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Hoy me ha dado por pensar en lo que sucederá el día que irremediablemente estemos tan lejos que nuestro recuerdo sea un triste eco en la memoria. Quizás llegue el día en el cual nos preguntemos que fue de nosotros. De todo lo que fuimos. Que traguemos saliva al no encontrar una respuesta. Y se nos olvide el porqué separamos los caminos. Los labios. Las manos. Y un poquito el destino. Qué triste se hace imaginar una vida sin ti. Después de todo, siempre voy a tener la esperanza de que decidas volver algún día. Pero yo sé que no. Ni tan siquiera para romperme un poquito más. Pero como decía, llegará el día que incluso formemos nuestra propia familia. Como siempre soñamos qué haríamos juntos. Y que raro será despertar al lado de otra persona que no seas tú. Sin el hielo de tus ojos, y el café de los mios. Espero que a ti te pase igual cada mañana. Que recuerdes a cada segundo aquella promesa lejana de despertamos a besos todos los días. De llevarte el desayuno a la cama, y decirte con la mirada lo guapa que estás. Ojalá. Puede, incluso, que al mirar a la persona con la que decidas compartir el resto de tus días, recuerdes mi nombre, o mi risa, y mis tonterías. Que pienses en ese instante que podríamos haber sido felices toda la vida. Que mi recuerdo sea una espina clavada en tu corazón, y que te haga sangrar a diario. Ojalá recuerdes la forma en la que te besaba el orgullo para dejarlo intacto. Y que te sientas tan pequeña en ese momento, que ni llorar te sirva de consuelo. Imagina que sucede eso, que nos echamos de menos toda una vida. Por un instante piensa que todo lo que quisimos ser ya nunca será. De otro serán tus madrugadas, y tus insomnios. Se escapa el aire de mi boca, y vuela para besar la tuya por última vez. Como si de una despedida se tratase. O eso te quiero hacer creer yo. Demasiado trágico para ser real. Pero yo no puedo hacer más para que vuelvas. Solo me queda esperar a que me equivoque con esto. No quiero imaginar mi final sabiendo que he malgastado toda una vida en esperar a alguien. Alguien, que tal vez, también me extrañe.

Poesía para días grises.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora