Yuu ha llegado a conocerlos bastante bien...
Pero ellos no conocen prácticamente nada de Yuu.
✰Yuu es un chico en esta historia
✰Twisted Wonderland no me pertenece. Créditos a mi poderosísima Yana Toboso.
✰La imagen de la portada tampoco me pert...
—Entonces, ¿cómo es tu mundo? —Deuce preguntó con curiosidad.
Conocía a Yuu desde hacía buen tiempo, se habían vuelto buenos amigos, y aun así, no sabía prácticamente nada acerca de él, mientras que él en cambio, había llegado a conocerlo bastante bien.
Yuu lo meditó por varios segundos.
¿Cómo se suponía que debía responder? ¿Cómo resumes el mundo en que vives en una respuesta corta y concisa?
—Es muy parecido a Twisted Wonderland —Dijo finalmente—. Pero, es completamente distinto al mismo tiempo.
—Yuu, explícate mejor, ¿qué respuesta se supone que es esa? —Ace replicó—. Eso no nos dice nada del lugar en el que vives.
Era una tarde ajetreada en la cantina de Night Raven College, idéntica a otras tantas. Conversaban de cualquier tema que se les viniera a la mente mientras almorzaban antes de volver a clases.
—Bueno... Es muy parecido porque el cielo también es azul, supongo. El día y la noche duran lo mismo aquí que en mi mundo, y también tenemos una luna, un sol, y millones de estrellas. La comida también es muy parecida a la de acá, y tenemos celebraciones no idénticas, pero sí parecidas, como la navidad... Además, muchos de los animales y plantas que hay en mi mundo también existen aquí...
—Pues sí suena bastante similar —Jack se unió a la conversación—. ¿Y por qué son distintos? Quiero decir... —Se aclaró la garganta, y se cruzó de brazos, desviando la mirada—. No es como si me importase realmente.
Menuda pregunta
—¡Por muchísimas cosas!
¿Por dónde empezar? Últimamente hablaba de su mundo más o menos a menudo.
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—A ver si entiendo... —Riddle parecía ser incapaz de comprender—. Me estás diciendo que en tu mundo, la magia... No existe.
Riddle parecía tan extrañamente confundido y perdido, esa fue la primera vez en que lo vio tan impresionado.
—Correcto —Respondió aguantándose la risa, la cara de su amigo era todo un poema.
—¿Ni un poco? ¿Nada?
—Nada de nada.
—¿Estás seguro?
—Hmm... —Lo pensó un instante, dándole un sorbo a la taza de té que el anfitrión de la fiesta de no cumpleaños le había ofrecido—. Bueno, no creo que la consideres magia, pero hay gente que hace trucos con las cartas y personas que leen las manos...
—Pero... —Las palabras no le salían, estaba estupefacto—. ¿Entonces cómo hacen...?
