Capitulo II

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Pienso mucho y no me deja en paz, me siento aún confundido por el sueño que tuve anoche, los recuerdos eran claros y fijos en mi memoria, y pensaba en todo lo que alguna vez fue, o como pudo haber sido si hubiese estado aquí mi madre, los momentos que cree en mi mente, y que jamás pasaron, como aquel día que ingresé a la universidad y le dedique el logro a ella aunque no haya estado allí físicamente, o aquel día que abandonado en una pista de baile recordé la falta que me hizo cuando me casé, su presencia cuando tuve problemas y las interminables conversaciones cada fin de semana cuando sentado al borde de tu sepultura recordé lo que me hubieses dicho en cada circunstancia. Y quizás así pude sobrellevar la falta de tu presencia. No sé si hice bien o mal, quizás al fin y al cabo lo realmente importante en esta vida no es que olvidemos a las personas que nos hicieron bien solo porque se fueron, lo importante debe ser que aprovechamos cada día con aquella persona , disfrutar de su compañía y la plática, sonreír como si fuese la última vez que estarás a su lado, pues lo realmente triste es cuando aquel día que repentinamente  pierdes a la persona que quieres ya sea por un mal entendido, una pelea, o algo totalmente sorpresivo como una muerte repentina o algún accidente, lo único que uno piensa es que quisiera haber tenido mas tiempo con esa persona y ya no se podrá.

La computadora se me hace extensa, y extraña, la gente apresurada en la oficina, el ruido de los autos en la calle, el pequeño ficus en esta habitación, sus hojas sonando al golpearse con el viento, todo lo que me rodea se me hace tan extraño, tan anormal, me llena de ansiedad, no sé qué me está pasando. Estoy tan envuelto en mis pensamientos que me hacen sentir en otra realidad.

-¿Estas bien? Te veo desorientado - Me pregunta Raquel (la administradora de la empresa).

-¿Tanto se me nota?- resuelvo, mientras me frotaba la cabeza, mostrando incomodidad o vergüenza, no lo sé.

-Claro, se nota a leguas de distancia que algo te pasa. Me dice mientras se aproxima y se recarga sobre mi escritorio.

-Tuve un sueño, soñé con mamá y eso me dejo con los pensamientos alborotados y también los sentimientos. - respondí mientras me recostaba sobre mi asiento, y continúe - no me siento muy bien, me siento distraído, no estoy de humor y no tengo ganas de nada.

- ¡Wau!  Te comprendo, sé lo de tu mamá y lo que tuviste que pasar, no te preocupes, en cierta forma me alegra que hayas vuelto a verla, debes extrañarla mucho - dijo, parece increíble pero mi sensación era de que ella sentía lo mismo en ese momento, se le notaba movida internamente. -Debe ser bonito haber vuelto a ver a tu mamá.

-No te imaginas cuanto - dije y se me escapó una lagrima - me hace mucha falta, cada día pienso en ella y los momentos mas bonitos. Recuerdo su sonrisa, sus palabras, su tono de voz, hasta la forma que caminaba. - Mi mirada se perdió en la nada y continúe - Fue un absurdo, hasta entonces siempre busque al amor de mi vida en todas partes, y el amor de mi vida siempre estuvo en mi casa.

-Eso es hermoso, yo no sé que haría si le pasara algo a mi mamá, y creo que le debo una disculpa, hoy discutí con ella y ahora aquí, frente a ti, escuchándote, ¡debo parecer una tonta! - Bajó la cabeza y seco una de sus lagrimas. - creo que tienes buenos sentimientos, y te admiro por eso.

-Muchas gracias, pero creo que no deberías de suponer que mamá sea perfecta, tu como madre tampoco lo eres y no lo serás, como padres hacemos lo mejor que podemos pero jamás seremos perfectos; y ¿Qué importa que mamá no sea perfecta?, ¡yo la quiero!

-Tienes razón, llegando a casa hablare con ella, ahora, creo que debería comprenderla más  y también creo que no deberías estar aquí, ve y visítala yo te cubro. -Dijo con una sonrisa un poco confusa, quizás por el sentimiento de culpa y las ganas de hacerme un favor.

-¿En serio? Muchas gracias, mañana nos vemos - le dije casi abrazándola - Gracias por el favor, te debo una.

-No te preocupes, para eso estamos los amigos - Respondió a la despedida. Tome mi saco y me lo puse mientras caminaba a la salida, iría al cementerio, llevaba varios meses de no ir, si es que no años

Ya eran horas de la tarde, el cielo se veía nublado, gris y el viento soplaba.

Subí al auto, tengo dentro de mí esta necesidad de estar con ella, hablarle aunque no me pueda responder. Los momentos fríos de la tarde tienen algo que pone a la gente pensativa y melancólica, la calle otra vez con poca gente, la ciudad se ve mecanizada, la gente caminando van y vienen, los semáforos cronometrados, todo tan rutinario y me pregunto: ¿Así queremos vivir?. En el camino pienso mucho en todo, hasta llegar al estado de que en mi interior se silencio, como cuando se duerme sin soñar, como cuando se tiene sexo sin amar, como un vacío que no se puede llenar.

Estoy muy nervioso, las palmas de las manos me sudan, trato de poner música de camino para distraerme pero no lo puedo controlar, me tiene completamente dominado este sentimiento, es como una mezcla de culpa por solo venir porque tuve un sueño, de vergüenza porque no vengo hace mucho, de miedo porque siento como si me fuese a regañar, de tristeza porque me había acostumbrado a sentirla viva en mi casa y en mi mente y ahora ver la realidad de una tumba fría, tengo que aceptarlo, me invade esta sensación.

Apocalipsis 21: 4Where stories live. Discover now