capítulo veintiuno

1.1K 84 7
                                    

Los Ángeles, California 1988.

Enero de 1988, un nuevo año, lleno de cosas por vivir.
Fue una experiencia hermosa pasar la navidad y año nuevo con Duff, solo los dos, una rica cena, algo de alcohol y todo nuestro amor junto. Cada día que pasa, me voy dando cuenta que el ya de por si, es mi otra mitad. Quien me calma, me comprende y me da el amor que alguien en su momento no supo como. Y estoy tan agradecida por eso.

Sonreí al ver como Duff formó un corazón con sus manos desde el otro lado de la cabina y diciendo algo inteligible para mi. Slash al ver lo que estaba haciendo le pegó en la nuca, Duff rápidamente se dio la vuelta y lo tomó por los hombros cayendo así al suelo. Toda la situación era aún más graciosa porque no se oía lo que hablaban, ya que están practicando para grabar una nueva canción llamada "Patience" que planean que sea lanzada en abril de este mismo año.

Es algo diferente al estilo que ellos estuvieron haciendo hasta el momento. Duff en casa me tocó algunas partes con su guitarra acústica y puedo decir que la canción es realmente hermosa.
El productor me hizo una seña para que entrara a la cabina de control. Me dirigí allí y cerré la puerta.

-Ya comenzarán, toma asiento.- sonrió, me senté a su lado y el tocó algunos botones del panel. Le hizo una seña con las manos a los chicos y a los pocos segundos oí la hermosa y varonil voz de mi pareja.

-One, two.. one, two, three, four.- el sonido de las guitarras se hizo presente y Axl comenzó a silbar, algo que hacía a la canción un poco más... ¿Como decirlo? Original.

Disfruté de cada segundo de la canción, es una gran fortuna ser una de las primeras en oírla. Realmente preciosa.
Por la puerta salió Duff y rápidamente se acercó a mi, dejando un beso en mi frente.

-¿Qué tal estuve?- sonrió mientras tomaba ambas de mis manos para ayudar a pararme.

-Meh, hubo mejores...- bromee y noté al segundo su cara de decepción - ¡No es cierto! - reí y lo abracé por el cuello - Estuviste realmente increíble, como siempre, y me encantaría que me tocaras en este jodido instante de la forma que tocaste aquellas cuerdas de esa guitarra...- esto último lo susurré en su oído sólo para que el escuchara, mientras dejaba un beso mojado en su cuello.

El me tomó de la cintura, separando un poco el abrazo, miró a su alrededor y luego a mi.

-Ya terminó el ensayo, ¿Cierto?- preguntó.

-Si, salvo que quieras quedart-

-¡No, gracias!- interrumpió a Axl y tomó su chaqueta para después tomar mi mano y sacarme a rastras del estudio.

-¡Hey! Tranquilo.- dije una vez en la calle.

-Mira.- señaló su entrepierna y ya era bastante notoria su erección, reí ante su necesidad.

-Mira lo que causé sin siquiera tener que tocarte.- guiñé un ojo y fui hasta su coche con una caminata sensual. Al abrir la puerta, me detuve y giré hacia él. Miré hacia ambos lados y luego baje un poco mi escote dejando la vista de mi seno - ¿Qué esperas? ¿Quieres quedarte viendo la luna?

La necesidad de estar unidos era cada vez mayor, y el calor en el coche aumentaba cada vez más, haciendo que nos deshicieramos de nuestras principales prendas.

-¿Por que eres tan jodidamente caliente?- preguntó mientras pasaba sus manos por el elástico del sujetador.

-No lo sé, dímelo tú.- gemí en su oído para después bajar a su cuello y succionar en algunas partes con intención de dejar una marca.

El rápidamente se deshizo del sujetador, dejando mis senos al aire. Los cuales rápidamente tomó con ambas manos y uno de ellos lo llevó a su boca, pellizcando así uno de mis pezones con sus dientes. Grité ante tan placentero dolor, para después meter una mano dentro de mis bragas y autoestimular mi clítoris, así calmar un poco mis ganas de querer tener su miembro dentro de mi.

-¿Después quien es el necesitado?- río al ver lo que estaba haciendo.

-Cállate.- quité mi mano de donde estaba y bajé hasta el suelo del auto, quedando media-arrodillada ante el.

Desabroché su gran cinturón y luego el botón y cierre de sus pantalones, bajandoselos junto con el boxer hasta las rodillas. Tomé su miembro entre mis manos y rápidamente lo llevé a mi boca, sin quitar mi vista de sus ojos. Puso ambas manos sobre su rostro y tiró la cabeza hacia atrás, largando alguna que otra maldición. Pasaba mi lengua por todo su glande, haciendo que cada vez llegara más al límite.

-¡Me voy a correr nena! Oh...- eran esas palabras las que necesitaba oír para soltar su miembro y subirme encima de el para rápidamente introducirlo dentro de mi.

-Ah... era esto lo que tanto deseaba.- gemí mordiendo mi labio. Duff puso ambas manos en mi cadera haciéndome bajar hasta que su miembro desapareciera dentro de mi.

-Mierda, si que estas mojada.- comenzó a dar estocadas suaves, algunas veces dejando todo su miembro dentro y moviéndose en círculos. La poca capacidad de espacio de su auto hacia que sea aún más excitante, ya que estábamos tan unidos como tanto deseábamos.

-Mmh, ¡Ahí si, Duff!- grité cuando el empezó a dar fuerte en mi punto débil.

-Ahora si me voy a venir..- gimió, puse ambas manos detrás de su cuello mientras que atrapaba su dulces labios.

-Hazlo.- pude notar como cerró fuertemente los ojos, mientras sus rápidas estocadas cesaron y bombeó lentamente descargando toda su semilla dentro de mi - Oh Duff... un poco más y ya estoy contigo.- tiré la cabeza hacia atrás.

El aún así por el cansancio de su corrida, siguió arremetiendo mi interior, sentí como el cosquilleo en mi parte baja se hacia presente llevandome así a un increíble orgasmo, como tantos otros que había tenido con el. Quedé rendida sobre su pecho aún sintiendo como su respiración no se normalizada.

-¿Te he dicho que me tienes loco?- lo miré fijamente a sus ojos color avellana y sonreí.

-Cientos de veces.- besé su nariz.

-Te amo.

-Yo a ti, rubio teñido.- el río y dejó un beso en mi frente - Ups.- dije al ver como las marcas que hice hace un momento se tornaban de un tono más oscuro en su blanca piel.

-Tengo marca registrada ahora.- sonrió y acarició mi rostro.

-Bobo.- reí - Vayamos a casa, es tarde. Salí de encima suyo acomodando nuevamente mi ropa.

Ambos pasamos al asiento de adelante y Duff encendió el motor para comenzar a conducir, mientras descansaba una de sus manos sobre mi muslo y miraba el camino de forma sonriente.

No se si esto durará para siempre, no se si estamos yendo por el camino correcto. Lo que si se es que este amor es real, y que desde que el esta en mi vida, veo todo con mucha más claridad.

𝑪𝒐𝒏𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐 | Duff McKagan [1]Where stories live. Discover now