Falta de sueño.

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FRIEND ZONE.

VI. FALTA DE SUEÑO.

Palabras: 1039.​

—Toma.

—Gracias, Kiba-kun —tomó la bebida que se le ofrecía y le sonrió en agradecimiento, al tiempo que se sentaba en su lugar. Si él había reparado en su estado quería decir que se veía horrible. Puso los brazos en el pupitre y hundió la cabeza en ellos. En realidad se sentía peor de lo que –positivamente- Kiba podía ver. Esperó a que él hablara.

—Te ves terrible.

Lo sabía, y no era como si se hubiera mirado en un espejo recientemente. Soltó un quejido lastimero, removiéndose un poco en su lugar.

—En realidad todos nos vemos terrible, Hinata, así que no hay de qué preocuparse —le calmó él mientras sorbía la lata de Pony Malta—. Ni siquiera el arsenal eterno de Ino alcanzó para cubrirle las ojeras y Sakura llegó esta mañana con la falda al revés, ¿te diste cuenta? Bueno, en lo que a mí concierne, es un milagro que nadie haya entrado en crisis aún.

Silencio.

—Es un milagro que sigamos vivos… —murmuró al fin con voz pastosa.

—¡Exacto! —le apoyó él, dándole palmaditas en la espalda—Las personas necesitan dormir, más aún los jóvenes en desarrollo como nosotros, deberían entender algo tan simple como eso. Mierda, Hinata… ¿sabes cuántas tazas de café me he zampado hoy? Ni me preguntes porque perdí la cuenta, creo que cuando llegue la graduación ya seré un adicto incurable a la cafeína, ¿crees que podría demandarlos por eso?

Hinata soltó una leve risilla y se acomodó mejor en su asiento, dándole a entender a Kiba que tomaría una pequeña siesta. —Quizá —dijo antes de entregarse completamente al descanso con un suspiro.

¿Hace cuánto que no dormía una noche completa? ¿Hace cuánto que no tenía un fin de semana? ¿Hace cuánto que no comía algo decente y con tranquilidad? ¿Hace cuánto había dejado de disfrutar su tiempo del descanso –en el patio- para escabullirse al salón de clases y poder echarse una siestita? Dios, que lo había olvidado. Las pruebas nacionales podían hacer estragos en la vida de un estudiante y la insana obsesión de la directora Senju por obtener el resultado más alto –de nuevo- claramente no ayudaba mucho. Hinata había pensado más de una vez en decirle a esa mujer unas cuantas cosas, como que las personas que están a punto de sufrir un colapso nervioso no rinden mucho en los exámenes, pero no había tenido el valor o la estupidez de hacerlo.

Sintió a Kiba tensarse a su lado y el rechinar del pupitre de su amigo la irritó por completo —Kiba-kun, por favor… estoy tratando de dor-

—¡Mierda, Hinata!

Levantó la cabeza con el ceño fruncido –ya estaba empezando a molestarle que la llamará de esa forma, como si el mierda viniera anexo con su nombre-, pero olvidó su malestar al ver que las pupilas alargadas de Kiba no estaban concentradas en ella sino en algún punto fuera del ventanal que daba al patio. —¿Qué pa-? —los ojos perlados se abrieron y a duras penas pudo contener una exclamación tapándose la boca—Na-Na… ¡Naruto—kun!

—¡Ese idiota!

Naruto se había quedado profundamente dormido con la cabeza metida en el bebedero de la escuela.

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—¡Ten un poco de control, imbécil!

—Tenía mucho sueño, no he dormido nada´ttebayó —se defendió el rubio con un gesto totalmente cansado, parecía que caería dormido en cualquier instante. Kiba lo había estado sermoneando todo el camino de vuelta al salón y Hinata pensó que había sido suficiente –si Kiba seguía sermoneando a Naruto como una madre se les iría el descanso en ello y no podría retornar a su preciada siesta-, también pensó que era muy increíble que Naruto hubiera decidido echarse un sueñito en un lugar tan poco convencional, pero decidió que podían hablar de eso luego.

Echó un vistazo a sus dos compañeros –los únicos que, aparte de ella, ocupaban el salón por el momento- y supo que ambos eran víctimas de la falta del sueño, el estrés y el cansancio. Las ojeras, el color rojo en los ojos de ambos y los cabellos despeinados eran prueba de ello, sin mencionar la irritación en la cara de Kiba y la clara falta de energía en Naruto –quien normalmente parecía un remolino-. Quiso morir al pensar que quizá, sólo quizá, ella podía estar luciendo tan mal como ellos.

—Nadie ha dormido bien —interrumpió la absurda discusión en curso—, sería mejor si aprovechamos el poco tiempo que nos queda antes de que el timbre suene para descansar un poco…

—Estoy de acuerdo con Hinata´ttebayó. Kiba, pues seguir sermoneándome como una vieja después.

—¡Vieja tu-!

—Kiba-kun —le llamó con voz firme, ese hombre al que tanto quería le estaba causando una jaqueca terrible, cuando estuvo segura de tener su completa atención prosiguió con calma –aunque no estaba segura, pero sentía algo así como un pequeño tic-: —si por culpa de tu charla no puedo dormir mi siesta entonces creo que tendremos algunos problemas tú y yo. Estoy segura de que no quieres que practique contigo algunos de los movimientos para causar excesivo dolor que me enseñó Neji-niisan, así que por favor… —bostezó, esbozando luego una bella y tétrica sonrisa— cierra el pico, ¿está bien?

Los dos pares de ojos abiertos como platos miraron a la pequeña mujer recostarse plácidamente en su pupitre.

¿Acababa la dulce Hinata de amenazar a Kiba con patearle el trasero?

Naruto soltó una carcajada minutos después. —¿Oíste, Kiba? Que cierres el pico.

—Va para ti también, Naruto-kun…

Bien, estaba claro que ellos no eran los únicos a los que la falta de sueño y la sobrecarga de estrés estaba afectando. Por lo pronto, ambos decidieron acompañar a su amiga en el sueño… y rogar a Dios, Buda, Kami-sama, Alá o como sea que se llamara para que el timbre se tardara un poco más en sonar. De lo contrario jamás tendrían de vuelta a su tierna Hyüga.

—Oye, Kiba… —murmuró el rubio con excesivo cuidado, ya recostado en su lugar—¿viste que Sakura llegó con la falda al revés? Es mi novia y todo pero no me atrevo a decirle…

—No creo que nadie pueda culparte por eso...

—Neji-niisan es un buen maestro —aportó Hinata y, extrañamente, a ninguno le quedaron ganas de hablar.

Friend Zone. (NaruHina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora