46.

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Capítulo 46.

Que díficil es ignorar a alguien que amas con todo tu corazón, es tan díficil como dejarlo ir.

Me había prometido hacerlo, porque así como él, yo también deseo avanzar, seguir adelante.

Por un momento, me permití escribirle algunas líneas, tenía la respuesta lista para ser enviada, pero luego recordé por todo lo que me hizo pasar.

Recordé esas eternas noches donde solía mirar el móvil como una desquiciada, esperanzada en que me respondería, pero lo único que recibí, fue su indiferencia.

Es por eso que borré cada letra y deje su mensaje allí, él no volvió hablarme, supongo que fue más inteligente que yo, y comprendió al primer mensaje no respondido, que yo también necesito mi espacio para sanar.

Han pasado algunos días desde que llegué a la residencia, conocí a mi compañera de habitación, una chica muy alocada y simpática, todo lo contrario a mi, habla demasiado, llena cada espacio vacío, supongo que en cierta parte, está bien, yo lo único que anhelaba era ruido, y ella me lo dio.

También gracias a Darcy, encontré un trabajo en una cafetería. Me cuesta mucho poder sociabilizar con la gente, además que soy muy torpe detrás del mostrador.

Mi jefa me a regañado un par de veces por estar despistada, lo que me ha echo querer renunciar sin siquiera seguir intentándolo, pero luego recuerdo que además de no contar con dinero propio, el decano me ayudó con mi visa de estudiante para poder trabajar, así que no puedo simplemente renunciar.

Dios, que díficil es hacer todo esto. Es como estar viviendo una vida diferente, una vida que no pedí, me cuesta asimilar que está es mi nueva realidad, me había acostumbrado tanto a la vida que Niall estaba dándome, que no me había percatado de lo díficil que es vivir el día a día.

Pero supongo que está bien, esto me ayudará a madurar, a poder ser independiente, a poder valerme por mí misma y eso es lo que me mantiene en pie y firme hasta ahora.

Es sábado, y mi turno está por comenzar.

Agradezco tener un horario decente, son apenas las nueve de la mañana, a esta hora, muy poca gente pasea por el centro comercial, así que puedo avanzar por las tiendas sin ningún problema mientras me dirijo al salón de café.

Pero apresuro el paso cuando paso por fuera de una boutique para bebés, sé que no debería evitar esto, pero temo comenzar a pensar en horario de trabajo, así que no miro a ningún lugar más hasta que entro al salón.

-Hola alicia.-saludo a la otra chica que trabaja aquí. Ella también es una estudiante de intercambio como yo.

-Elena, buenos días.-me dice ella con una enorme sonrisa.

-¿Nuestra jefa llegó?.-le pregunto.

-No, ella no viene los días sábados, solo está Marco, él está a cargo los fines de semana.-me explica.

-Ah, que alivio.-susurro a lo que ella se ríe.-Hoy no seré regañada.

-No seremos.-rectifica.

Ambas nos reímos.

Por algunos minutos nos relajamos y conversamos, pero luego me preparo para comenzar a atender mesas, me cambio a mi ropa de trabajo y me quedo esperando a que lleguen los primeros clientes de la mañana.

Me entretengo mirando la TV que está en la pared, debo tapar mi boca con la mano cuando bostezo porque los minutos se hacen eternos cuando no llega nadie.

Marco quien lleva años aquí, me ofrece un café.

-No, no puedo.-le digo con nerviosismo.

-Es solo un café Elena, esté es mi especialidad, es el mejor en todo el condado, o eso dice mi esposa.-me dice y sonríe a lo que se le forman varias arrugas en los ojos, verlo, me recuerda a mi papá.

𝐓𝐖𝐈𝐓𝐓𝐄𝐑 𝟐 - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀Where stories live. Discover now