Fortuna 3

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Los días de la semana avanzaron y finalmente llegó el tan esperado domingo. Por mensajes quedamos en vernos a las tres de la tarde, él llegaría directamente a mi casa, por la hora he pensando que sería perfecto comer así que eso hago en lo que llega y suena mi celular. Es Tomoyo.

—Hola.

—Hola amiga, ¿qué tal va todo?

—Bien, preparo la comida.

—¿Aún no llega tu cachorrito? —Dice burlona.

—No… y deja de llamarlo así. —La regaño.

—Es divertido decirle así, porque sé que también lo ves de esa manera. Pero eso no importa ¿Estás lista?

—¿Lista? —Le agrego más sal a la comida. — ¿De qué hablas?

Tomoyo suspira.

—Para hacerlo, ¿para que más?

Casi le vacío toda la sal al sartén.

—¡Tomo! —Chillo. — ¡No digas tonterías!

-—¿Tonterías? ¿A caso no van hacerlo? Estarán solos en tu casa.

—Sí, pero ya te dije que no lo haré con un niño. Él también lo sabe.

—Vaya maestra aburrida ¿no te ves tentada ni un poquito?

—No. —Miento. — Tengo autocontrol.
—Espero pronto recapacites. No tiene nada de malo, son novios.

—Si, novios con diez años de diferencia.

—La edad nunca ha importado. Bueno, te dejo, espero lleves puesto ropa interior sexy y no tus calzones de abuelita.

—Son muy cómodos. — Me defiendo

—Sí, pero somos muy jóvenes aún. —Ríe. — Pásala lindo, me cuentas los detalles ¿vale?

—Vale. Te hablo luego.

—Adiós amiga.

Al terminar la llamada observó que falta media hora para que sean las tres. Puedo sentir como las manos comienzan a sudar, estoy siendo victima de mi nerviosismo, no es como si nunca hubiese estado sola con un hombre… lo estuve con mi ex novio y demás.
Lo que me tiene así es que los pensamientos del pasado me atormentan… en especial cuando un ex novio lo atrape teniendo sexo con otra mujer. Era virgen cuando lo conocí y por más que él me insistía nunca cedí a hacerlo… y bueno esa fue su solución a “nuestro problema”

La mayoría de los hombres parecen monos… no logran pensar correctamente y solo la quieren poner en cualquier hoyo.

Si continuo negándome a estar con Syaoran ¿él también buscará alguien más para satisfacerse? Una chica de su edad. Ah… tal vez no debería ser tan meticulosa. Debería confiar en él.

En lo que mis pensamientos me atormentan, el timbre suena, checo el reloj y ya es hora. En mi mandil seco el sudor de mis manos  y lo cuelgo en la silla del comedor. Mi corazón palpita al millón y por fin abro la puerta. Ahí esta él, con un atuendo casual y sosteniendo una cajita con la etiqueta de una pastelería.

—Hola. —Sonríe.

—H-Hola. —Tartamudeo. — Pasa.

—Gracias. Traje un pastel de fresas, ¿te gustan?

—S-Sí. —Lo tomo. — Aunque no te hubieras molestado.

Sin pensarlo, me da un tierno beso.

—Es la primera vez que vengo a la casa de mi novia. Es un honor.
Me quedo embobada por tres segundos. Sin hablar, le indico que tome asiento en el sillón.

Suerte en el amorWhere stories live. Discover now