Dulces errores.

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Ni en mil años me podría aprender todas estas fórmulas - murmure para mi misma malhumorada, mientras salía de mi última clase.

Al mirar a la ventana me di cuenta que estaba lloviendo. Amaba la lluvia.

Mientras caminaba por el estacionamiento, veía parejas cubriéndose del agua con cuadernos o chaquetas del chico respectivamente.

Romantico, pense.

Mi cabello estaba mojado, trate de amarrármelo con una liga, pero lo único que conseguí fue que se cayeran todos los apuntes al cemento.

¿Alguna vez haz conocido a una persona que tiene mala suerte al extremo? Bueno, esa soy yo.

Maldición - dije mientras trataba de recoger las hojas, que ahora estaban mojadas. Cuando una mano me entrego las que me quedaban.

Al levantar la vista me encontré con un chico de cabello chocolate y ojos azules, no recuerdo verlo por acá.

Creo que estas son tuyas - hablo enseñándome su hoyuelo.

Gracias - sonreí.

¿Estudias acá? - pregunto algo nervioso.

Si, ¿tu?, yo... solo nunca te había visto - dije mientras acomodaba las hojas mojadas nuevamente, esperaba que no se corriera tanto la tinta.

Me transfiriendo hace poco y con la mudanza no pude venir los primeros días - hablo mientras se rascaba el cuello.

Supongo que eres nuevo, soy Emma - le estreche la mano.

Cody - respondió tomando mi mano y sentí una corriente eléctrica. Al parecer el también lo había sentido yaqué alejo su mano frunciendo el ceño.

Acá estabas - sentí una voz atrás mío, y oh dios no por favor.

Te estaba buscando - termino diciendo eso mientras posaba sus brazos en mi cintura y me besaba la mejilla.

Podía sentir la tensión en su cuerpo.

Cody debió sentirla también, porque me asintió con la cabeza y comenzó a caminar.

¡¿Qué fue eso?! - dije mientras lo empujaba.

Pero ni se percató de mi furia hacia él. Tenía la mirada clavada en Cody, como esos programas de animales, cuando al león le quieren quitar el alimento, Justin lucia así ahora.

Después que Cody se alejó, Justin me miro, tenía los ojos oscuros, casi negros.

Eres un jodido idiota, sabes - y con eso comenzó a caminar a casa, estaba tan mojada, de agua, claro.

Caminare contigo - dijo mientras me arrebataba mis libros y los cargaba él. Realmente tiene que ser tan lindo.

¿Quién dijo que yo quería caminar contigo? - dije mientras pateaba cada charco de agua que encontraba en el camino.

Cállate y camina - ¿me había echo callar? ¿Es enserio?

Pare abruptamente y cruce los brazos, tenía frio pero mi orgullo era más fuerte.

Justin se devolvió y puso su brazo en mi cintura y me llevo con él. Seguía enojada.

El trayecto a mi casa fue silencioso.

Solo se oían las gotas caer.

Tenemos que hacer el trabajo de biología - dije rompiendo el silencio.

Lo sé - respondió cortante.

¿Qué tal en tu casa? - dije mirándolo. Su rostro era hermoso.

El viernes a las 6:00 - y con eso acabo.

Conocería la casa Justin, eso sería interesante.

Al llegar a casa me acorde que papa tenía una reunión importante de abogados esta noche y llegaría tarde.

Tome mis cosas de las manos de Justin y le pregunte:

¿Quieres pasar? - mientras abría la puerta.

Él se quedó en el umbral con cara de asombro.

Veo que eso es un no, bueno adiós - pero cuando iba a cerrar la puerta él puso su zapatilla y la abrio para poder pasar.

Si, si quiero - dijo sonriendo.

Puse los ojos en blanco esperaba que él se negara y se fuera a un prostíbulo o a un bar.

Subí las escaleras, abrí una gaveta del baño y saque dos toallas blancas. Le pase una a Justin que se encontraba atrás mío.

No sé en qué momento el baño se hizo más pequeño e incómodo.

Tampoco me di cuenta que Justin se había dejado de secar el cabello.

Y que en menos de un minuto él estaba a centímetros de mí, con una mano en mi cintura.

Sentí como la toalla que sostenía caía al piso y con esa mano tomo mi nuca y me acerco a él.

Sus labios estaban tan cerca ya ahora no había nada que nos irrumpiera.

Y paso.

En menos de un segundo él tenía su boca contra la mía, esos labios, eran tan suaves, sedosos, y sabían tan dulce.

No habia nada en el que fuera malo.

Podría hacer esto toda mi vida.

Pero todo lo bueno se tiene que acabar.

Él se alejó como si lo hubiera quemado.

Y con un

"lo siento esto fue un error"

Salió por la puerta, llevándose mi corazón con el.


Dulce Oscuridad ©Where stories live. Discover now