Epílogo

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1:30 am.

Steven conducía bajo el cielo nocturno, ya hace 6 horas que había dejado Ciudad Playa y ya se sentía muy cansado de estar conduciendo, solo se había detenido para comer, recargar combustible, usar el baño y de vez en cuando admirar el paisaje, pero no quería detenerse, no cuando estaba tan cerca de su destino, los Ángeles, ese lugar le había llamado la atención y había estado en su mente incluso antes de emprender el viaje pues ya había oído algunas veces hablar sobre esa ciudad. 

Seguía conduciendo, la carretera estaba desolada y oscura siendo iluminada un poco por las luces frontales del auto. Ya estaba somnoliento, Steven claramente mostraba signos de cansancio pero según su mapa estaba ya a solo 10 minutos de llegar, enserio necesitaba dormir.

Mientras seguía conduciendo, Steven podría haber jurado haber visto algo moviéndose en la parte trasera de su auto por medio del retrovisor, se sintió algo extrañado por un segundo pero no le tomo mucha importancia, de seguro solo era su imaginación jugandole una mala pasada por el gran cansancio que tenía en ese momento.

Decidió seguir con su ruta, podía sentir sus párpados muy pesados y ya había empezado a entre cerrarlos, su cabeza ya estaba tambaleando y... cayó dormido.

Se podía ver como el auto empezaba a desviarse y perder estabilidad. Steven volvió a abrir los ojos apenas percatarse de esto.

Antes de poder hacer algo, pudo ver algo estirándose desde la parte trasera del auto para tomar el volante y reposicionarlo devolviéndole su estabilidad y dejando a Steven sorprendido.

Steven freno de golpe el auto, él traía el cinturón de seguridad puesto por lo que no le paso nada pero lo que estaba atras no lo traia y se pudo escuchar un golpe detrás.

—Que cara... — Decía pero se vio interrumpido por una segunda voz.

—Auch! — Se había escuchado desde atrás del auto.

Steven ya se había alarmado, alguien se había metido en su auto sin que él se diera cuenta, pero un brazo estirandose así no era algo que podría haber hecho un humano. No era una persona, era una gema y esa voz ya había hecho que Steven se diera una idea de quien se había metido en su viaje. 

—¡¿Spinel?! 

Unos brazos magentas se apoyaron de los asientos traseros para que luego se alzarán la cabeza de una gema con dos coletas y una sonrisa forzada, efectivamente era Spinela.

—Ummm... sorpresa? — Dijo tímidamente la gema con forma de corazón invertido.

—¿Qué demonios estás haciendo aquí? — Dijo con una tonalidad de molestia y frunciendo el ceño.

—Emmm... ¿te acompaño? — Dijo de manera nerviosa y forzando una sonrisa.

—Esto tiene que ser una broma — Dijo frotándose el ceño.  —. Siquiera las Diamantes saben que estás aquí? — Dijo molesto y alzando su tono.

—Bu-bueno yo les dije que iría contigo y ellas dijeron que esta bien y que respetaban mi decisión aunque las note algo tristes. — Dijo mientras se frotaba un brazo y lo miraba vergonzosamente.

—¿No pudiste al menos preguntar? — Puso una mano en su cara y tenía cierto tono arrogante.

—Y hubieras dicho que si? — Le pregunto con tono sarcástico.

 —Se suponía que haría este viaje solo, Spinela. — Insto Steven para luego suspirar molesto y poner su vista al frente.

—Oh, vamos, obviamente necesitarás ayuda, de no ser por mi te hubieras estrellado. — Dijo mientras se cruzaba de brazos y lo miraba.

Steven no le ponia atencion, solo siguió mirando al frente pensando la situación y volviéndose a mostrar cansado, por su parte Spinela se estiró hasta el asiento del copiloto junto a Steven, el la miro y se sorprendió un poco al verla, aun conservaba aquella Carmelia que el le regalo en unas de sus coletas pero siguió sin decir nada y volvió a ver al frente.

Spinela lo vio y le puso una mano en su hombro acercándose un poco a él.

—Oye, lo que digo es que no podía soportar que te alejaras de mí, no iba a pasar por eso otra vez y por eso, sin importar a donde tu vayas, yo quiero ir contigo para cuidarte, y jamas dejarte solo.

Steven la volvió a ver, y tras escuchar toda esa cursilería, sólo le regaló una cálida sonrisa.

—Ok, gema cursi, está bien — Dijo mientras se preparaba para volver a conducir. —. Además yas estas aqui y ya estamos demasiado lejos como para devolverte. — Decía mientras mantenía su sonrisa confiada.

Spinela se llenó de alegría al oír sus palabras.

—Entonces si puedo ir contigo? — Dijo con alegría y ojos de estrella.

—Supongo que no hay de otra. — Le dijo sonriendo un poco.

—¡Si! — Dijo con emoción y alzando los brazos.

Steven solo volvió a encender el auto para seguir su camino, pero esta vez con una nueva acompañante que lo acompañara en sus nuevas aventuras.

"Amar es encontrar en la felicidad ajena tu propia felicidad"

𝕊𝕋𝔼𝕍𝔼ℕ 𝕌ℕ𝕀𝕍𝔼ℝ𝕊𝔼 〖CORRUPTION〗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora