrar al castillo. No sin antes decirle un "te amo".

Te Juro (meliodas y tú)Where stories live. Discover now