𝐏𝐈𝐄𝐂𝐄 𝐎𝐅 𝐘𝐎𝐔𝐑 𝐖𝐎𝐑𝐋𝐃

𝐘𝐨𝐮𝐫 𝐜𝐨𝐥𝐥𝐚𝐩𝐬𝐞

No estaba seguro de donde estaba, todo a su alrededor estaba bañado en blanco y se percibía tranquilo. Vagó durante unos segundos, hasta que escuchó una voz que conocía llamarlo con fuerza.

Volteó en todas direcciones, buscando a la persona a la que le pertenecía esa voz. De repente su pulso se había disparado, el corazón se le saldría del pecho.

—¿Mamá...? —Preguntó, rogando porque fuera real—. ¡¿Dónde estás?!

—¡Yuu! —Volvió a oír, y la figura de su madre se dibujó frente a sus ojos.

Corrió con miedo a que se desvaneciera como una ilusión, pero sintió un alivio inmenso cuando pudo abrazarla y sentir su calidez.

Y entonces, sintió como lo abrazaban a él. No una sola persona, sino varias.

—¡Hijo, ¿dónde te has metido?! —Reconoció la voz de su padre.

—¡Idiota! ¿¡Dónde has estado?! —Levantó la mirada, y reconoció a su mejor amigo—. ¡¿Tienes idea de lo preocupado que he estado?!

—¡Yuu! —Ahora escuchaba a su abuelo—. ¡Tenía tanto miedo de no verte de nuevo!

Incluso sintió que algo se paseaba entre sus piernas, y cuando bajó la vista, se encontró a su perro que lo observaba con grandes y brillantes ojos, mientras movía su cola de un lado a otro.

Empezó a llorar, pero no por tristeza. Al contrario, tenía una sonrisa dibujada en el rostro.

—¡Los extrañé...! ¡Los extrañé muchísimo! —Gimoteó entre lágrimas.

Finalmente, por fin estaba en casa. Era tan real, tan auténtico...

No podía ser más feliz, pero...

—¡Yuu! —Una voz escandalosa le llamó, y los rostros frente a él empezaron a desvanecerse uno a uno.

—¡No! ¡Esperen! —Gritó desesperado—. ¡No se vayan! ¡Por favor!

—¡Yuu, despierta! ¡Llegaremos tarde a clases!

Y despertó.

El techo que goteaba y la cama que crujía lo recibieron de vuelta a la realidad. Había sido todo un sueño, seguía en el dormitorio abandonado, perdido en un retorcido país de las maravillas.

Se quedó estático. Se había sentido tan real, de verdad creyó que por fin estaba en casa...

La realidad lo golpeó con tanta fuerza que su corazón se saltó un latido o dos.

—¡Yuu! ¿¡Qué haces viendo a la nada?! —Grim le reclamó—. ¡Vamos! ¡Apresúrate!

Pero, ignorando por completo a Grim, volvió a recostarse, envolviéndose entre las mantas y cubriéndose la cabeza con la almohada. Apenas había abierto los ojos, pero estaba muy, muy cansado. Sus piernas no parecían querer moverse, y su cuerpo no estaba dispuesto a hacer nada.

Ahí se iban todos sus ánimos.

No tenía ganas de nada, ni de levantarse, ni de siquiera mantener una conversación, simplemente quería quedarse en cama y sentirse miserable durante la siguiente temporada. Recordó la fecha que era, y solo logró que la sensación de vacío en su pecho empeorara, pues esperaba estar en casa para ese día.

Siempre lograba sacar energía de algún sitio para encarar el día, pero por primera vez, ese no era el caso. Ni siquiera quería intentarlo.

¿Hasta cuándo estaría atrapado en ese mundo?