-¿Que quieres? - pregunto apoyándome en la mesa. 

-No me hables así - replica molesta, sonrió de lado. 

-Entonces habla, tengo cosas que hacer.

-Okey, iré al grano... ya que la motocicleta de tu padre no la ocupara nadie... he decidido venderla - inmediatamente me incorporo.

-¿Que dices?

-Que venderé la motocicleta de tu padre.

-No puedes hacer eso.

-¿A si y por que?

-Por que es mía, el me la dio a mi - respondo indignada, ella junta sus manos y evita mi mirada. 

-La venderé.

-¡No! no puedes, es mía, el me la dio a mi.

-Tu padre no te dejaría su motocicleta. 

-¿Y tu que sabes? - ella me mira molesta - no sabes absolutamente nada. 

-Hija - susurra.

-No puedes vender la motocicleta por que esta a mi nombre, es mía ¿entiendes? 

-¿A tu nombre? ¿Tu padre dejo su motocicleta a tu nombre? - asiento - ¿Cómo es posible que hiciera eso?

Me quedo en silencio mirándola con rabia, no tiene ningún derecho sobre las pertenecías de mi padre, debería darle vergüenza pensar en vender las cosas que con tanto esfuerzo consiguió mi padre. Me doy la vuelta ignorando sus llamados, me voy al garaje, voy hasta la motocicleta, la cual esta cubierta por una sabana, la destapo y admiro su color, negro y azul, siempre cuando el salía en motocicleta me gustaba verlo irse, cuando por fin me enseño, fue uno de los días mas felices de mi vida. Tomo las llaves las cuales estaban colgadas y voy hasta ala moto, la enciendo de prisa y apenas se abre la puerta de garaje salgo en ella, sintiendo el aire en mi rostro. 

  Doy una par de vueltas y luego me detengo al ver una patrulla.

-Oficial ¿podría hacerle una pregunta? - pregunto ganándome al lado de la patrulla. 

-Claro.

-¿Como llego a la preparatoria de Beacon Hills? - el oficial me mira extrañado - no soy de aquí.

-¿Va al partido de Lacrosse? 

¿Lacrosse? ¿Qué es eso?

-Por supuesto - respondo con una sonrisa.

El amable oficial me dijo por donde ir, menos mal no me pidió los papeles y la cedula de identidad. Creo llegar a la preparatoria ya que hay muchos autos y se escuchan gritos. Me bajo de la motocicleta y miro el cielo, es de noche y el cielo esta estrellado. Me adentro a la preparatoria y camino con calma por los pasillos desorientada, escucho gritos y aplausos, de seguro termino el partido por que apenas pasan unos minutos cuando unos chicos entran por otra puerta y vienen riendo. Cuando paso por al lado de ellos uno de ellos choca su hombro con el mío, teniendo el espacio suficiente para pasar lejos de mi. 

- Idiota - susurro. 

-Perdona - se detiene pero sigo caminando indiferente - ¡Hey! - me detengo pero no me giro -¿dijiste algo? - pregunta acercándose un chico rubio con una sonrisa burlesca en el rostro.

-Si, dije idiota - abre la boca para responder pero lo interrumpo - y si, te lo decía a ti.

-¿Como te llamas? - pregunta dejándome confundida, yo lo acabo de llamar idiota y el me pregunta por mi nombre ¿? 

-No te interesa. 

Comienzo a caminar para salir por donde entraron ellos pero otros chicos entran por ella, son los del otro equipo ya que el uniforme es diferente, me alejo de ellos para que no me toquen, están sudados. 

Trato de hallar a alguien que se parezca a mi, solo que en versión masculina. Que sea de cabello rubio y ojos azules celestes, entre medio de todos ellos veo a un chico que esta parado mirándome sin parpadear, giro mi cabeza hacia la derecha y el lo hace hacia la izquierda, lo detallo y sus ojos azules celeste no se alejan de los míos, se acerca a mi rápidamente y se detiene frente a mi. 

- Uña de ogro - decimos al unísono, ambos nos abrazamos mientras nos reímos de nuestro loco código. 

-¿Eres tu? - el pregunta separándose y tomando mi rostro entre sus manos, yo con una sonrisa en el rostro asiento - ¡Dios! - vuelve a abrazarme.

-Pensé que te vería en casa - dice separándose.

-Digamos que... necesitaba despejar mi mente.

-Entiendo - dice quedando en un silencio incomodo - cuanto has crecido - dice con una sonrisa extraña, dejo de sonreír y lo miro sin emoción alguna. Esta incomodo por que tal vez no esperaba verme aun, tal vez no quería verme aun. Millones de pensamientos inundan mi cabeza. 

-Lo mismo que tu - respondo tensa, ya no es lo mismo.

-Si...am...yo debo ir a buscar mis cosas - dice señalando por donde se fueron los de su equipo.

-Claro - le alejo de el retrocediendo y lo veo introducirse por donde lo hicieron sus compañeros, me giro y camino rápido mientras entierro las uñas de mis manos en las palmas de mis manos con fuerza. - Genial - susurro.

-¿Amiga de Dunbar? - me detengo,  veo al rubio anterior y con la misma sonrisa idiota en el rostro. 

-No molestes - camino pasando por al lado de el, sin embargo el comienza a caminar a mi lado.

-Te pareces a él ¿son familia? - pregunta aburriéndome.

-Déjame tranquila - digo con rabia.

-Ah y también se parecen en carácter, no me sorprendería si mañana mi auto amanece en mal estado, pero no tengo auto, al menos no por ahora. 

No se que quiso decir con eso, pero me aburre.

-Me llamo Brett por si acaso.

-No me importa.

-¿Como te llamas?

-No te importa - el suelta una risita.

-Me caes bien.

-Como si me importara caerte bien - abro la puerta saliendo de esta estúpida preparatoria y visualizo mi motocicleta, al verla comienzo a caminar hacia ella.  

-¿Es tuya? - pregunta cuando llego a mi motocicleta.

-Si.

-Genial. Yo tuve una pero la tuve que vender. 

-¿Si? - pregunto haciendo  que el asienta - no me importa - me subo a la motocicleta y me coloco el casco.

-¿Nos volveremos a ver?

-No lo se

-Toma - me da un papelito, al abrirlo veo un numero, un numero de teléfono junto a tu nombre "Brett Talbot".

-¿Gracias?

-De nada Dunbar - lo miro confusa - gran parecido tanto en físico, además conozco a Liam hace bastante tiempo y he escuchar algunas cosas sobre su gemela. 

-¿Si?  pue yo no he escuchado nada sobre ti.

-No me sorprendería... digamos que con tu hermano no nos llevamos tan bien que digamos.

-Como sea - enciendo la motocicleta - adiós Talbot.

-Adiós Dunbar.  

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