Explicaciones.

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Creo que has gastado todos mis pañuelos, o probablemente, los de la ciudad completa – bromeo Carly, sabía que lo hacía para hacerme sentir mejor.

No había funcionado, nada funcionaba en este momento.

Escuche como sonaba el teléfono en la planta baja.

Iré a contestar, probablemente sean mis padres – me dio una pequeña sonrisa antes de bajar.

Los padres de Carly habían viajado a ver a sus abuelos con los dos gemelos, por lo tanto éramos las únicas en la casa y estaba más que agradecida por eso.

Era tu padre – fue lo primero que dijo cuando entro, abrí los ojos inmediatamente, había apago mi celular desde que Justin se había puesto irritablemente insistente con sus llamadas, mensajes y correos de voz – no te alarmes, le dije que pasarías la noche conmigo, porque teníamos una tesis importante que hacer – acoto.

Gracias – susurre con voz ronca. Me dolía la garganta probablemente la tenía seca, no podía recordar lo último que había tomado.

Mañana tendrás que enfrentarlo – murmuro mientras se sentaba al lado mío.

Lo sé – no sabía que le diría, quizás ni siquiera podré mirarlo a los ojos sin que los míos se aguaran.

No conseguí pegar un ojo en toda la noche, solo me daba vueltas en la cama. Sabía que llevaba bolsas negras bajo mis ojos, pero no podía perder clases, necesitaba ir para poder hacer los exámenes finales.

Suspire mientras me observaba en el espejo, tome un bolso que me había pasado Carly y salí.

Si el idiota de Justin intenta sobrepasarte contigo solo tienes que gritar y saldré del lugar que este para ir a ayudarte, bueno, no si estoy en el baño, no creo que a todo el instituto estaría a gusto de ver mi sexy trasero – reí mientras nos bajamos de su auto.

Y hablando del rey de roma – frunció el ceño hacia el.

¿Podemos hablar? – fue lo primero que dijo al llegar hacia nosotras, se veía como la mierda, tenía su mano envuelta en unas cintas blancas y las orejeras visibles.

Por suerte las chicas teníamos maquillaje.

Ahora no – mire mis botas.

Por favor.... - suplico con los ojos llorosos.

Tengo clases, y tú también, después... quizás – tome del brazo a Carly que parecía un perro rabioso, podía ver el momento en el que lo mordía y la empuje hacia la entrada.

Luces como si hubieras bajado del infierno – sonrió Cody.

Creo que estoy en el infierno – gemí con frustración no entendía ninguna fórmula y que tuviera mi cabeza en otro lado tampoco ayudaba.

¿Estás bien? – ahora pregunto preocupado.

No, me siento como la mierda.

Me limite a asentir con la cabeza.

Las siguientes clases pasaron rápido, por primera vez en la vida quería que duraran para siempre, no tenía los ánimos para hablar con Justin y escuchar lo que me tenía que decir.

Escuche como Carly y Cody discutían algo sobre una banda, creo que de One Direction, y de las razones por las cuales Zayn, creo, no se debería casar.

... Y por último es muy sexy para ella – suspiro Carly.

Vi la hora y supe que tenía que irme, me despedí de los chicos con un beso en la mejilla y me marche.

Al salir vi a Justin sentado en las escaleras, tardo algunos segundos para notar mi presencia.

Hey – trato de sonreír fracasando en el intento.

Hay una heladería cerca – murmuro mientras se rascaba la parte posterior de la cabeza – no creo que haya mucha gente, vayamos ahí.

Eso está bien para mí – respondí secamente.

El lugar era agradable, tenía paredes rosa claro y no habían muchas personas como él había dicho, al sentarnos se nos acercó un mesero.

Woah, Hola, mi nombre es Luke, ¿Qué ordenaran? – me miro, ignorando a Justin, mientras me sonreía coquetamente.

 Un pastel de chocolate – gruño Justin a mi lado.

¿Y tú hermosa? – no pude evitar la sonrisa, el chico debía cambiar sus líneas para ligar. Pero trate de seguirle el juego.

No sé, que me recomiendas tú? – le pregunte mientras me apoyaba en la mesa para mirar sus azules ojos.

Adoro los frutos del bosque – sonrió.

Me gustaría un helado de eso – vi como Justin rodaba sus ojos, mientras le tiraba dagas al camarero.

Karma, Bieber.

Dulce karma.

Te lo traigo ahora princesa – me giño un ojo y entro a la cocina.

Pensé que me vendrías a hablar no a coquetear con el primer idiota que se te cruce – se cruzó de brazos.

Pero que sinvergüenzas.

Oh claro, mientras tú te follas a Jessica yo no puedo tener una conversación con un chico – fruncí el ceño, esta no había sido una buena idea.

¡Yo no me follo a Jessica! – exclamo dolido.

Entonces explícame que hacía en tu casa con solo una camiseta, ah que por cierto era tuya – alce la voz.

Ella toco la puerta, necesitaba un lugar para quedarse, venia empapada, dios, Emma, ¿no esperabas que le cerrara la puerta en las narices? – exactamente eso esperaba.

Apoye mi frente en la fría mesa.

Necesitaba pensar.

¿Cómo supiste que era Jessica? – pregunto Justin.

Encajaba con el perfil de la chica que estaba contigo en ese cuadro – murmure.

Lo siento – susurro mirándome directamente.

Aquí está su helado señorita – el chico me lo entrego tratando que nuestro dedos rozaran.

Gracias – reí al ver su número en la servilleta.

Un Justin enojado también lo había notada.

¿Y mi tarta? – gruño hacia Luke.

Oh, ya te la entrego – se dio la vuelta.

Odio este lugar – dijo entre dientes.

Vi como las hojas de los arboles caían, Justin iba a mi lado, mirando hacia la arena de la plaza.

No ha pasado nada entre nosotros Emma – dijo de repente.

Te creo – no lo hacía, ¿Cómo esperaba que le creyera cuando era el mujeriego número uno?.

No lo haces – paro ahora mirándome.

Me encogí de hombros.

Te lo prometo que nada paso entre nosotros, eres tú la única chica que quiero – dijo derritiendo mi corazón.

¿Cómo unas simples palabras de él tenían ese efecto en mí?

Yo también te quiero – sonreí.

Vi como el me devolvía la sonrisa y se acercaba lentamente a mí,

¿Estamos bien? – pregunto.


Estamos bien – reí cuando sus brazos me tiraron hacia a el, mientras besaba toda mi cara.


Dulce Oscuridad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora