-Creo que es una buena idea.- dijo echándose a andar otra vez, realmente considerándolo.-Sí... sólo tendría que ir a las clases de la cátedra y ayudar al profesor... sí, puedo hacer eso.- asintió.

-Prueba por este semestre.- sugirió.-Algunos departamentos imparten talleres hechos por estudiantes, los clubes también piden estudiantes y algunos profesores que trabajan en investigaciones buscan colaboradores de pregrado.-

-Sí, sí, entiendo.- dijo.-Gracias, Karen, en verdad.-

-No hay de qué.- rió ella, ni siquiera se escuchaba enferma.-Hay otras cosas que me gustaría ver contigo cuando vuelva, siento que en nuestras primeras reuniones nos enfocamos demasiado en tus necesidades económicas y... bueno, todos estos años trabajando me han vuelto observadora.-

-Gracias.- repitió.-Tengo que irme, pero gracias por llamar.-

-No te preocupes, ya nos veremos. Adiós.- se despidió ella.

Marco le cortó casi aguantando la respiración, pero respiró hondo y guardó el aparato en su bolsillo. Al parecer la consejera estudiantil era más susceptible que otras, lo que no lo molestaba en verdad, le agradaba; aún así le costaba pensarse en una posición donde otras personas se enteraban de la historia completa. Suspiró frotándose la cabeza, simplemente tendría que aprender a lidiar con ese tipo de atenciones.

Apenas se dio cuenta de cuando se halló en la entrada de los camarines, pero allí estaba él. La mayoría de los chicos ya se hallaba en su ropa deportiva y charlaba de buena gana en un grupo que se había formado en las bancas del centro, entre ellos vio a Derek escuchando la historia de Mani con atención.

A Marco se le agitó un poco el corazón, porque no se había detenido a contarle que volvería al equipo y de pronto se sentía atrapado en una mentira, por muy ridícula y poco importante que fuera. Se deslizó cautelosamente por las orillas de los casilleros, pero cuando estaba a punto de sentarse en la lejanía, Matt se levantó de entre el resto de chicos sentados y, porque era Matt, gritó.

-¡Marco!- lo llamó con una sonrisa gigantesca.-¡Este...!- dijo apuntándolo.

Lo alcanzó y le rodeó los hombros con un brazo, casi ahorcándolo mientras reía. Marco dejó que sus ojos cayeran al piso por un segundo y luego los alzó hacia los focos de luz que habían sobre su cabeza, evitando en vano que la atención se desviara.

-¡Tiene un don con la gente!- les dijo Matt a los chicos.-¿A cuántos reclutaste?- le preguntó.

-Unos... ¿treinta?- se preguntó.

-Bueno, mierda, esos son muchos.- comentó Mani abriendo los ojos.

-Ahora no podremos hacer las pruebas en pocos días.- dijo Derek, mirándolo sin verse realmente sorprendido.

-¿Qué puedo decir?- preguntó Marco al grupo.-La magia de la psicología.- bromeó.

Justo en ese momento la voz del entrenador Sanders se escuchó a sus espaldas, llamándolos a reunirse en el campo en un minuto. Todos se comenzaron a alistar, algunos terminaron de abrocharse las zapatillas mientras que otros simplemente se fueron con sus botellas de agua en las manos. Marco se cambió rápidamente la camiseta y se calzó los shorts deportivos ignorando el hecho de que Derek estaba esperándolo fuera de los camerinos.

Cuando estuvo listo se tomó el cabello con una liga elástica y se encaminó hacia la salida, donde simplemente le sonrió a Derek sin dejar de juguetear con la liga y haciendo que la simple tarea de apartarse el cabello del rostro se extendiera de forma innecesaria.

-Matt me dijo que estuviste en el stand del equipo.- le dijo Derek, con simpleza.

-Te dije que estaba siendo voluntario.- le recordó.

Entre TiemposWhere stories live. Discover now