-No sé que coño hace eso ahí...s...solo era una pesadilla...solo eso. -dijo Fernando

-Bien, Fernando. Ha llegado la hora de que te seamos sinceros. No somos de este pueblo ni tengo intención de matricularme aquí. En realidad hemos venido a buscar indicios y evidencias de ese ser... -dijo Shane.

-Lo único que queremos es evitar más asesinatos en el futuro. -dijo Yuan.

Shane asintió con orgullo y sacó un papel doblado del macuto colgado de una de las empuñaduras de la silla. Era un informe sobre muertes a manos de la estrella esa

-Aquí tenemos datos objetivos de los últimos asesinatos que cometió; cada vez las muertes son más brutales, y lo que más nos preocupa es que ha comenzado a quitar más vidas para llevarse una sola. -dijo Shane, enseñando el informe

-¿Qué quieres decir? -preguntó Fernando.

-Al principio, cuando tan solo dábamos nuestros primeros pasos en esta investigación solo mataba a una persona de vez en cuando, pero...cuanto más avanzabamos más gente mataba, más interactuaba con la víctima y muertes más brutales producía. -explicó Shane.

-¡Joder! ¿Me va a matar?-dijo Fernando.

-No si podemos evitarlo, pero explicanos como fue cuando se te presentó. -dijo Yuan.

Fernando intentó recordarlo, había pasado tres días atrás, le dijo que tenía que matar a Ratita o...

-Muy bien, lo contaré todo en cuanto salgamos de aquí ¿Os importa? -dijo Fernando.

-No, claro que no. -dijo Yuan- Tienes razón.

Fernando y Yuan, empujando la silla de Shane, atravesaron la puerta del gimnasio y no vieron nada, porque la luz estaba apagada. Shane imaginó como sería, le gustaba pensar en un gimnasio que fuera distinto al lugar donde se curaba las piernas cada día en el centro. Lo odiaba, pero era muy importante asistir para su rehabilitación y nunca se atrevió a dejar de ir. Ahora lo haría, porque se había atrevido a dejar atrás aquel horrible lugar de científicos y máquinas, y era lo mejor que le había pasado en mcho tiempo. Lo mejor.

-¿No hay algún interruptor para encender las luces? -preguntó Yuan.

-Sí, claro -dijo Fernando. Lo accionó y la luz se encendió.

Vieron que todo estaba repleto de personas tiradas en el suelo, como si estuvieran muertas, pero no estaban muertas; no, no lo estaban...

-Joder, ahora esto. Ha matado a todas estas personas.

-Sí, eso parece. -dijo Shane con mala cara, si no estuviera tan asustado, les habría dicho que les tomaran el pulso antes de suponer que estaban muertos- Agredecería que se dieran más prisa.

Yuan comenzó a empujar la silla con más rapidez y se dirigieron a la salida de emergencia señalada por un cartel verde. Fernando se quedó mirando a algunos de sus compañeros de clase, entre ellos estaba manuel, e indicó a los otros que se fueran, que él les seguiría en un minuto, y ellos asintieron y se fueron. Rebuscó entre los cuerpos amontonados y no encontró a algunos de los estudiantes y profesores. Todos aquellos cuerpos amontonados parecían inertes, pero algo en ellos daba la impresión de que en cualquier momento se moverían, y eso era verdad. Él no lo supo hasta que algo sujetó su pierna, la mano de uno de los muertos perfectamente vivos le mantenía agarrado. Fernando gritó y se lo quitó de encima con una patada, luego intentó huir de allí; pero al darse la vuelta hacia la señal de la salida de emergencia, vio a decenas de personas protegiendo la puerta de salida.

Fernando gritó otra vez y alguien se le tiró encima. Golpeó dolorosamente con la nuca en el suelo y empujó con todas sus fuerzas el rostro del zombie que tenía sobre él, quería morderle. Recibió un fuerte mordisco en la pierna de otro muerto y chilló con dolor y miedo.

Ratita, un simpático pikachu olvidadoजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें