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────── •••⛓️💨🕸️ • ────── ❛THE ANGEL OF DEATH AND KIDNAPPING❜
LA MUERTE SE HIZO PRESENTE UNA VEZ MÁS EN RIVERDALE, ahora siendo la victima Midge Klump, y ese dolor también nos unió...
Los funerales nunca habían sido para nada de mi agrado, tan decaídos, serios, incomodos... tristes. Y justamente me tuve que encontrar en uno, justamente en el de una chica con la cual no tuve mucho contacto, sin embargo, la verdad es que algo dentro de mi se removía como dagas en mi interior, no fue culpa de nadie de los que nos encontrábamos ahí, claro está, pero a todos nos pegaba como si los asesinos fuésemos nosotros.
Los interrogatorios habían iniciado antes del funeral, poniendo a las personas más ansiosas y desconfiadas, sin duda era un trabajo muy difícil para el padre de mi mejor amigo, el aguacil Keller.
— Bien, Juniperon...
— Julieta. — interrumpí.
— Okey, Julieta, tengo bien informado que tu fuiste una de las ultimas personas con las que se vio deambular a Midge. — sacó unas carpetas y comenzó a leer. — ¿Qué relación tenían ustedes dos?
— Realmente ninguna, no éramos amigas, ni conocidas cercanas, simplemente compañeras de clase.
— ¿Sabes si tenía algún problema con alguien? ¿disputas?... ¿algo? — negué lentamente.
— Lo único que sé es que desde un principio sentía que algo iba mal, no se porque pero el ambiente tras el escenario se sentía algo pesado en algunos momentos, pero supuse que eran los nervios de todos los participantes del musical, así que no le tome mucha importancia. — el aguacil me miró dudoso.
— De acuerdo... — soltó un pesado suspiro. — Tu hermano tiene grabaciones tras bambalinas, ¿cierto? — asentí. — Perfecto, puedes retirarte, si sabes o descubres algo, te pido de la manera más atenta que me lo hagas saber.
— Con permiso. — me retiré del lugar.
Después de tan dolorosa ceremonia para conmemorar el recuerdo de una amiga, compañera y conocida por muchos de nosotros los estudiantes, el ambiente no mejoró para nada, los llantos de dolor de la madre de nuestra difunta compañera se hicieron presentes, y justo cuando se acerco el alguacil, el amiente se tensó más.
— Oye, tranquilízate. — pidió Sweet Pea a mi lado.
— Estoy tranquila. — él pasó un brazo por mis hombros.
— Se nota.
Después de todo aquello, no supe donde quedaron ni mi padre o hermano, así que decidí irme con el azabache para sunnyside, no teníamos nada que hacer.
— Suéltalo. — dirigí mi vista al mayor, que se encontraba quitándose su chaqueta de las serpientes para quedar solo con su camisa de vestir negra, la cual arremango hasta los codos. — Julieta, te conozco bien, tienes algo, así que tira.
