Jeon lo bajó, abrazándolo. —te explicaré mientras cenamos.— lo llevó a la mesa, se sentaron, dejando la silla sobrante ahí a su lado.

El ambiente cambió un poco, parecían haberse puesto tensos y eso era desagradable para Taehyung, estar juntos siempre fue su lugar seguro. No les gustaba el silencio mientras Jungkook servía la cena y las copas.

Por su parte, en la cabeza de Jungkook no sabía cómo iniciar, estaba avergonzado por no haberse presentado aquel día y la mirada de Taehyung serio sobre él lo hacía sentirse nervioso.

Terminó de servir, tomó su copa y dió un gran trago al vino, empezó a comer y Taehyung hizo lo mismo. Tratando de dejar atrás el momento incómodo, aunque no funcionaba del todo, el silencio era abrumador.

¿qué quisieras saber?— fue lo único que se le vino a la mente a Jeon para decir, mentiría si dijera que Taehyung no lo hace tambalear con su mirada.

Kim levantó una ceja. —amm .. todo.— tampoco se animó a iniciar la conversación que al parecer era incómoda.

Jungkook se quedó observándolo unos segundos, pensando en que no debería sentir pena o éste mal ambiente con él, es su chico, es el amor de su vida.

Hay tanta confianza como amor en la relación, eso lo relajó y le dió seguridad para tomar su mano sobre la mesa y hablarle con la verdad; —han sido días sumamente cansados para mí, he trabajado tanto con mi padre que físicamente me siento agotado y esa fue la razón por la que no pude venir aquel día, lo lamento.—

Con su mano libre, Taehyung bebió de su copa y después apretó los labios, mirándolo sin decir nada, quería dejarlo hablar.

también he conversado con él y nos hemos vuelto cercanos, ha hecho que me de cuenta de cosas que yo no notaba sobre él, sobre el reino y mis grandes responsabilidades.—

El principe Kim pasó saliva, escuchando atentamente lo que estaba por decir.

a pesar de todo eso, en tu ausencia me di cuenta que no quiero vivirlo así nunca más, alejarme sólo me hace desear estar más cerca de ti. Me han enseñado un amor con límites, sin verdadero compromiso y no lo quiero, quiero partirme la vida en un beso contigo porque lo vale todo, estamos tan cerca y tan lejos como el día y la noche en el amanecer pero no podemos cambiarlo, que la lejanía de nuestros labios no haga tambalear nuestros cimientos del corazón, porque no debes dudar de mi amor profundo hacia ti.— Jungkook soltó su mano, buscó de nuevo en la cesta, junto a la botella de vino sacó un pequeño ramo de la flor favorita de Taehyung, la cuál le costó conseguir y se la entregó en las manos. —moriré por ti.—

—Jungkook.— Taehyung miró las flores en su mano, una lágrima de nostalgia cayó por su mejilla, la cuál estaba mezclada con paz, felicidad y amor.

Y Jungkook la detuvo, quitándola de su mejilla con un suave toque.

Taehyung vulnerable ante las palabras tan dulces de su príncipe, lleno de impotencia. —maldición, detesto no poder amarte libremente.— agachó la mirada y sin soltar las flores cubrió su rostro, avergonzado de estar así de frágil ante él pero realmente deseaba estar junto a él a pesar de todo, frente a quien sea, pero no era posible.

Jungkook se levantó de su silla, tomó a Taehyung de la muñeca y con suavidad lo levantó para envolverlo en un abrazo, dejándolo desaparecer por al menos un minuto entre sus brazos y sollozar por éste prohibido amor, el cual los hace pasar sus mejores y peores días.

Después de un rato, Jeon habló; —Taehyung.— el mencionado se separó y dejó que su amado secara sus lágrimas, escuchándolo decir; —no maldigas.—

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