Infected Love: el principio del fin [Roblox Piggy AU]

XXXVI. Memorias enterradas

Manicomio de Lucelia, junio de 2020

¡Esto es terrible! ¡Cada día aquí es peor al anterior! Si le digo a Hanna, estoy más que muerto. Si tan sólo le hubiera dicho esa noche lo que pasó en esa celda no estaría en estos aprietos ahora. ¿Cómo se lo hubiera dicho? "¡Oye, Hanna, adivina que! ¿Recuerdas a la loba esa que llevabas mucho tiempo buscando? Bueno. Me acosté con ella antes que se la llevaran al manicomio. No es para tanto, ¿verdad?" Con cada experimento que le hacen se vuelve más y más loca. Nunca había visto a un animal tan enfermo como ella. Al poner un pie en la entrada de ese manicomio mi piel se eriza y siento mi corazón palpitar velozmente. No puedo desobedecer a Hanna, no después de lo que hice.
Me revisaron de pies a cabeza, un doctor y cuatro guardias armados hasta los colmillos me guiaron hacia el ascensor. Los pacientes más peligrosos se encuentran tres pisos bajo tierra. El ascensor abre sus puertas a lo que es el infierno en vida. Gritos, llantos, risas, cadenas, armas... de inmediato quiero volver a la superficie. Las baldosas blancas del suelo tienen rastros de sangre, las luces blancas parpadeantes me molestan la vista, los doctores tienen sus batas teñidas del liquido rojo de la vida.

Willow no es la única que encerramos aquí. En rumbo a mi destino, pasaba lo que quedaba de Baren Burnman. Dicen que los que entran aquí salen peor. No queda nada de cordura en ese oso, se lo llevan por el pasillo atado a con cadenas y una camisa de fuerza. El bozal en su boca le impedía usar su mandíbula.

Me reconoció al pasar. Sus ojos tan oscuros como la noche... esa mirada escalofriante con la que me fulminó me perturbó. "Iré a por ti", decía.

Los guardias siempre me dicen que no mire a los pacientes, que están completamente dementes. Pero no puedo evitar compadecerme por estos animales. Siguen siendo seres vivos.

He oído rumores que los guardias abusan de maneras asquerosas a las hembras. Leí un informe en el basurero de la oficina de Hanna. Las cosas que leí... decía que Kitty Cashmere había dado positivo para una prueba de embarazo. Intenté buscar respuestas en mi jefa, mas desviaba la conversación cada vez que lo intentaba.

Lo que me inquieta es que a Hanna no hace nada al respecto. Es una mujer lista, sabe lo que ocurre aquí. ¿Por qué no hace nada? Todo esto... es ilegal. Hay cosas en la moral de Hanna que no comprendo. ¿Por qué dejan que torturen animales? ¿Por qué deja que violen a Kitty? ¿Por qué deja que prueben medicamentos en ellos?

"¡Hey, lobita, hoy es tu día de suerte! Tienes visita."

Finalmente llegamos a la celda de la loba tras recorrer ese horroroso pasillo. La puerta se abrió, entré junto a los guardias. Tras las rejas ahí estaba, mirándome fijamente, sonriendo de oreja a oreja, en ropa interior. Los guardias y el doctor salieron dejándome a solas con ella.

Se iba acercando a paso lento, moviendo su voluptuoso y herido cuerpo hacia las rejas. Su esponjosa y peluda cola se meneaba de lado a lado como un péndulo inverso que se enroscaba a medida que la distancia se acortaba. El espacio entre nosotros se reducía y sonreía cada vez más.

Willow: ¡Cachorrito, viniste a visitarme! —se aferró a los barrotes con las dos manos y asomó su cara a través de ellos. — Ya me sentía solita. Me hacías falta, ¿sabes? —hundió su expresión a la de un perrito triste.

Sólo vengo por preguntas de rutina para la investigación de Hanna. Esta loca no entiende.

Doggy: Y'know the rules, Willow. — volteé la mirada desganado. — Primero las preguntas, luego...

Ya lo sé, esto está mal. Estoy aprisionado por los encantos sensuales de esta ingrata. A muchos machos, en especial los cánidos, se nos complica poner resistencia a una hembra. Son los instintos naturales que se vuelven incontrolables no puedes hacer que se detenga, aunque quieras, es una debilidad. Si bien yo y Bunny no somos nada aún, se siente mal mentirle y hacerle esto a sus espaldas. Tengo que cargar con esta cruz con tal de no defraudar a nadie. Es fácil juzgarme si no estás en mi pellejo.