Bright y Win son dos actores que han despegado su carrera en el BL. Gracias a su química y gran apariencia se encuentran en la cima del estrellato. Todos los ojos están sobre ellos y se derriten por sus interacciones.
Muchos rumores comienzan a bro...
Respiró hondo por la sorpresa de aquellas palabras. ¿Qué iba a terminar con su novia? Eso había dicho, ¿verdad?
—Vas a terminar...
Se miraron a los ojos, conectándose de una manera especial.
—Ya no me gusta ella... —Bright tragó con dificultad. Sintiendo como se liberaba al decir aquellas palabras.
Sus orbes se captaban el uno al otro, tenían una sensación intensa que parecía punto de estallar.
Bright de un solo impulso volteó sus lugares y pegó a Win contra la ventana, dejándolo pasmado y acorralado con su cuerpo. El silencio los envolvió. Solo sentían el aire irregular que entraba a sus fosas, dejando en evidencia la agitación en su interior.
Fue solo en cuestión de segundos que sus cerebros se apagaron y sin darle más vueltas a la situación se abalanzaron hacia el otro, uniendo sus cuerpos ante un incontrolable deseo de acariciarse.
El mayor paso sus manos por todo el contorno de su Nong, delineando su figura tonificada, su musculatura firme, esa misma que se contraía a medida que lo iba tocando. Sin perder ni un segundo, sus labios continuaron con el trabajo que hacían antes, degustando la exquisita piel aterciopelada de su Nong.
Win tenía las imágenes de lo que estaba pasando totalmente distorsionadas por la adrenalina, imaginar que los pudieran encontrar de esta forma mientras trabajaban lo hacía sentir una fogosidad creciente, capaz de hacerlo actuar más osado. Por lo que dejándose llevar, atrajo el cuerpo del mayor hasta pegarlo al de él, haciéndolos frotar en un íntimo roce que les erizo los vellos.
Ambos jadearon por esto, notando como comenzaban a reaccionar ante dicha fricción.
Su cuerpo se sacudió en gozo al sentir como la humedad de la lengua de Bright probaba su cuello, desde la clavícula, ascendiendo hasta su barbilla, haciendo que suspirara por las deliciosas sensaciones. Causando un vaivén ondulante entre sus caderas, agarrando un ritmo provocador.
De pronto unas risas tras la puerta los alarmaron.
El ambiente se cortó en milésimas de segundos, haciéndolos saltar.
Un crujido se produjo en la madera, haciendo que los dos se espantaran.
Kik y Eed entraban a la habitación.
Se separaron de golpe, entrando en pánico al no saber cómo disimular. Sus rostros estaban de un color rojo fuerte, sus labios humedecidos y tenían el cabello en desorden.
Bright solo atinó a lo primero que se le vino a la mente, así que por impulso le hizo una llave, fingiendo que luchaban.
—¡Oy Phi! —Alcanzó a decir Win con sorpresa, antes de ser lanzado al sillón por el mayor.
—¿Otra vez jugando niños? —Dijo Eed con diversión. Viendo cómo el cuerpo de Win había rebotado al caer en los cojines del sofá.
—S-Sí. Jugando —Expresó el conejito, sobándose la espalda, después de haber volado por los aires.
Kik miró de arriba abajo a su sobrino. Algo no le calzaba.
—Cariño, de nuevo estás siendo sospechoso.
—Claro que no.
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