𝐏𝐈𝐄𝐂𝐄 𝐎𝐅 𝐘𝐎𝐔𝐑 𝐖𝐎𝐑𝐋𝐃

𝐘𝐨𝐮𝐫 𝐆𝐨𝐨𝐝𝐛𝐲𝐞

𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥 𝐀𝐥𝐭𝐞𝐫𝐧𝐨

𝐀𝐝𝐯𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚: 𝐀𝐧𝐠𝐮𝐬𝐭𝐢𝐚

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—Y, así fue como Grim y yo escapamos de Scarabia usando una cuchara... —Contó—. Ah, esos días en Scarabia fueron horribles, recuerdo que me desmayé como cinco veces caminando en el desierto, el mundo daba vueltas y el sol estaba a punto de matarme. 

—Esa ingenuidad tuya siempre suele meterte en problemas... —Tsunotaro respondió, soltando una leve risita—. ¿O es que acaso no pasó algo parecido con Ashengrotto cuando casi pierdes el dormitorio?

—Ah, ni lo menciones... —Suspiró—. De solo recordarlo me duele la garganta. Después de gritar toda la noche en el cuarto de Leona me quedé afónico por una semana completa.  

Era una noche estrellada, y el cielo estaba despejado. Estaban teniendo una charla tranquila frente al dormitorio abandonado, divagando acerca de cualquier tema que se les cruzara por la mente. Yuu se sentó en el césped, y palmeó levemente el suelo a su lado, indicándole a su amigo que se sentase junto a él.

Malleus lo hizo sin pensárselo demasiado. Le gustaban los momentos tranquilos que compartía con quizá, el único humano que lo veía sin temor. Lo cierto es que atesoraría esos cortos instantes por siempre, por más simples que pudiesen parecer.

Siempre le encantaba conversar con Yuu, aunque fuese acerca de temas de lo más triviales. De alguna forma lograba engancharlo.

Pero, por desgracia, pronto tendría que irse, antes de que Silver y Sebek llegasen haciendo alboroto y buscándolo. 

Le hubiese encantado pasar más tiempo con él, aquel humano que tenía algo distinto que le intrigaba. Al principio pensó que Yuu era simplemente tonto y que su sentido común estaba roto, pero conforme pasó el tiempo, quedó más y más prendado de él. 

Quisiera conocerlo más, desearía que sus conversaciones no fueran tan cortas, pero tenía miedo de ahuyentarlo. 

"Si quieres pasar tiempo con él, no esperes, solo ve"  Recordó que Lilia le aconsejó "Las vidas humanas son fugaces, Malleus. No lo olvides"

Era tan agridulce. 

—Yuu —Malleus le llamó.

—¿Hm? ¿Qué pasa? 

—En tu mundo, cuando un humano muere, ¿Qué hacen?

La pregunta le tomó desprevenido, y el joven príncipe lo notó de inmediato.

—No tienes que responder si te sientes incómodo —Soltó apresuradamente, pues se dio cuenta de que tal vez su pregunta había sido muy cruda. Honestamente, no era su intención, simplemente sus pensamientos se mezclaron y la interrogante surgió en su mente—. Simplemente tenía curiosidad.

—Ah, no te preocupes, está bien —Contestó con una sonrisa nerviosa—. Es solo que no me esperaba que preguntases algo así, pero de hecho, creo que es un tema interesante. Hmmm...

Pensó algunos segundos en cómo responder. 

—Supongo que lo más común son los entierros. Una bonita lápida y un cómodo ataúd en el que pudrirte a tres metros bajo tierra. También está la opción de la cremación, incinerar el cuerpo hasta que no quedan más que cenizas. Pero hay otras formas un poco más... Amm... —No encontraba la palabra correcta para expresarlo—. ¿Bárbaras? ¿Feroces? No lo sé. Está el entierro celestial, en el que dejan al cadáver a la intemperie en la cima de una montaña, y dejan que los buitres hagan su trabajo. Hay algunos pocos sitios en los que era tradición comerse los fallecidos, a menudo se trataba de tribus aisladas de la sociedad... —Intentó hacer memoria—. Uh, además, no estoy seguro, pero creo que hay culturas en las que se hacen amuletos con los huesos... ¡Ah! También hay personas que antes de morir deciden donar su cuerpo a la ciencia, y así se puede usar el cadáver para estudios.