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────── •••⛓️💨🕸️ • ────── ❛ KISS AND DAD ❜
— ¿MÁS CAFÉ? — preguntó Toni detrás de la barra del Whyre Wyrm. Asentí en su dirección. — Juliet, amo tu compañía pero, llevas aquí media hora, ¿debo preocuparme?
— No. — negué mientras servía el líquido en mi taza. — Por cierto, gracias por hacerme café.
— No es lo que acostumbro servir aquí, pero, no hay problema. — reímos.
— Estoy aquí porque se supone que empezaría el trabajo con Sweet Pea, pero, creo que le importó un carajo. — me quejé. — ¿Por qué no pude gritarle que ya estaba contigo? — me agarré la cabeza en señal de frustración.
— ¿A quién le ibas a gritar? — escuché una tercera voz detrás de mí.
Levanté la cabeza y vi la burla en el rostro de Toni, maldita sea. Volteé fingiendo estar enojada, porque si lo estaba, pero, también tenía bastantes nervios.
— Hablando del maldito rey de roma. A ti, imbécil, ¿a quién más? — me crucé de brazos. — ¿A caso olvidaste que hoy iniciaríamos el trabajo de Biología?
— No, pero tuve que hacer unas cosas, además no es tan fácil avisarte, no tengo tu número. — rodé los ojos mientras él levantaba los hombros con tranquilidad. — Bien, sígueme. — pidió y lo observé confundida.
— ¿Qué? ¿a dónde?
— A un lugar donde no haya tanto ruido. — dijo como si fuera lo más obvio del mundo. Al ver que no me movía volvió a hablar. — A ver, princesita, no te haré nada, ya relájate.
Suspiré cansada y levanté mi mochila del piso, para después seguirlo a un lugar un poco más privado y lejano de donde estaban todos, habían unas mesas, él se sentó en la última y sin más, me coloqué frente a él. Saqué la libreta y el material que había conseguido para poder hacer aquel ensayo.
— Bien, traje la información más sencilla e importante sobre el tema, ¿entiendes algo del reino plantae? — lo miré de reojo.
Comenzó a sacar unas hojas de la mochila que él traía, me las mostró.
— Puedo ser un problemático, pero no soy estúpido, Julieta.
— Sólo preguntaba. — levanté las cejas.
•••
— De acuerdo, y los integrantes del reino plantae carecen de la capacidad de locomoción a voluntad, o sea, no pueden moverse cuando así lo deseen, y suelen estar fijos en un sustrato. — expliqué, viendo unos apuntes de mi libreta. Levanté la mirada y me topé con sus oscuros e intensos ojos observándome detenidamente. Tenía la cabeza recargada en su mano izquierda, mientras que con la derecha golpeaba la punta de una pluma con la mesa. — ¿Me estás poniendo atención? — él asintió con una leve sonrisa.
