Capítulo 75

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Ahora que Kaminari ya no tiene su helado, parpadea confuso y mira al pelirrojo. — ¿Cómo qué? —inquiere desanimado.

Kirishima sonríe satisfecho. —Haremos que renuncie, tal y como lo hicimos con Yamanaka-sensei. —dice seguro una vez se levanta de la banca en la que están.

Entonces alza el helado como señal de la victoria en contra el sol. — ¡PORQUE ES LO QUE LOS VERDADEROS HOMBRES HACEN! —exclama decidido.

Y entonces, la bola de chocolate cae y se estampa en contra el piso. Kaminari sufre.

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¡Estamos en Francia!
VIII

Flashes

En algún minuto, Japón

Sus pisadas aburridas se escuchan desplazarse a lo largo de todos los pasillos. Cada estudiante se encontraba en sus propias aulas y él, ya había quedado libre de aquel agobiante y estúpido trabajo.

¿Por qué había acabado trabajando ahí? Porque era un reemplazo.

¿Por cuanto tiempo?
Indefinido.

El hombre de gafas bosteza, y aprovechando que su mano tapa su boca, urga y rasca su nariz. No le interesa, al fin y al cabo nadie le está viendo.

Observa las hojas que lleva dentro de su carpeta y ríe desinteresado.

—No puedo creer que incluso el genio del salón haya bajado sus calificaciones. —suelta sonriente en cuanto observa el nombre de aquel estudiante estrella.

"Todoroki Shōto".

Y emerge una carcajada. De algún modo lo disfrutaba.

Disfrutaba ver como aquellas miradas se deformaban en cuanto recibían sus calificaciones. Disfrutaba escuchar sus quejas, sus lamentos, su odio.

Alza su mirada y observa el techo niveo, entonces recuerda una anécdota reciente que le sucedió con el presidente del salón.

— ¡Sensei! —Su voz aún si sigue sonando dura, el tono preocupado no podía pasar desapercibido.

El profesor de matemáticas de cabello castaño y de anteojos le medio mira con aburrimiento. — ¿Hmm? —Es lo único que sale de sus labios, su energía no alcanza para más que continuar observando aquellas chicas atractivas postear que han ido a comer un helado o han salido de compras en sus redes sociales.

Ni siquiera le mira, es más importante observarlas a ellas aún si está en su jornada laboral.

Escucha pasos hacia él y rueda los ojos. Acaba bloqueando el teléfono y alza su mirada.

Sonríe sutilmente, ya que, ahí está... Ahí está esa mirada frustrada con tintes a decepción.

— ¿Por qué me ha restado tanto puntaje aquí si el resultado final está correcto? —inquiere Iida Tenya intentando comprender el porqué de su tan deplorable calificación.

El mayor hecha una mirada fugaz y se acomoda en su asiento. —Ah, porque ahí hay un borrón. Además desarrollaste todo cuando solo te pedí la respuesta. Responde lo que te preguntan y ya.

¡Ah! Katsuki-sensei ¦Katsudeku¦ Where stories live. Discover now