capitulo 2

28.7K 1.3K 90
                                    

no soy una puta

narra Sebastián

-Sí señor Sebastián es el más cercano ...

- Pues lléveme ahí de inmediato.

-Si Señor. - me encontraba yendo al gimnasio, aunque tengo uno en mi casa, pero a ese le está remodelando algo, cuando llegó miro alrededor.

Qué suerte no hay mucha gente, registro y sin entrenador me dirijo a lo mío.

Soy dueño de la más famosa empresa de Estados Unidos, pero mis padres y unos socios no me toman en serio, dicen que para tener la presidencia y tener todos aquellos hoteles que están por todo el mundo debo casarme, porque según ellos antes de hacer feliz a las demás familias debo hacer feliz a la mía, crear mi propia familia. Pero perder mi tiempo con mujeres que sólo quiere casarse conmigo por mi apellido me agota, pues soy Sebastián Rodríguez Harrison por ahora vicepresidente y multimillonario, ¿quién no quiere casarse conmigo? en este momento estoy llamando a mi secretaria, pero una chica de la Nada se coloca enfrente mío me quedo asombrado por tan acto, ella al parecer se está escondiendo, de la nada respira hondo y me observa y me entrega una tarjeta. y con un intento de voz dulce por fin decide hablar - gracias te debo una- y sale corriendo, observo como se aleja de mí y sale del gimnasio, después de unos segundos viendo por donde se fue decido volver a llamar a mi secretaria.

-Buenos días señor, ¿en qué le puedo ayudar?

-Necesito que investigues a una chica, su nombre es Katherin Meller, quiero saber todo de ella.

- Claro que sí señor, se lo mandó a correo.

-Está bien, espero que la información llegue pronto- y colgué

A las 10 de la mañana me estoy dirigiendo a mi casa, cuando llegó noto que nadie esta así decido subir a mi habitación y me doy un baño frío y me cambió, cuando me siento listo salgo directo a mi despacho, ahí me encierro y enciendo mi computadora.

Me limito abrir sólo mi correo, y como me lo esperaba ahí está la información de la chica, además de su nombre que ya lo sabía es rusa, estudio medicina se gradúo e hizo varios títulos aprendió autodefensa y tiene 26 años. Aún está soltera

¿pero qué? no eres tan fea, tengo una idea.

Necesito una dama de compañía para la gala que mis padres van a dar en unos días, necesito una dama que sea inteligente y que no quiere el dinero de los demás, esa chica es perfecta. Se nota.

Al otro día no me importa que me gimnasio ya esté listo, Necesito verla y al entrar está vacío como lo pedí el día de ayer y si de un hechizo se tratara, Ahí está ella junto a que a la que parece es su amiga, le digo a mis hombres que la dejen entrar y que me traigan a la chica de tez clara ya que al lado de ella se encuentra una morena. Mis hombres asienten y van por ella.

Al parecer es una chica difícil porque después de 20 minutos es que ella entra, la traían cargada como un saco de papa y la colocaron enfrente mío, ella Sólo me observa y sonríe.

- ¿Qué quieres? Espera... ¿Quién eres? - le muestro mi mejor sonrisa.

-Soy Sebastián Rodríguez Y la traje aquí, ya que necesito una acompañante para esta noche. -le comento.

- ¿Y? ¿Qué le hace pensar que lo quiero acompañar? soy una dama no una puta.

- No quiero ese tipo de compañía, quiero que me acompañe a una ...

No me dejo terminar y salió corriendo, mis hombres la tratan de detener, pero ella los golpeó, algo gracioso, pero eran demasiados para ella sola, la colocaron el mismo lugar y yo me límite a terminar lo que iba a decir.

- Cómo te decía quiero que me acompañes a una gala esta noche.

- ¿Qué le hace pensar que te quiero acompañar?-me pregunta

- Como tú lo dijiste antes, me debes un favor -ella me mira incrédula, asombrada, piensa lo que va a decir y cuando trata hablar, volvió a callar, volvió a mirarme, y con pasos delicados se acercó a mí.

-Pero señor, ¿Quién soy yo para acompañarlo? Solo soy una simple mortal. -me explica tocando mi hombro.

Su Caricia me pone algo tenso, pero aun así la miro.

-Mo me molestaría que una simple mortal me acompañe-le dije con el mismo tono con el que me había hablado hace unos segundos.

-Sería un honor para mí-susurra cerca de mi oído.

-¿De verdad?

-claro que no-sube su pierna y me pega justo ahí, mis bolas. 

Mi casualidad más bonita( editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora