Yuu ha llegado a conocerlos bastante bien...
Pero ellos no conocen prácticamente nada de Yuu.
✰Yuu es un chico en esta historia
✰Twisted Wonderland no me pertenece. Créditos a mi poderosísima Yana Toboso.
✰La imagen de la portada tampoco me pert...
Yuu sonrió al oír el deseo tan dulce y sincero de Silver.
Se había pasado el día entero escuchando los distintos deseos de los estudiantes, todo en preparación del acto cultural que tendría la escuela.
<<En los actos culturales de mi escuela nos poníamos trajes típicos y "bailábamos" en una tarima. Las cosas que se hacen por salvar una asignatura o dos...>> pensó.
—¿Cuántos años tiene tu padre? —No pudo que la curiosidad le ganara.
—No lo sé, siempre me evade cuando le pregunto, pero es más viejo de lo que aparenta —Contó—. Él me crió, y quién soy hoy es gracias a él. Quiero que tenga una larga vida feliz.
Enternecía su corazón, pero también hacia que sus ojos se sintieran llorosos y una presión apareciera en su pecho.
—Espero que tu deseo se haga realidad —Dijo con una sonrisa con el rostro.
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—Mi deseo es que "Star Rouge" tenga una continuación... —Idia finalmente contó cuando casi todos ya habían revelado sus deseos.
—¿Star qué? —Se le escapó de los labios.
—Por esto no soporto hablar con otras personas... —Se escuchó a Idia sisear a través de la llamada.
—Es un juego con el que mi hermano y yo nos volvimos adictos cuando éramos pequeños —Ortho explicó con amabilidad.
—¿Éramos? —Yuu rió, y estuvo a punto de colocar su mano sobre la cabeza de Ortho, sacudiéndola y despeinándolo juguetonamente, pero... Lo reconsideró a último segundo—. Tú todavía eres pequeño.
El menor de los hermanos Shroud también soltó una risa.
—¿Qué tiene de especial ese juego? —Grim preguntó
—¿¡Que qué tiene de especial?! —Idia gritó ofendido, y explicó a velocidad Dios por qué el juego en cuestión era increíble. Yuu quiso añadir algo a la conversación, pero no entendió mucho a semejante rapidez, e Idia cortó la llamada poco después.
—¿Y...? ¿Qué hay de ti, Ortho? —Yuu le llamó un tanto desorientado ante la semejante cátedra que Idia les dio a todos—. ¿Tienes algún deseo?
—¡Claro que sí! ¡Querían que ustedes lo escucharan!
—¡Somos todos oídos! —Respondió alegremente.
—Mi deseo es... —Inspiró hondo—. Que el deseo de mi hermano se haga realidad.
—De verdad piensas mucho en tu hermano —Le dijo conmovido.
