Especial Octubre #5

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-¿Acaso estás consumiendo algo de lo que ella está haciendo? o ¿es que finalmente has enloquecido?.- preguntó burlón, cruzándose de brazos.

-¡No estoy jugando, en verdad hablé con usted!.- y al parecer decidió creerme porque su expresión cambió a una de confusión al notarme exasperado.

-¿Y de que hablamos?.- preguntó tan tranquilo que creí que no me estaba entendiendo, o que simplemente me estaba ignorando, aún así le expliqué.

-Me dijo que la noqueara, así mi vida dejaría de ser miserable.- era obvio a quien me refería.

Él lo entendió al instante.

Lo supe ya que tomó de forma tan rápida mi camisa en su puño derecho que casi pierdo el equilibrio, pero solo me desestabilizó para poder hacer chocar mi espalda contra la pared más cercana.

-No te atrevas siquiera a pensarlo, idiota, si ella no hace tu vida miserable entonces lo haré yo.- dijo en un tono sumamente amenazante, uno que nunca antes había utilizado por lo menos conmigo.

Instintivamente levante ambas manos en señal de rendición.

-Yo no iba a hacerle nada, solo le estaba mencionando lo que usted me dijo que le hiciera.- dije intentando mantener la calma y fallando de forma miserable en el intento.

No había nadie cerca, quería gritar por ayuda pero poco me serviría, estaba demasiado cerca de mi como para poder evitar algún daño.

-¿Qué sentido tiene que me preocupe por ella si te dijera algo como eso?.- dijo soltando la tela de mi camisa con un gesto de asco.

Permitiéndome alejarme un poco de él para poder respirar sin tanto miedo.

-¡Lo juro!.- volví a hablar.

-Déjate de tonterías, si algo pasa tu serás el responsable, ¿escuchaste?.- exigió.

Asentí confundido por la situación.

-Está en su laboratorio, ¿cierto?.- dijo levantando una ceja con aquel desinterés que le caracterizaba.

¡Pero hace unos segundos me tenía contra la pared, amenazandome!

¿Qué estaba pasando?

-¡Responde!.- me grito al no obtener la respuesta que deseaba.

Asentí rápidamente con la cabeza.

Él pareció satisfecho con mi acción y se alejó, bajando lentamente los peldaños de la escalera, yo que apenas está intentando dejar de mojar mis pantalones lo escuche gritar desde la planta baja.

-¡Y yo nunca diría que le hicieras algo como eso!.-

Claro, gracias por aclararlo, él era el único que podía hacerlo por lo visto.

                                   ~

Más tarde, ya cerca del anochecer me dirigí nuevamente al laboratorio para poder compartir mis nuevos hallazgos que podría ser útiles con la líder de escuadrón.

Abandone de nuevo el edificio, con un par de libros entre las manos y algunos documentos extra que podrían servir.

Incluso desde la lejanía lo reconocí, no era posible que tuviera que encontrármelo tantas veces en un solo día.

Me trague mis ganas de salir corriendo de vuelta a mi habitación cuando llegó hasta donde me encontraba.

Espere ilusamente que me ignorara y continuaré con su camino pero ese día no era mi día.

-Levihan- OneShots en EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora