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Tú y yo ¿qué está pasando?
parece que lo único que sabemos
es cómo mostrar
los sentimientos incorrectos

- Eres un aguafiestas - le dijo Alyssa mientras subían la escalera que conducía a la Torre del Reloj - ¿Umbrigde sabe de la fiesta que organizaste?

- Claro que no - Draco rió - tampoco sabe de la que ustedes montaron.

Alyssa rió, está vez con ganas, cuando se sentaron en la baranda, Alyssa miró sus manos, cubiertas del líquido rojo de las bebidas que había estado ingiriendo junto a sus compañeros. Una punzada en el pecho la hizo retorcerse, había olvidado por completo todo aquello que le acongojaba, pero al mirar sus manos, no le fue difícil recordarlo.

- ¿Qué te sucede? - le dijo Draco, desconcertado por la forma en que Alyssa se miraba las manos.

- No es nada - dijo rápidamente, y comenzó a frotar sus palmas en la túnica, rogando porque saliera aquel color de sus manos.

Draco sacó su varita y la inclinó frente a Alyssa, dejando correr un pequeño hilo de agua que salió desde la punta, para que Alyssa pudiera limpiar sus manos.

- Eres un gran mago - le dijo luego de calmarse - ¿cómo es que no tienes un sobresaliente en todas tus materias?

- No puedo dejarle saber a mi padre ciertas cosas - dijo metiendo las manos en sus bolsillos - si se entera, me exigirá mucho más.

Alyssa sonrió nuevamente, se llevó un cigarrillo a los labios y al terminar lo arrojó a la oscuridad aún prendido.

- ¡Qué rayos! - dijo una voz proveniente desde la oscuridad - ¿quién está ahí?

Era Filch. Lo escucharon subir rápidamente las escaleras, con pasos pesados y firmes.

Alyssa y Draco se pusieron de pie, y corrieron escaleras abajo tratando de llegar al piso inferior primero que Filch, pero no fueron tan rápidos como esperaban.

- ¡Da la vuelta! - le susurró Draco al momento en que tomaba la mano de Alyssa para correr escaleras arriba.

Alyssa sintió un pequeño cosquilleo en el estómago al sentir el tacto frio de Draco sobre su piel, pero apartó todos aquellos pensamientos de su cabeza, en estos momentos sólo importaba una cosa: burlar a Filch.

- La estatua - le señaló Draco, quien aún tomaba la mano de Alyssa.

La condujo rápidamente por la escultura de piedra hasta quedar detrás de ella, el espacio era tan estrecho que si Draco no fuera más alto que Alyssa, sin suda sus rostros estarían rozándose. Alyssa puso una mano en el pecho de Draco para más comodidad y en el acto pudo sentir el palpitar de su corazón, igual de acelerado que el de ella.

Filch llegó hasta donde se encontraban tan sólo unos segundos antes de que ambos pudieran esconderse, aguantaron la respiración mientras Filch iluminaba el salón con una linterna.

- ¿Quién está ahí? - dijo con la voz pastosa.

No hubo respuestas.

Alyssa y Draco tenían los rostros morados de tanto aguantar la respiración, por lo que apenas salió Filch de la habitación, ambos dejaron escapar un suspiro tratando de llenarse los pulmones de aire, pero en ese momento Filch se devolvió y volvieron a contener la respiración, esta vez se miraron, de no ser por la oscuridad, ambos podrían haber notado lo rosadas que tenían las mejillas.

- ¡Malditos fantasmas! - bufó luego de salir de la habitación.

Ambos rieron y bajaron las escaleras con cuidado de no hacer el menor ruido posible, corrieron por los pasillos desiertos y se separaron en la mitad, para volver a sus respectivas casas.

- Hasta mañana, Draco.
- Hasta mañana, Carson.

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La canción del inicio es Don't go away de Oasis
Muchas gracias por leer❤

La Ravenclaw que conquistó SlytherinWhere stories live. Discover now