𝐒ɪɴᴏᴘsɪs:
Una gema le hizo entender en el pasado que nunca habra un final feliz.
Lo que siempre existira son los problemas, y eso es lo que le llevara a su corrupción.
Todas las gemas de cristal se encontraban presentes en el pequeño planeta madre. Estaban conversando sobre algunos asuntos hasta que la llegada de Connie los interrumpe.
—Oh, Connie, ¿que te trae por aquí? — Pregunta la gema pálida.
—¿Han visto a Steven? — Pregunta Connie con tono de preocupación y algo agitada.
—¿Por qué? ¿Que sucedió? — Hablo Amatista.
—He cometí un error. — Insto la morena sin vacilar.
Antes de que alguien más preguntara, un portal se abre un par de metros delante de ellos, haciendo que todo el mundo se desconcertara. Del portal sólo emerge una figura familiar, que solo puede ser una persona:
—¿Steven?
Efectivamente, era Steven, pero con un aura de color rosa que irradiaba por todo su cuerpo.
Cuando el portal se cierra, Steven se queda completamente quieto mirando a Connie y a las gemas fijamente, con una cara que parecía no reflejar ninguna emoción.
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Por un momento el silencio reino, y el ambiente se puso tenso, hasta que unos pequeños escarabajos que paseaban por ahí se acercaron al salvador de la galaxia para saludarlo.
El híbrido rosa al sentir un toqueteo en su pierna bajo su mirada hacia al suelo. Se encontró con la parejita escarabajo del cielo y de la tierra abrazando su pierna derecha.
Steven solo los veía, hasta que con lentitud arrastró su pie hacia atrás y con toda venganza dio una patada considerablemente fuerte que sacó volando a la parejita escarabajo por los aires.
La gemas y Connie se quedaron heladas. Lapis reaccionó a tiempo y con algo de dificultad pudo atrapar a los escarabajos en el último segundo antes de que chocaran contra algo.
En ese momento, todos comprendieron que la persona que tenían enfrente ya no era Steven.
Steven jamas se atreveria en lastimar a alguien tan indefenso, ya que eso iba en contra de sus principios. Nadie lograba encontrar una respuesta del porque Steven se comportaba de esta manera, pero Connie si lo sabia. Era su culpa. Comprendió que el dolor que le había provocado a su amigo le hizo que sus poderes y sus emociones se salieran de control haciendo que solo fuera cuestión de tiempo para que todos sus pensamientos negativos terminaran por controlarlo.
—Steven... — La chica comenzó a acercarse lentamente hacia al híbrido.
—Escucha, se que estas enojado — Dijo. — Y lo entiendo, yo tampoco me perdonaría por haber hecho algo así...
Las gemas pusieron una mueca de confusión. ¿Que era de lo que se estaba refiriendo Connie? ¿Acaso eso causó de que Steven ahora este de esta manera? Tenían la cabeza hecha un caos.
