XIX. Seamos algo más

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Outpost

Una gota se sudor recorría el rostro de la hámster, no podía permitirse un error en este momento. Cortaba los cables lentamente, si se equivoca, morirá electrocutada.
La estresada cebra daba signos de agotamiento, ha perdido la noción del tiempo después de matar a tantos soldados inocentes. El fuerte olor de la sangre de un infectado le daba náuseas.

Zizzy: ¡Hanna! ¿Cuánto tiempo más necesitas? - alzó la voz sentada en una escalera con la respiración agitada.

Hanna: ¡Aún necesito más tiempo! - respondió secándose la frente con su antebrazo. - ¡¿Dónde está Pony, ya consiguió la tarjeta?! - gritó rodeada de herramientas.

El chico de anteojos escaló la reja de metal cayendo de pie con una tarjeta azul en mano.

Pony: Ya volví. La conseguí. - le enseñó la tarjeta a Hanna.

Hanna: Muchas gracias, Pony. Ahora sí lo conseguiremos. - tomó la tarjeta azul y volvió al trabajo apresurada.

Pony se sentó al costado de Hanna. Se había raspado los brazos escabulléndose para conseguir la preciada tarjeta de primer rango, la que robó a un infectado unifomado. Mirando a su alrededor post-apocalíptico, deseando que todo volviera a ser como antes. Su mirada se fijó en su mejor amiga: atlética de pies a cabeza, relativamente alta, cuello elegante, busto pequeño, cintura pequeña, caderas increíblemente anchas, piernas tonificadas por el esgrima, sus ojos color lavanda simbolizaban su ferocidad a la hora de defender lo que ama; estaba hipnotizado, su belleza lo había metido en un trance del cual no podía huir.

Pony: Hanna, iré un rato con Zizzy. Habían muchos soldados afuera - avisó limpiándose el sudor de la frente.

Hanna: Sí, yo me encargo de esto. Ve a darle una mano con esos soldados. — ni volteó a ver al chico, estaba muy concentrada.

No le quitó más tiempo a la oficial.  Salió disparado entre los cuerpos de los soldados caídos hasta llegar donde la cebra, sentada en una banca. El chico se acercó a la cansada joven. Se sentó a su costado.

Pony: ¿Te molesta si me siento?

Zizzy: Siéntate, tontito. - tapó su risita con su mano.

La cebra tenía las manos y el vestido empapados del fluido carmesí de la vida, la sangre. La sangre de todos esos soldados atravesados y apuñalados sin piedad por la afilada espada dejó marcas en ella.

Pony: Parece que te deshiciste de ellos. - comentó arreglándose los anteojos.

Zizzy: Pony, eran inocentes. - respondió apretando sus puños.- Yo no quería matarlos, pero no tuve opción, ya estaban infectados.

Pony: Hiciste lo que tenías que hacer. saca un pañuelo de su bolsillo.Una vez que están infectados, ya no son ellos. No es tu culpa. ¿Puedo?

Zizzy: Eh... sí sí, gracias. - extendió su brazo derecho.

Él comenzó a limpiarle el pelaje ensangrentado lentamente. Movimientos delicados y suaves, se deshacían de la evidencia.

Zizzy: A veces no entiendo cómo es que sigues a mi lado. — empezó con su risa nerviosa. Soy insoportable, enserio.

Pony: Ay, Hierbas. — suspiró irónico. — Eres mi amiga desde pequeños, no te dejaría por nada del mundo.

La chica se quedó viendo a su mejor amigo: de su misma altura, ojos amarillos y radiantes como el sol, ni musculoso ni enclenque, con los lentes algo descuadrados, rizos rubios desordenados. Si tan sólo pudiera...

Infected Love: el principio del fin [Roblox Piggy AU]Where stories live. Discover now