Acecho

7 3 1
                                    

   Después de caminar por casi 15 minutos, los chicos llegan al instituto, Ryan se queda observando la muralla que rodea Harrow.

-¿Cómo entraremos? – pregunta, Diego se mantiene en silencio, Ryan voltea y se acerca a él – Diego, necesito que me digas por donde podemos entrar – Diego levanta la vista, sus ojos fijos en él, el dolor parecía reflejarse en su rostro.

-Hay que ir por la izquierda, un poco más allá – apunta hacia el lado izquierdo de la muralla – más allá en la muralla hay un agujero por donde uno puede pasar.

-Bien, vámonos – dice Lucas, que se acerca a las chicas – Helen, Samantha, vamos hay que llegar con los demás lo antes posible – las chicas empiezan a caminar nuevamente, Lucas observa a las dos que se mantienen inexpresivas.

   Al pasar por la muralla logran llegar al jardín del instituto, Ryan observa por un momento el lugar, al no ver a nadie continúan, caminan evitando los lugares que suelen ser más concurridos por los estudiantes, pero al continuar logra notar un cambio raro, no veia siquiera a ningún estudiante por ningún lado y al parecer los demás se habían dado cuenta también. Apesar de ello continuaron, y entraron por la gran puerta tracera del instituto.

-Debemos separarnos – dijo Ryan – necesitamos asearnos y cambiar de ropa, no será bueno si alguien nos ve así – los esmoquins que traían los chicos estaban sucios y rasguñados, al igual que los vestidos de las chicas, estaban hechos trizas.

-¿Estarán bien? – preguntó Lucas a las chicas, tenían un mejor semblante, pero aún se notaba en los ojos de las dos lo que parecía ser miedo, Lucas las observó por un instante, no las culpaba, lo que habían visto había dejado a todos en shock, Lucas sabía que Samantha y Helen ahora necesitarían más que nunca apoyo. Samantha solamente asintió en respuesta.

-Chicas, más tarde, después de que se hayan cambiado y aseado, necesitaré que se reúnan con nosotros en la cafetería, en el lugar de siempre – dijo Ryan quien mantenía su mirada en Helen – debemos hablar para ver qué haremos de ahora en adelante con todo lo que ha pasado, y para ver qué haremos con lo que hemos descubierto.

-Bien – respondió Helen.

   El pasillo se tornaba confuso ante los ojos de Helen, se sentía mareada, la cabeza le empezaba a doler, miró de reojo a Samantha quien parecía estar en las mismas, caminaron durante un rato, cada paso daba la sensación de que los dormitorios parecían estar cada vez más lejos, eso no ayudaba mucho a su pésimo ánimo, la caminata hasta los dormitorios había sido bastante agotador, pero daba gracias que nadie los había visto. Llegaron al cuarto, al abrir la puerta, Helen observó a las dos chicas frente a ellas mirándolas con rostros de mezclas de alivio, alegría y lo que podría insinuar a enojo, Alice y Sabrina saltaron de la cama donde estaban, y se apresuraron hacia ellas, las chicas abrazaron a las recién llegadas, ignorando completamente el pésimo estado de sus vestimentas y la suciedad que tenian, Samantha y Helen no pudieron contenerse más y cayeron en llanto, Alice y Sabrina se mantuvieron abrazadas a ellas, se habían quedado así hasta que Helen y Samantha habían dejado de llorar, y sin decir mucho, cada una se había ido a ducharse.

   Después de limpiarse y cambiarse de ropa, Helen y Samantha pusieron al tanto a Alice y a Sabrina sobre todo lo que había ocurrido en el sótano, en los pasillos, y también sobre lo que Diego les había contado del instituto, las distintas muertes que habían ocurrido, habian omitido lo del cuerpo sin vida del estudiante. Cada información había impactado de diferentes formas a las chicas, Alice mantenía un semblante serio, pero preocupada, en cambio Sabrina aún parecía no creer todo lo que habia escuchado.

-Pero que espantoso – dijo Alice, su voz sonando temblorosa – no entiendo como después de todo eso, el instituto siga abierto.

-Es como dijo Diego – habló Samantha, les habían contado también del chico que los había ayudado, Alice y Sabrina no se habían sorprendido en lo más mínimo de que un chico desconocido estuviera justamente en el mismo lugar donde ellos habían llegado, y que los había ayudado, Helen supuso que era por el hecho de que ya se habían enterado de cosas mucho más raras, que lo de Diego había pasado desapercibido – el instituto está lleno de las familias más ricas y poderosas,  supongo que cuando tienes mucho dinero puedes llegar a sobornar a cualquiera, incluso a la prensa y a la policía.

HuellasWhere stories live. Discover now