Maldito Veritaserum; Pansmione.

IV

"Querida Pansy:

¿Cómo estás? Creo que sí lees mis cartas, pero no las contestas, así que te contaré un poco lo que pasa por aquí:

Mamá está más furiosa que nunca. Lanza los jarrones de la abuela Dalia contra las paredes, rompiéndolos y descargando su estrés. Papá, por su parte, únicamente llega a altas horas de la noche y normalmente llega con lápiz labial en la mejilla o el cuello; cosa que le enfurece aún más.

También, ordena a los elfos que en la madrugada limpien el desastre que arma mamá. En pocas palabras: nada ni nadie está bien por aquí.

Te extraña,
J. P".

Pansy suspiró al leer la letra torcida de su hermano, enredando sus manos en su cabello y dando un largo suspiro. Su cabello estaba suelto pero correctamente peinado, mientras que su uniforme estaba impecable, pero su mirada denotaba una única cosa: estrés. Millicent la miró de reojo, soltando sus cuadernos, sentándose en el borde de la cama y diciendo:

—Hey, ¿todo está bien?

—No. Nada está bien —masculló la ojiverde, apoyando su cabeza contra la mesa.

—¿Quién te ha escrito? —preguntó, mirándole con comprensión.

—Es Jared... —murmuró—, en casa las cosas no van para nada bien. Normalmente están mal, pero se controlan ante mí y claramente, como yo no estoy, Gloriette hace de las suyas.

—¿Qué ha hecho? —preguntó con verdadera preocupación. Ese niño era muy especial para todos los amigos de Pansy, quienes cada que visitaban la mansión Parkinson eran recibidos por la sonrisa tímida que lo caracterizaba.

—Se está saliendo todo de control en la mansión —murmuró la morena—, es cuestión de tiempo para que cualquiera de los dos explote. Jared está frustrado, él nunca me reclama por estar estudiando ni mucho menos admite que mamá esté furiosa... Necesito sacarlo de ahí.

—¿No has pensado en llevarlo con otra familia? —preguntó Millicent, acercándose a ella y acariciando su cabello.

—Ya le he dicho lo mismo a Daphne: ¿qué familia normal, obsesionada con la pureza de sangre se juntaría con los Parkinson? Todos saben que mi padre es una mierda  —se mofó ella.

—Yo nunca dije que debían ser unos obsesos con los Sangre Pura. Pansy, ¿no has pensado siquiera en los Weasley? ¿O los Potter? Hasta la familia de Granger —habló su amiga con tranquilidad, trenzando su cabello.

—¿Hablas en serio, Millicent? ¿Muggles? ¿Traidores de sangre? —preguntó con indignación, ¿a ese nivel debía rebajarse?

—Piénsalo así: los sangre pura somos muy predecibles, así que ni Gloriette ni Peter pensarían que lo estás llevando con traidores de sangre o muggles. Saben lo maldita que eres, así que piensan que no serías capaz de hacerlo. La pregunta aquí es: ¿lo eres?

Al ver que Pansy seguía sin habla, continuó:

—A mí me importa el bienestar de Jared tanto como a ti, y ambas sabemos que él no sobreviviría si Gloriette y Peter algún día explotasen de verdad. Esta fachada que llevan caerá, y la idea es que ustedes no caigan detrás de ellos —amarró la trenza con una coleta y la puso sobre el hombro ajeno—. Como hermana mayor, tu deber es velar por su bienestar, y esta es la única manera que veo factible.