When we meet again

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Pero seguramente tenía responsabilidades que atender, es decir, era probable que me dieran algo más de descanso si recién regresábamos de alguna exploración al exterior pero ya que no podía recordar, solo me hice a la idea de que probablemente ya había dejado pasar mucho tiempo descansando y ahora debía volver a cumplir con mis deberes.

Me deje caer sobre la cama, de alguna manera me sentía ligero, descansado aunque antes de despertar sentía aquella molestia de querer continuar durmiendo, esta ahora había desaparecido dando paso a un sentimiento de calidez dentro mío, algo parecido a cuando tomaba una taza de mi té favorito.

Era difícil de describir aquella sensación, pero era reconfortante.

Finalmente me estire para después ponerme de pie, y comenzar a arreglar las sábanas de mi cama, al terminal me dirigí a mi escritorio a buscar algunos documentos inconclusos de los cuales debiera encargarme, ya que algo me dijo que eso sería lo más normal por realizar, aunque no encontré nada sobre aquel mueble de madera.

Intente buscando en los cajones, pero mi sorpresa fue grande al encontrar un par de ellos vacíos, estaba a punto de abrir el tercer y último cajón de aquel escritorio cuando la puerta de mi habitación se abrió sin más.

Sin llamar o avisar... ya sabía de quién se trataba.

-Hange, ¿Acaso nadie te enseño a tocar?.- dije mientras me giraba.

Antes de poder conseguir una respuesta a mi pregunta me vi envuelto en un sorpresivo abrazo, el cual me hizo soltar algo así como un grito, para nada varonil si soy honesto.

-¿Qué demonios te sucede?.- pregunte algo descolocado y avergonzado por aquel sonido que recién había hecho.

Hange solo me abrazaba como si quisiera quedarse con mi torso, no decía nada, simplemente se limitó a estrujarme entre sus brazos un largo rato.

-Suéltame, no puedo respirar.- dije intentando no entrar en pánico ya que su agarre no aminoraba.

Estuve a segundos de intentar algo drástico pero afortunadamente no tuve que recurrir a la fuerza, ya que me soltó y luego me dedico una enorme sonrisa.

-¿Qué te pasa?.- dije mirándola a los ojos.

Observé la luz de la habitación reflejada en sus anteojos, y pude apreciar a través de estos como su mirada brillaba de forma intensa.

-¡Ah, no es nada!, ¿ya no puedo abrazarte?.- preguntó aún con aquella sonrisa mientras posaba ambas manos en mis mejillas.

Estaba siendo demasiado efusiva sin razón aparente.

-No es eso... es solo que fue demasiado inesperado e intenso, casi tuve que golpearte para que me soltaras.- dije tomando aire para acentuar mi punto.

-Lo siento.- dijo riéndose, y pellizcando mis mejillas en el proceso antes de soltarme, lo cierto es que no parecía que lo sintiera...

E igual de sorpresivo que aquel abrazo Hange se acercó a mi rostro y comenzó a besarme directamente en los labios.

No había duda de que esto estaba mucho más allá de lo raro.

Intente detenerla pero, ¿a quien quería engañar?, aquello era demasiado placentero como para quejarme.

Por lo que le seguí la corriente, la emoción que ella puso en el acto fue demasiada, se sentía como si estuviese desesperada, sentimiento por el cual también me deje llevar y respondí con la misma emoción que ella.

Disfrutando de cada pequeño toque que compartían nuestras lenguas, así como de los obscenos sonidos que comenzaron a llenar la habitación.

Yo deje mis manos en su cintura, asegurándole así que no iría a ninguna parte, pero ella continuaba con aquella actitud intensa, con sus manos recorrió mis hombros, cuello y finalmente terminó pasando sus brazos por mi espalda.

-Levihan- OneShots en EdiciónWhere stories live. Discover now