Lágrimas

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Estaba todo relativamente oscuro, atada por una cuerda tanto de pies como de manos. Se encontraba tumbada de manera lateral con las manos atadas en la parte posterior del cuerpo y las rodillas flexionadas. Apenas podía observar puesto que su pelo color escarlata la cubría todo el rostro. Lentamente comenzó a observar el lugar y trató de levantarse ligeramente.

Estaba completamente sola, sin ningún tipo de arma, en una habitación algo sucia... Parecía ser una celda. Podía observar a través de las rejas como un puerto con mar. Estaba en el interior de la sede de la mafia.

Pasado un rato, entraron varias personas. Carla tenía los ojos cerrados. Estaba cansada, agotada.

Los hombres la quitaron la cuerda de los pies y la levantaron agarrándola de los brazos, todavía con la cuerda de los brazos puesta. La llevaron andando hasta delante de toda la mafia, pero Carla no lo sabía porque estaba tan cansada que no elevo la cabeza ni abrió los ojos en lo que duró el camino. 

Inmediatamente la sentaron como si de un fusilamiento se tratase. Ella seguía con la cabeza agachada.

Unos pasos comenzaron a acercarse a ella y se detuvieron justo enfrente. Rápidamente ese hombre la agarró de su pelo y con fuerza lo elevó hacia arriba con tal fuerza que obligó a Carla levantar la cabeza, pudiéndose ver su rostro. 

- Mírame a la cara - dijo el hombre mientras apuntaba con una pistola justo debajo de su mandíbula, sonando como recargaba el arma. 

Carla abrió ligeramente los ojos hasta que se dio cuenta que ese sujeto era Gustabo... o más bien Pogo. 

- Bien, veo que ya has despertado... ¿qué tal has pasado la noche? Ha sido cómodo... ¿verdad?

Carla le miraba pero no respondía.

Tras un minuto de silencio, Gustabo disparó hacia el suelo.

- Comienza a hablar o el siguiente tiro irá directo hacia tu cabeza.

- ¿Qué quieres de mí? - dijo Carla con tono de cansancio.

- Nada, mi único objetivo lo he repetido una... y otra... y otra vez - dijo mientras caminaba de lado a lado - hacer sufrir a Jack Conway. Como eres alguien muy importante para él... ¿qué te parece si te torturamos, y matamos mientras todo esto lo grabamos y se lo mandamos?

- Eres un hijo de puta - dijo mientras movía la cabeza de lado a lado cerrando los ojos.

- Sí... lo seré no te lo niego - dijo mientras se acercaba lentamente hacia ella - pero tú eres una persona muy tonta por confiar en la gente que no conoces.

- ¿De qué hablas? - suspira.

- Diablo, saca el móvil y graba esto que se va a poner interesante...- empezó a reirse de manera sarcástica y comenzó a moverse en dirección hacia uno de los hombres enmascarados- tú - dijo mientras apuntaba ligeramente hacia él - quítate la máscara - voltea.

Se quitó la máscara dejando ver su barba de leñador mientras miraba hacia abajo.

Carla, cambió de tener un tono cansado con los ojos prácticamente cerrados, a quedarse completamente sorprendida y abriendo los ojos de par en par mientras le miraba
- Greco... qué... qué... -dijo mientras se quedaba sin aire.

- ¡Vaya! Tu querido noviecito... tu héroe... - decía mientras remarcaba con fuerza cada palabra y volvía a moverse de lado a lado - te ha traicionado... ¿qué se siente?, venga... dime ¡¿qué cojones se siente que la persona que quieres te traicione de esa manera?!

- No es verdad - dijo sin apenas respirar y con los ojos de par en par mirándole - Greco... ¡Dime que no es verdad!

- Venga Grequito... díselo - dijo Pogo andando mirando hacia Greco.

- Lo siento Carla.

Carla comenzó a llorar y de nuevo, agachó su cabeza. Greco seguía sin poder mirarla a la cara.

- ¿Por qué me has hecho esto? Yo... yo te quería. Estaba dispuesta a irme de la ciudad contigo después de esto. Quería...quería formar una familia contigo... No me lo puedo creer - decía mientras le miraba a la cara con lágrimas brotando de su rostro - Todo esto... lo nuestro... ¿Ha sido también una mentira? 

- ¡Por supuesto que no! - dijo Greco casi gritando mirándola por primera vez en todo lo que llevaban de conversación - Te quiero, esta misión no ha tenido nada que ver con que yo verdaderamente te quisiese. Estoy enamorado de tí Carla.

- No te creo una mierda - dijo mientras le miraba a la cara.

- Vaya... pero no llores preciosa... ¿te parece que acabemos con tu sufrimiento rápido, hermanita?

- Herma... - dejó de llorar y miró sorprendida a Pogo. Miró por un segundo directamente hacia sus ojos y de repente pudo observar a su hermano pequeño cuando la quitaba los juguetes. Ma... ¿Mathy? - completamente en shock.

Pogo la apuntó directamente a la cabeza en un movimiento muy rápido. 

- A mi señal chicos - todos inmediatamente sacaron sus armas a excepción de Emilio. Tú, Diablo, sigue grabando.

Greco, que no sabía que hacer solo miraba a todos... incluyendo a Carla. ¿Qué debería hacer? 

Por un instante el tiempo se paró para él. Recordó la llegada de Carla a la ciudad, recordó a esa chica con la sonrisa más pura y sincera que había visto en su vida. Recordó esos momentos en los que era una completa novata y dependía completamente de él para poder trabajar en el CNP. Realmente, aunque su trabajo era acabar con Conway a través de ella, se había acabado enamorando de ella, como si de una película de Hollywood se tratase. 

Se negaba rotundamente a perder a la mujer de su vida... Y aunque la confianza que Carla tenía hacia él se había roto para siempre... Quería demostrárselo una vez más... La última.

El tiempo volvió a correr pero muy lentamente.

- Fueg... - dijo Gustabo.

Greco comenzó a correr en dirección a Carla.

- Fuego... - terminó de decir.

Greco la abrazó - lo siento - dijo Greco con lágrimas en sus ojos.

Carla lo notó y sonrió ligeramente.

Las balas comenzaron a entrar en el cuerpo de ambos, por todas partes. Aunque Greco tratase de parar todas las balas con su cuerpo, era inútil. Ambos cuerpos cayeron instantáneamente. La sangre de ambos salía. Greco estaba tumbado sobre ella. 

Se despidieron de este mundo de la misma forma que lo hicieron anteriormente... abrazados uno frente al otro.

La chica del pelo escarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora