XII. El fruto del amor y una señal

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Todo ahora tenía sentido. Los síntomas no eran de la infección, estaba embarazada.
Se tocó el vientre con las dos manos, no había prestado atención a esa extraña sensación antes, estaba más concentrada en sobrevivir y ahora si lo sentía.

Doggy: Este es un mal momento para que esto suceda. - dijo aún impactado. La noticia le cayó encima como un camión. - ¿No haz estado con nadie más aparte de mí? - preguntó intentando no entrar en pánico.

Negó con la cabeza.

Doggy se puso las manos en la cabeza intentando procesar lo que acababa de escuchar. ¿Cómo rayos van a criar a un niño en medio de una pandemia apocalíptica? Sin hogar, ni familiares ni alguien más.

La coneja detestaba al ser no nacido formándose en ella. ¡No lo quería!

Doggy: ¡Bunny, cálmate! - la sujetó de los hombros antes de que destruyera algo o se autolesionara. - Ambos sabemos muy bien que los dos éramos conscientes de lo que hicimos esa noche. Yo no te obligué a nada, nunca te obligaría a hacer algo en contra de tu voluntad. ¡Ya eres adulta, compórtate como alguien de tu edad! - le regañó. - Estresarte le hará más daño del que ya le hiciste al bebe.

La coneja se lanzó a los brazos del perro buscando consuelo. Él la abrazó haciendo que ella se tranquilice un poco. Bunny tenía una mezcla de varios sentimientos, entre ellos: miedo, culpa, ansiedad, entre otros. Alzó su cabeza para ver al progenitor de la criatura que llevaba en su vientre, juntaron sus narices y se miraron tiernamente. Se besaron buscando los labios del otro desesperadamente por comprensión, la coneja tomó la mano del perro y la llevó hasta su vientre, él lo acarició suavemente. Todavía no se notaba mucho, pero los conejos tienen el uno de los periodos de gestación más corto a diferencia de varios animales, 5 meses. Luego de los roedores, 4 meses. Su cuerpo cambiaría rápidamente y lo sabían. También sabían que los embarazos entre dos especies distintas son muy difíciles y suelen venir acompañados de muchos síntomas y dificultades.
Otra cosa más es que los conejos y perros suelen tener varias crías, las posibilidades de mellizos o hasta cuatrillizos era muy altas, no era el mejor momento para empezar una familia, y menos con diecinueve años.

No se sentía para nada preparada. No paraba de imaginar en lo molesta que estaría su madre si supiera la situación.

Bunny: Doggy, hay algo que deberías saber. Fue algo que sucedió unas horas antes de que fuéramos al cine.

Doggy: ¿Qué sucedió?

Dos meses atrás

Bunny: Voy a salir, regresó en un par de horas. - giró la manija dispuesta a salir de la casa.

Ms. Bunny: Alto ahí señorita.- bloqueó la puerta con su mano.- ¿A dónde vas a estas horas?

Bunny: Voy al laboratorio.

Ms. Bunny: ¿Crees que me voy a creer esa mentira otra vez? - le dijo enojada por sus mentiras.

Bunny: Voy a casa de Zizzy.

Ms. Bunny: Ya no me creo lo de la casa de Zizzy.

Bunny: Mamá, no estoy mintiendo. -mintió.

Ms. Bunny: Bunny, te conozco soy tu madre. Estas en celo. - le arranchó el bolso.

Bunny: ¡Hey!- se enfadó.

Ms. Bunny: Te he dicho mil veces que no puedes salir cuando estás así. Es peligroso, algún cualquiera podría olfatearte y sabes lo que podría pasar... déjame ver tu teléfono. - ordenó.

Infected Love: el principio del fin [Roblox Piggy AU]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz